Por Francisco Armas Sánchez.

“Les pido que el día 23 de julio sean egoístas…”, con esta proclama, pedía Ana Oramas el voto a los herreños en un video subido por la AHI a su página de Facebook hace dos días. 

Sean egoístas, una frase que resume a la perfección todos los males de los nacionalismos y la carrera de esta “profesional de la política”, que lleva más de 40 años viviendo del dinero público, pues el egoísmo, es la actitud de quien manifiesta un excesivo amor por sí mismo, y que solamente se ocupa de aquello que es para su propio interés y beneficio. Por ello, cuídense de hacer caso a una persona egoísta, pues no mirará nunca por nuestros intereses, y que, a través de una estratégica dialéctica, nos utilizará para lograr sus fines, pues la egoísta solo nos ve como una herramienta para lograr sus propios objetivos. 

No podía estar más errada en su petición, ya que, por suerte, entre todos los adjetivos que puede definirnos como isla, el egoísmo no es uno de ellos, todo lo contrario, si hay algo de lo que nos podemos sentir orgullosos es de la solidaridad del pueblo herreño. 

Hace unos años, mientras realizaba un trabajo de investigación en los archivos de la Delegación del Gobierno, me encontré con varios documentos de los años 40 donde, tras unas lluvias torrenciales que causaron pérdidas de vidas humanas y cuantiosísimos daños materiales en la Gomera, nuestros antepasados, con las penurias que se pasaban en aquella época, se apretaron el cinturón y enviaron cargas de higos pasados y papas a nuestros hermanos de la isla colombina. 

Durante la migración de los canarios a Cuba, debido a que cuando arribaban al país caribeño eran encerrados en la prisión de Triscornia, un herreño afincado en la isla que había hecho fortuna, cada vez que viajaba a la Habana visitaba tan aciago edificio para preguntar si había encerrado algún paisano canario, y tras pagar a los guardas la multa, les buscaba trabajo sin importar de que isla fueran, brindándoles así un futuro de posibilidades. Casos similares ocurrieron en Venezuela, Argentina y en cualquier país donde emigrara un canario, un ejemplo de archipiélago humanitario. 

Muebles El Placer Pie

Cuando el volcán de la Palma entró en erupción, frente a la destrucción de la colada de magma, la ola de solidaridad canaria y del resto de España arropó a toda una isla haciéndoles saber que no estaban solos. Mientras escribo este artículo, me vienen a la mente los distintos cuerpos de seguridad y equipos de intervención que han acudido y siguen trabajando incansablemente para apagar el incendio de la Palma, como los miembros del EIRIF, un cuerpo que lucha contra los incendios forestales, que van a aquella isla donde les necesiten sin importar su origen, de cuya plantilla forma parte mi hermano y del que me siento muy orgulloso. 

En un mundo tan interconectado como en el que vivimos, los problemas como la migración, las crisis sanitarias y los ocurridos por cambio climático como las sequías y los incendios, requieren soluciones colaborativas. El nacionalismo basado en el egoísmo puede obstaculizar estos esfuerzos conjuntos y dificultar la búsqueda de soluciones duraderas y justas. Para abordar estos desafíos, es necesario fomentar una mentalidad de apertura, respeto y cooperación entre islas, comunidades y naciones. Por ello, los líderes políticos tienen la responsabilidad de promover una visión inclusiva que valore la diversidad y la convivencia pacífica y nunca el egoísmo. 

El Brexit, el proceso mediante el cual el Reino Unido abandonó la Unión Europea, es un caso claro de nacionalismo egoísta, que ha tenido consecuencias económicas y políticas significativas, demostrando que los nacionalismos basados ​​en el egoísmo pueden poner en peligro la estabilidad económica y la cohesión social de los pueblos.

Señora Oramas, si todos somos egoístas, estamos avocados al fracaso, entiendo que usted siga la máxima de “primero mis dientes que mis parientes”, pero no nos pida a los herreños que vayamos contra nuestra idiosincrasia, es por ello por lo que, frente al egoísmo que usted promulga, yo les digo: ¡Solidaridad, solidaridad y solidaridad!

Francisco Armas Sánchez.