Por Juan Jesús Ayala.

Se le está dando demasiadas vueltas a la aportación de Junts para la conformación del gobierno, y que según vaya a un Bloque, al que llaman progresista o al comandado por el PP, podrá acceder a la presidencia Sánchez o Feijóo. Pero esas cuentas no están nada claras o son engañifas por quien las hace y propaga ya que el voto fundamental y decisivo, bien se decante para un lado u otro, es el del PNV.

Se dice, en estos momentos, donde ya ha cambiado de criterio por parte del PNV que si bien de entrada no mantendría conversación alguna con el PP ya manifiesta que por cortesía parlamentaria irá a hablar con Feijóo; y se acabó. Da la sensación que no queremos repasar históricamente pactos anteriores donde aconteció lo mismo que ahora. Es el eterno retorno de la falacia en la política y, sobre todo, en lo concerniente a pactos donde se confirma una vez más que el poder hace extraños compañeros de cama. 

En las elecciones de 1993 el PSOE de  Felipe González se había quedado lejos de la mayoría para gobernar con sus 157 diputados por lo que necesitó los 17 votos de CiU y los 5 del PNV. Pero en 1995 los nacionalistas catalanes retiraron el apoyo al gobierno socialista provocando nuevas elecciones generales y cambiaron de socio apoyando a Aznar.

¿Y que hizo el PNV? Pues del pacto que tenia entonces con los socialistas en 1993 llega a acuerdos con Aznar para que alcance la presidencia del gobierno. Pero antes de firmar a ese acuerdo, Arzalluz, sostenía que era imposible que  tuviera alguna reunión como le había solicitado el mismo Aznar. No se daban  las condiciones políticas necesarias  porque las reivindicaciones de soberanía y de otras consideraciones territoriales como el derecho a la autodeterminación que había aprobado el parlamento vasco no serian admitidas por el PP. Pasó el tiempo con reunión tras reunión y al final vimos como en la Moncloa se confirma el pacto, PP-PNV tras el abrazo de Aznar y Arzalluz. Lo mismo que ahora que andan diciendo que si se reúnen lo harán por cortesía y no por nada mas.

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Pues bien, en las elecciones de 1966 los populares obtenían 156 diputados, CiU 15, el PNV 5 y CC 4.O sea que los 5 votos del PNV fueron determinantes  para que gobernara el PP. Logrando  CiU en el pacto de Majestic que a cambio de sus  votos, Cataluña obtuviera más competencias; así como con los 5 del PNV después de unas negociaciones “complicadas” se adjudicaran, entre otras competencias la seguridad social, puertos y aeropuertos.

Con todo estos retazos históricos el buscar y enarbolar pudor y consecuencia en los pactos políticos es perder el tiempo; lo que prima y es fundamental es la obtención del poder. Y si, tanto Sánchez como Feijóo están en ese camino tienen que saber, y lo saben por componendas anteriores, que el poder no lo detentan, el poder ha estado y estará en la posición que tomen los nacionalismos; que a parte de obtener prebendas para sus territorios como en  pactos anteriores no han cesado  en la reivindicación de sus soberanías y  exigir el derecho a la autodeterminación de sus pueblos.

Los nacionalistas tienen en sus manos el gobierno de España y más concretamente y definitivamente la posición que adopte el PNV con sus 5 diputados. Ni progresismo ni nada que se le parezca, donde obtengan  importantes competencias para su territorio allí van a estar. Como lo han hecho siempre.