Cabecera posición 02 espacio en blanco (Ad Top Hearder).

Opinión

Opinión

Ratio: 1 / 5

Inicio activadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado

Por Juan Jesús Ayala.

El día 24 de junio en el Tamaduste, al patrono, San Juan, lo sacan en procesión desde su ermita y siempre ha sido una fecha señalada desde nuestra infancia que nos llenaba de novedades, de alegrías guardadas en el baúl de los recuerdos  que  cuando se convertía en realidad nos producía una satisfacción casi ilimitada.

La fiesta no comenzaba solo ese día 24, desde la víspera se iniciaba y muchos  se preparaban para llegar hasta el Tamaduste. Unos  transitando el camino para encontrar la rodadura de el Jable o la más empinada aún que tras pasar la “fuga” por el agujero incrustada en la Asomada Alta donde comienza el Jorado. Allí la velocidad que se lleva en los pies es de vértigo no incitando a frenar porque muy bien pudieras ser arrastrado por el jable que te perseguía y que dejas atrás por los brincos y carreras de cada uno.

En aquellos años, ya lejanos en el recuerdo, los vehículos que podían llevar gente eran muy pocos; si acaso el camión de Juan Padilla, la vieja guagua Dyamond o la camioneta Ford del cuartel de los soldados. Vehículos estos runruneantes, pausados y que nunca llegaban en el tiempo previsto. Pero no importaba, eso era lo de menos. La fiestas, los cantos, las parrandas y el jolgorio ya comenzaba dentro de sus cabinas y carrocerías.

En los “Tendederos” ya  estaban montados los ventorrillos, y era la música que sonaba y el baile en una plaza llena de tierra arenosa que no nos podemos explicar como se podían mover en aquel recinto polvoriento enmarcado por cuatro brezales caducos, casi esqueléticos.

Tras la procesión se dejaba oír el clarinete de Guzmán. En otro momento, la bandurria y las guitarras de los hermanos Abreu, gomeros que llegaron procedentes de Valle Gran Rey que incorporaron a la isla de El Hierro la cadencia y el ritmo de la isla gomera. O en los descansos aparecían los acordes y la maestría del acordeón del recordado Ramiro.

Y en la fiesta también tomaba presencia las paradas y los descansos en los canteros una vez que se saltaban los portillos para robar las primeras uvas que ya estaban hinchonas, o los primeros higos cotios  de las higueras de don Pepe Piz, arriba en lo alto del malpaís, que nos dejaban los labios escociendo por el picor del cardón.

No era solo  la procesión, los voladores del día del santo sino el baño en el Rio bien estrenando bañador o recomponiendo el del año anterior. Y además la gente de La Caleta y la de Echedo  acompañaban el día  y venían por el camino arriba en lo alto de la Montaña Colorada  o con la barca  de  Felipe Benítez que se “emborcó” apenas llegó a la “Plancha”  y los apuros del rescate  entre gritos y también de risas.

Ferreteria El Cabo Pie

Ya se habían sacado a las terrazas las perezosas y las alacenas de colgar y se desempolvaban faroles, quinqués y petromax para alumbrar la alegría de la noche sanjuanera surcada por los cantos monocordes de las pardelas.

Así como la gigante hoguera donde las llamas eran el mejor recuerdo de los trastos viejos y desaprovechados que rendían tributo al valor simbólico del fuego.

Noches de olor a calcosa quemada o de sonidos que producían el reventar de las olas que empezaba en la Raya Azul y terminaba en el Bañadero de las Mujeres.

Y llegaba la tarde del día que había que preparar la subida. Unos camino arriba traspasando el Roque de las Campanas, por la Asomada Alta hasta llegar a Asabanos y otros por la vieja carretera para avistar la Villa en la curva de Guardavacas.

Era el día de San Juan un sinfín de fenómenos los que hacían que de un año para otro se deseara revivir los sueños que se dejaban mecidos en el Cantíl, el  Ancón Alto o en el Roque Fresco envueltos por la soledad del lugar que estaba dispuesto a despertar unos días mas adelante cuando julio comenzara y el verano en su fuerza hiciera que llegara un nuevo encuentro con el Tamaduste.

Opinión

Ratio: 5 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activado

Por Luciano Eutimio Armas Morales.

  • ¿Sabe usted por donde queda la fuente? – Le preguntó el senderista al pastor.
  • Siga usted aquella vereda, y tras la montaña que usted ve a la derecha, hay un valle de pinos. Una hora de camino, más o menos. Cuando vea los pinos, podrá observar una caseta de madera a la orilla de un barranquillo. Justo al lado de la caseta, podrá ver la fuente.
  • ¿Pero es agua potable? ¿Se puede beber?
  • Bueno, aunque es agua desalada, parece que sí. Se puede regar con ella, beber, ducharse o emplearla en la cocina.
  • ¿Agua desalada en una fuente? Que cosa tan extraña …

Cuando los perros de caza ladran al tiempo que mueven la cola, parece que no es buena señal. Y cuando los amos escriben y firman bajo los pinos, es probable que las manchas de resina pegajosa se adhieran al papel y se emborronen las firmas.

