Por Juan Jesús Ayala.

El Majano en la isla de El Hierro es una zona cerca del volcán Montaña Pablito y montaña de las Chamuscadas, pero no solo es una denominación geográfica  sino que además se conoce, “el majano”,como uno de los símbolos y referentes del viejo tiempo que posee unas características no solo geológicas, vitales ,sino que encierra dentro de su significado de piedra  una gran enjundia emocional con historias que circulan alrededor de su emplazamiento.

En los caminos de la isla y en recovecos por donde discurría el paso de personas, los que por allí circulaban percibían unas torres de piedras amontonadas, unas sobre otras de una altura que no pasaba el metro que guardaban entre sus oquedades o en la cúspide prensada también con otra piedra un papel, una señal, un mensaje  para una determinada persona que tenia que descifrar el misterio de su lenguaje a pesar  de saber de donde venia  y quien había sido el mensajero.

Por lo general era un lenguaje que traducía amores escondidos, de escapadas, reflejos de suspiros que pretendían arrullarse en las emociones del otro; a veces era un lenguaje de celos, de imposibles y cuando no de tretas, de amigos y hasta de enemigos, como desafíos de peleas que estaban pendientes. En ellos el tiempo se cristalizaba, se hacia sonido como si fuera un diapasón, que anunciaba lo que iba a suceder por la tarde o al día siguiente.

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Los majanos estaban protegiendo y enmarcando un territorio que el que pasaba  por allí pertenecía al mismo, intuía  que había algo que le aguardaba entre las piedras secas o mojadas, algo que tenia que descifrar: Y siempre era lo que deseaba oír y no podía, lo que necesitaba una repuesta y tenia que hacerlo igual: dejando en la torreta de piedras una marca, un papel, el simulacro de una frustración o el deseo que la noche se  difumine y de paso a un amanecer diferente.

El secreto de los majanos es de dos; no participan en él más que el uno y el otro; solo dos saben de su existencia porque entre ellos lo han fabricado y conocen donde están, en que encrucijada de caminos se encuentran.

Funcionan los majanos como si fueran una estación de comunicación que en tiempos pretéritos en que la isla  se encontraba incomunicaba con el exterior también soportaba una cierta incomunicación desde dentro.

Había que recurrir a la argucia, a este medio de información curioso y elegante, donde desde el artificio de los majanos se cantaban las verdades, se rompían amores y se daban besos las piedras  como la mejor metáfora de la impaciencia y del deseo.

Los majanos en la isla de El Hierro son una de las claves que la isla utilizó para revivir leyendas, para emitir llantos, risas o esperanzas encerrados en una marca, en una piedra puesta en esta o aquella dirección, sobre todo, es uno de los monumentos sentimentales y emotivos que debe conservar la isla, al menos en su memoria colectiva de esos viejos caminos hoy ya sin majanos y sin intrigas.