Por Luciano Eutimio Armas Morales.

A finales de los años sesenta y principios de los setenta, cuando aún Él habitaba entre nosotros, la Universidad Complutense era un hervidero de asambleas, manifestaciones y reivindicaciones sociales y políticas, a pesar del acoso de “los grises” y de la brigada político-social de la policía. En aquellos remotos tiempos, existía un clamor general en demanda de libertad, amnistía para presos políticos y sindicales, y de una sociedad democráticas y plural en contraposición a la dictadura que controlaba todos los poderes del estado.

LOS COMUNISTAS.

Se coreaba cada día aquello de “todos contra Franco”, porque había unanimidad en estas reivindicaciones. No obstante, el movimiento estudiantil se estructuraba a partir de dos grupos: uno organizado, disciplinado y jerarquizado, que eran los comunistas, y otro heterogéneo, sin una estructura formal y sin jerarquía, que era el grupo de socialdemócratas, socialistas, (No del PSOE, que aún estaban de vacaciones), democratacristianos, ácratas, etc. en los que el factor común era la reivindicación de los principios esenciales de la democracia en Europa, que los franceses resumieron en la división de poderes y en aquello de libertad, igualdad y fraternidad.

Estaba en la habitación contigua a la mía en el colegio mayor, un compañero extremeño que estudiaba económicas y tenía una mente analítica y privilegiada, y recuerdo que me decía: “¿Te das cuenta como los comunistas son unos dogmáticos? Les falta el pragmatismo de analizar la realidad y tomar en cada momento la decisión más adecuada, y le sobran dogmas, consignas y prejuicios. Y además, no les gusta que les llamen dogmáticos”.

PODEMOS.

Acabo de terminar de leer “Un cadáver en el congreso”, un libro editado recientemente, en el que Sergio Pascual, que fue secretario de organización de Podemos, nos ayuda a comprender como ha sido posible que un movimiento surgido del entusiasmo y la ilusión por una nueva sociedad, que llegó a contar con más de seis millones de votos, sesenta y nueve diputados en el congreso y encabezar en algún momento las encuestas de opinión en nuestro país, ha desaparecido prácticamente del mapa político español, a pesar de contar con un líder como Pablo Iglesias que es una de las mentes más lúcidas de su generación, pero al que perdió su soberbia, su sectarismo y su vena estalinista.

Acabo de leer también, una entrevista de despedida a Alberto Garzón Espinoza, ministro de Pedro Sánchez, que se ha retirado de la escena política, y que ha dejado una huella ejemplar de coherencia, de honestidad, de espíritu de sacrificio y de servicio al proyecto de un país más justo y más solidario. Su entrevista termina con una frase lapidaria: “El poder corrompe. Se te puede ir la cabeza, y por eso es bueno renovar los liderazgos”.

ABEL FERNANDEZ

Abel Fernández hace un comentario público justificando la moción de censura en el Cabildo de El Hierro, en el que dice que jamás apoyaría una coalición, en la que su partido, que sigue siendo el partido comunista desde hace treinta y cinco años, pacte en coalición con el partido de Manuel Fraga, porque él sigue utilizando al marxismo-leninismo como instrumento de análisis.

La verdad es que a Abel le conozco y le aprecio, y además, siempre he respetado y admirado mucho a la gente que lucha noblemente por un ideal, aunque ese ideal yo no lo comparta. Yo nunca he votado por el Partido Comunista, como tampoco por el Partido Popular. Me considero de izquierdas, entendiéndola como la opción que propugna una sociedad justa, libre, solidaria y que defiende a los más débiles o desfavorecidos, frente a una derecha, que tradicionalmente y por vocación defiende a los más poderosos y privilegiados, y que antepone la seguridad a la libertad.

Dice también Abel en su comentario, porque ese tocho como el mismo dice, si lo he leído, que frente a la otra opción que defiende el sector más reaccionario de la oligarquía herreña, esta coalición es la que permite un verdadero avance de progreso para la Isla. Amén.

