Por David Cabrera*.

El sector primario en la Isla de El Hierro es actualmente tan relevante como poco sacrificado. 

Son valientes los que aún se ven atraídos a dedicar su futuro profesional a cultivar cosechas, guardar ganado o faenar en el mar,  principalmente por la falta de rentabilidad. 

El relevo generacional está aún lejos de conseguirse. Y, las ayudas palían, pero no garantizan una solución de futuro.

Hoy día el sector primario debería de ser el sostén de una economía insular con un turismo de calidad que busca la excelencia en la calidad de los productos, con la conciencia de cultivar sano y comer sano, junto con un desarrollo de excelencia de la gastronomía insular. Es decir debemos unir sector primario, turismo, naturaleza, empleo, alimentación y sociedad.

Hay que cambiar, y hay que hacerlo con decisión. Desde la consejería entendemos que es urgente poner en marcha un programa renovado y fresco para el sector primario que transforme de forma progresiva todo el sector en la Isla. No podemos seguir únicamente anclados en ayudas, también tenemos que plantear acciones con valor estructural.

Nuestra propuesta es evolucionar hacia un sector primario de productos gourmet. El volumen en kilos que podemos producir y la idiosincrasia insular apuntan a que esta es la única solución viable a medio y largo plazo para la Isla de El Hierro. 

Debemos apostar por la excelencia, por lo exquisito, por la selección rigurosa de lo mejor entre lo que ya es bueno, y desechar lo regular o malo. Debemos potenciar las producciones a pequeña escala, realizadas con mimo y delicadeza, de forma consciente, sostenible y respetuosas con el medio ambiente.

Debemos centrarnos en los productos de proximidad, de elaboración limitada, exquisitos en su tratamiento y destinado a los paladares más exigentes. Hay que utilizar las mejores materias primas, tratar el producto con el máximo cuidado y mimarlo durante todo el proceso de elaboración, para, finalmente, con un esmerado envoltorio ponerlo frente al comensal exigente.

En definitiva, debemos pasar de producir y vender por Kilos o toneladas a cultivar y vender por unidades. Nuestro cliente final no es cualquiera sino el más exigente, el que está dispuesto a pagar muchísimo más con tal de acceder a lo mejor.

¿Cómo podemos llevar a cabo esta transformación? 

A través de la concienciación de productores y consumidores, con campañas que pongan en valor lo nuestro, la producción local y los valores de una isla que cultiva de forma sostenible y excelente.

Muchos de nuestros productos son ya excelentes, sin embargo, el abandono de las fincas, la escasa rentabilidad, la falta de una segmentación del mercado y de una estrategia de comercialización de nuestros productos, socavan nuestros puntos fuertes.

Necesitamos un plan general que marque el objetivo, el producto gourmet de la isla de El Hierro, y una estructura humana basada en las necesidades del sector que nos ayude a guiar los pasos hacia ese objetivo.

Debemos emplazarnos poner en marcha desde la consejería de agricultura, ganadería y pesca, un conjunto de medidas destinadas a recuperar nuestros mejores productos insulares, potenciar de verdad su producción y cuidado, así como su comercialización en destinos gourmet. 

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Algunas de estas medidas son las siguientes:

- Grupos de trabajo agrario, integrados por personas formadas y especializadas en el cuidado de cada uno de los distintos cultivos seleccionados. Contando con los mejores expertos de cada cultivo para que aporten la formación requerida. 

Las higueras, por ejemplo; geo localizando cada una, su variedad, su edad aproximada, descripción, singularidad; creando un programa de poda y riego; organizando la recogida del fruto, seleccionando, organizando los secaderos, y finalmente con un MercaHierro reestructurado y potente que recoja la cosecha, y organice acuerdos comerciales con los mejores destinos gourmet. 

Esto se puede hacer con todos aquellos productos que todos los herreños conocemos y que reconocemos de una calidad superior: duraznos, higos frescos y secos, tunos, ciruelas, limones, naranjas, aguacate, mango, papaya, parchita, etc.

- Incentivación del cultivo de verduras y hortalizas. En la isla consumimos casi cuatro veces más de lo que producimos. Tenemos un amplio recorrido para el crecimiento. Pero nuestro objetivo debería ser cultivar las mejores hortalizas del mercado, las más sabrosas, las que producen sensaciones más intensas en el paladar del cliente gourmet. Para ello podemos articular desde la consejería un plan especial insular para el cultivo de verduras y hortalizas, subvencionar por kilo de calidad producido, y crear ayudas para su implantación. Asegurando la compra de la cosecha por parte de Mercahierro, y el pago de la misma a noventa días. 

- Puesta en marcha de los C.U.M.A.S, cooperativas de uso de maquinaria agrícola, impulsadas desde el cabildo Insular a través de su organización y estructuración, para poner a disposición de los profesionales del sector primario maquinaria agrícola de calidad que evite las inversiones privadas en la misma.

- Programa de recuperación de fincas abandonadas. La consejería puede llegar a acuerdos con los propietarios de esas fincas para la cesión de la explotación a cambio de un porcentaje de medianería en beneficios. Se pueden articular ayudas económicas específicas para la puesta en marcha de esas fincas, con un sistema de seguimiento y asesoramiento profesional técnico personalizado y constante de las mismas. 

- Acciones para los suelos de la piña tropical. A través de incentivos y ayudas en el uso de la solarización, biofumigación y biosolarización en la desinfección de suelos. Junto con un posterior cambio integral de plantas, a través de conseguir material vegetal de la variedad roja española saneado con una capacidad productiva muy alta.

- Programa específicos para la miel, los productos lácteos (quesos, yogures, leche fresca, requesón, etc) , cárnicos (a través de la maduración de la carne), atún en aceite para conserva, etc.

Hay una gran tarea por delante, y muchos frente abiertos dentro del sector. Cada acción es creadora de puestos de trabajo, creadora de riqueza, algunas de las ideas que se han intentado en el pasado eran buenas ideas, y si no han tenido éxito ha sido quizá por la falta de un plan de implementación y de seguimiento que garantizara su sostenibilidad. 

Debemos recuperar algunas de esas ideas, intentarlo de nuevo, tras aprender de nuestros errores, y tratar de evitarlos. Es importante contar con nuestros técnicos, con la colaboración fluida del sector, y, sobre todo, por ofrecer una formación constante que eleve el nivel de calidad en la respuesta. 

Tenemos un ejemplo mundial en Israel, un pueblo que ha conseguido transformar el desierto en un huerto cultivable, y lo han logrado aprendiendo de los mejores, innovando, y con claros y estables programas de ayudas económicas y logísticas. En nuestra isla también es posible. 

Por el momento continuaremos entre otras cuestiones apoyando al sector con  la cuota de autónomos agrarios y la bonificación del 50% de la cuota a la seguridad social de los trabajadores por cuenta ajena. Una medida que ha supuesto también el incremento y la regularización laboral de un 30% más de trabajadores del sector primario de la isla de El Hierro.

 

*David Cabrera, vicepresidente primero y consejero de Medio Rural y Marino y Recursos Hidráulicos; infraestructuras, Mantenimiento, Obras y Carreteras y Ordenación del Territorio, del Cabildo de El Hierro.