  • Me han dicho que junto a la fuente hay también un quiosco y venden pescado…
  • Si, es cierto, allí se vende toda clase de pescado. Pero hay que pagar por adelantado.
  • ¿Y cómo es eso?
  • Si. Usted elige el pescado que quiere comprar y cuantos kilos, lo paga, y luego cuando lo pesquen, se lo entregan. 
  • En mi tierra, a eso le llaman “vender el pescado antes de cogerlo”.
  • Si. Más o menos. También habrá oído decir eso de que en todas partes se cuecen habas.
  • Bueno, cierto, aunque en unas partes más que en otras. He oído decir, por ejemplo, que en La Gomera se comen muchas habas. No sé si sabrá que es una legumbre altamente nutritiva, que contiene proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes.

Hacia un calor sofocante bajo los pinos, a lo que contribuía el aire enrarecido que se desprendía de la pinocha. El convidado de piedra miraba sin ver. No sabemos si porque carecía de capacidad visual, o si era porque en ese momento no estaba ubicado en ese lugar y circunstancia. Los expertos en lenguaje facial, no se ponían de acuerdo en la interpretación de sus gestos.

  • ¿Hay conejos por estos montes? -preguntó de pronto el senderista.
  • Uff, muchísimos, lo que sucede es que están escondidos en las gateras y no se ven. A veces asoman el hocico, sobre todo cando barruntan que va a haber tormenta.
  • ¿Y hay alguna carretera para llegar a la fuente, o solo se puede ir por senderos?
  • Si, hay una carretera, aunque no está en muy buenas condiciones. Es estrecha, de tierra, como puede ver más allá, y a veces hay desprendimientos de las laderas. Dos veces al día pasa una guagua haciendo todo ese recorrido.
  • ¿Pero es segura?
  • Bueno, digamos que sí. Es una guagua antigua, pero el chofer hace malabarismos, tanto circula hacia adelante, como hacia atrás, e incluso de lado.

Los vientos alisios, parece que se retrasan este año. Algunos hablan de efectos del camio climático. En cualquier caso, la cuenta de explotación de Gorona del Viento   seguro que se resentirá por la baja productividad de uno de los meses clave. Lo que, de rebote, puede afectar a alguna federación de futbol.

Ferreteria El Cabo Pie

  • ¿Y a qué hora pasa la guagua?, preguntó el senderista al pastor.
  • La primera es por la mañana, a primera hora, pero ya pasó. Y por la tarde pasa otra vez, pero si usted va a la fuente, mejor vaya caminando … a no ser que pase algún coche y le lleve. Porque creo que hoy celebran una ceremonia al lado de la fuente.
  • ¿Qué tipo de ceremonia?
  • No sé muy bien… parece que es por reparto pescado.
  • ¿Qué pescado?
  • Del que piensan coger en la campaña.
  • Eso parece el cuento de la lechera…
  • Pero es divertido. Además, para amenizar la ceremonia, brindan con vino de pata y comen conejo en salmorejo. Si camina usted un poco deprisa, quizá llegue a tiempo de la ceremonia. Seguro le encantará, y hasta puede que le inviten.

La imagen digital es un instrumento de dominio.  O como decía Marshall McLuhan: “The medium is the message”. Los momentos más heroicos, más graciosos, más asombrosos o más infames, si no se graban en imágenes es como si no existieran. Por eso, lo importante no es contenido de un papel emborronado con resina de pino, lo importante de verdad es la imagen del acto de firmar.

Cuando tras una larga caminata, y después de agotar la reserva de agua de la cantimplora, el senderista se aproximaba al claro entre los pinos al lado de la fuente y la caseta de madera, se encontró con una pareja, que se ocultaban tras un pino de gran porte.

  • Te das cuenta, Helena, los tres machucambos y el convidado de piedra. ¡Que foto!
  • Aprovecha ahora, Francisco. ¡Dispara!

Helena estaba detrás de Francisco, que protegido de ser visto por los demás tras unas ramas de pino, disparaba su cámara con teleobjetivo sobre un grupo que, ante una mesa de madera, parecía que participaban en una ceremonia.