¿COALICION DE PROGRESO?

Esta coalición de progreso, a la que se refiere Abel, está mayoritariamente formada por dos grupos políticos que han gobernado en la legislatura que termina. ¿Y en que ha progresado la isla en estos cuatro años? Veamos: continúan sin terminar las obras de la Residencia de Mayores de Frontera; del Auditorio de la Peña; del edificio anexo al Cabildo; del Polideportivo de Frontera; de la urbanización industrial El Majano que continúa siendo alegal; el polígono industrial de Frontera; del falso túnel de Bascos, cuyo proyecto data del año 2.016; los polideportivos de San Andrés y Valverde, las comunicaciones y los precios del combustible, y de tantas otras cosas que harían la relación interminable.

A eso le añadimos una gestión absolutamente ineficiente, porque ante la incapacidad manifiesta de ejecutar un presupuesto, recurren a Tragsa y Gesplan para adjudicar obras y servicios en lugar de promover licitaciones abiertas en las que puedan participar empresas herreñas. De esta forma pueden soslayar los procedimientos transparentes de las licitaciones públicas y repartir favores para fomentar el clientelismo político. Otra parte notable del presupuesto lo meten en el Plan estratégico de Subvenciones, para repartir dinero como si el cabildo fuese una tómbola y crear también una red clientelar de incondicionales. Y lo que sobra, que son muchos millones, ahí quedan en las cuentas de los bancos.

¿Y cual es el sector más reaccionario de la oligarquía herreña? Aquí nos conocemos todos, y a lo mejor resulta que algún “capo di tutti capi” no está precisamente vinculado al Partido Popular, sino a alguno de los que han estado gobernando… y pretenden seguir gobernando. ¿Será ese “lado obscuro de la fuerza” el que ha impedido otra coalición posible, a pesar de las generosas ofertas que les hicieron a algunos? ¿Dónde está el perfil progresista de esta coalición?

PUESTOS A ELEGIR ....

Como decía anteriormente, sintiéndome de izquierdas, nunca he votado por el PP. Pero puestos a elegir, prefiero en el equipo de gobierno del Cabildo a Rubén Armiche y Juan Manuel Casañas, porque entiendo que defenderán mejor los intereses de nuestra isla, que a David Cabrera, que ha demostrado que lo ha hecho muy mal, y a Ana Cecilia, sin experiencia en la administración pública. Por ejemplo.

Porque lo que el cabildo y la isla necesita, no es un equipo de gobierno formado utilizando como instrumento de análisis el marxismo-leninismo. Lo que el cabildo y la isla necesita, es un equipo de gente honesta, con vocación de servicio y con capacidad de gestión para lograr administrar con eficiencia los recursos recibidos, independientemente de los partidos a los que estén afiliados.  Y los que han administrado el cabildo estos cuatro años, han demostrado que carecen de esas cualidades. 

Además de la manifiesta ineptitud de gestión de Alpidio Armas y de David Cabrera y sus equipos, ha quedado en evidencia una clara utilización de recursos públicos para favorecer ambiciones o egos personales, lucrarse amigos o allegados con puestos de trabajo creados sin responder a necesidades de los servicios, comprándoles inmuebles o recalificando terrenos para facilitarles pelotazos urbanísticos, y todo esto con manifiesta falta de transparencia, pues incluso se han mostrado remolones a remitir informes requeridos por la Fiscalía Anticorrupción que ha tenido que reiterarles la petición, para asuntos que se están tramitando en el Juzgado de Valverde como  Diligencias Previas, y que ya veremos como terminan. 

Puestos a elegir, mejor elegir lo desconocido, que parece bueno, que lo conocido, que sabemos que es rematadamente malo. Pero a esta mesa le faltaba una pata: Amado Carballo.

AMADO CARBALLO QUINTERO.

A Amado Carballo le aprecio y le tengo por una persona honesta, trabajadora y con perfil progresista. Le falta quizá afilar los colmillos, porque parece que aún tiene dientes de leche. Pero quizá ya sea tarde. Recuerdo como en enero de 2.015, publicaba orgulloso en su muro de Facebook fotos de la concentración de la Marcha del Cambio liderada por Podemos en la Puerta del Sol de Madrid. “Sí se puede”, clamaban. ¡Qué tiempos aquellos, en los que se decía que el cielo no se tomaba por consenso sino por asalto!

Pero tras los sueños, viene la dura realidad. Y la realidad, como decía el compañero extremeño en Madrid, hay que gestionarla con realismo, con pragmatismo y tomando en cada caso la decisión más adecuada, porque como alguien dijo, “la política es el arte de hacer realidad lo posible”. Y estas decisiones hay que tomarlas prescindiendo de odios, de ánimos de venganza, de rencores, de ambiciones y de egos personales.  Y por supuesto, prescindiendo de dogmas, consignas, prejuicios y de un análisis marxista-leninista de la realidad.

Amado no ha hecho una verdadera labor de oposición en El Cabildo porque necesitaba trabajar para vivir, a diferencia quien si cobraba un buen sueldo, aunque no trabajase ni hiciera oposición. Pero no creo tampoco, que la firma en esa moción de censura obedezca a su deseo de cobrar 4.261, € mensuales, a diferencia de otras y otros que si les mueve ese interés. 

Amado Carballo tenía la opción de inclinar la balanza hacia un lado, con AHÍ que ganó las elecciones y el PP, o hacia el otro, con los perdedores PSOE y AH. Tenía la opción de propiciar una regeneración ética de la política en El Hierro y comenzar una nueva etapa en un momento crucial para nuestra Isla, pero ha decidido quemar las naves. Y los indios posiblemente no serán diezmados por una epidemia ni derrotados por los mercenarios, pero con las naves quemadas, ya no hay retorno posible.

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LA VERDADERA INFAMIA.

Aunque nuestro sistema electoral tiene previsto que se proclame presidente del cabildo el cabeza de la lista mas votada, también es cierto que el mismo sistema tiene previsto que si hay una mayoría opuesta a ese presidente, pasado cierto tiempo pueden presentarle una moción de censura como reacción a su mala gestión. Ese es, digámoslo así, el espíritu de la ley.

Pero también es cierto, que la moción puede presentarse sin dar la oportunidad al nuevo presidente de hacer una buena o mala gestión. La pueden presentar a los tres meses, al mes siguiente o a la semana siguiente. No hay límite de tiempo mínimo. 

Pero en este caso… Me decía un amigo en un mensaje de WhatsApp: “Alpidio le pasaba una mano por el hombro a su hermando Javier, mientras con la otra mano le asestaba una puñalada por la espalda. ¡Que gesto feo, grosero y vergonzoso! Podía haber esperado unos días”.

Y es que el acto jurar como consejero del cabildo, y sin solución de continuidad bajar la escalera y presentarle una moción de censura a su hermando, que minutos antes había sido proclamado presidente, es un acto verdaderamente infame propio de quien no tiene ni principios, ni un mínimo de respeto y cortesía para un rival político.

Es un acto propio de una maldad y afán de venganza que solo podemos verlo en la ficción, como cuando Roose Bolton apuñala a Robb Stark en la “Boda roja” de Juego de Tronos. O en la realidad, como cuando el gran jefe de la mafia, Don Vito Corleone, (Frank Costello en la vida real), ordena a Roth matar a Michael, porque lo ve como un peligro para sus negocios. 

Presuntamente, la motivación puede ser esa:  hay que matar al rival de forma fulminante, políticamente en este caso, claro, porque representa un peligro para los negocios propios y de los allegados. Y el pobre Amado, oficiando de monaguillo en la ceremonia.