 Francisco, por otra parte, sabía que la imagen es un potente instrumento de comunicación y de dominio, y que los restos de resina parecería le conferían cierto hado de ancestrabilidad a los papeles. Pero justo en ese momento, cuando el convidado de piedra estira la mano para coger un trozo de conejo en salmorejo, unas gotas de grasa roja por el pimentón salpican una de las escrituras que se estaban consagrando en ese ritual. El senderista miraba con curiosidad desde cierta distancia.

  • ¡Jo tío! ¿Qué has hecho? -Se oyó una voz que gritaba, dirigiéndose indignado al convidado de piedra, al tiempo de levantar y mantener el papel manchado con grasa roja de salmorejo

Lo peor, -pensó el senderista-, es que eso no se puede limpiar con agua. Ni aun empleando agua desalada.

 

La Frontera de El Hierro, 16 de junio de 2.023

PS. Disculpa, estimado lector, pero cuando la realidad supera a la ficción, resulta inevitable tratar de recurrir al esperpento para describirla.

Opinión
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado

Por Juan Jesús Ayala.

Max Weber, sociólogo eminente y de categoría universal siguió a través de los siglos el desarrollo de una categoría social, de un tipo de persona que denomina “político profesional”, el cual obtiene de la política su subsistencia, el que vive de ella y para ella.

Esta observación sociológica no ha decaído con el paso de los años sino, por el contrario, se ha acrecentado y tenemos  ejemplos innumerables en personas que han ostentado  diversos cargos políticos,  que si contemplamos su retrato actual  vemos que su característica fisonómica nada tiene nada que ver con el de su juventud. En otro tiempo jóvenes y ahora entrados en años, pero con la misma dedicación profesional que antes.

Y uno se pregunta ¿Qué tienen estas personas que son capaces de deslumbrar a los lideres de los partidos que en realidad son los que manejan listas y puestos para continuar, desarrollando este o aquel cargo público? ¿Como es posible que esto sea así?. ¿Es acaso que los partidos están escuálidos de cuadros suficientemente dotados intelectualmente que se ven obligados a  echar mano de los de siempre?.

Si los  que tienen  en la política su medio de vida  y que durante las campañas electorales  no se cansan de decir que darán parte de su vida para arreglar este o aquel problema el cual continua igual, sin resolverse sine día no cabe duda que su incapacidad en la gestión de la cosa pública queda bien patente. 

Vifel Sisten 320x71

Y muchas veces son los mismos lideres de los partidos los que se aferran al poder y no les da vergüenza ajena pasar años y años en cargos públicos, donde a parte de gestionar la palabra y un énfasis que han cuidado a lo largo de los años, poco o nada han hecho de provecho y bienestar para esa sociedad que dicen está por encima de personalismos y de retóricas trasnochadas. Lo que nos parece bien. Pero se olvidan de mirarse hacia dentro y encontrarse él mismo  como el mejor protagonista de su historia. Una historia invariable plena de confusionismo y de inmovilismo por mucho que se muevan en coches oficiales de aquí para allá, o que caminen con paso ligero que no les conduce a ninguna parte cuando las cámaras de cualquier televisión enfocan esa altivez tan característica del que se cree imprescindible, aunque sea un farol.

Me da la sensación y tal vez sea así, que en la gestión publica, en aquellos que acceden a ella, no están los mas aptos por lo que deberían someterse a un reciclaje no solo ante si mismos y tener plena conciencia de su valía y responsabilidad sino que las organizaciones políticas a las que se pertenece, que tienen unos objetivos programáticos definidos cuenten en su militancia  personas con verdadera vocación política y que tengan claro que su labor estriba en dar cumplimiento a un proyecto político estén en este o aquel cargo, pero con responsabilidad, con la dedicación  debida para lograr y dar respuesta a los objetivos que se  han establecido.

Todo menos acercarse a la política, usarla para tenerla como una categoría profesional porque con ello se  demuestra una miseria intelectual-política de alto grado, que solo podrá conducir al fracaso del proyecto y a un estado de  melancolía que da la frustración.

Opinión
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado

Por Juan Jesús Ayala.

El pasado 8 de mayo escribíamos en la Gaceta del Meridiano sobre este filósofo italiano, uno de los pensadores europeos mas relevantes que había sido galardonado recientemente con el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, el cual dedicó a su maestro, el que le enseñó las primeras letras en un pueblecito de la costa italiana, al que le debe no solo ese primer conocimiento sino que fue el inicio de  un camino para desbaratar las minucias de un pensamiento encorsetado y debilitado por la ausencia de la lectura y de la reflexión.

Hablaba con frecuencia de los “maestros silenciosos”, que desde una dedicación altruista y verdaderamente profesional aspiraban a que sus alumnos buscaran  para denunciar a través de la critica “la Utilidad de lo inútil “que mas tarde plasmó en un ensayo con ese titulo que se ganó el apelativo de superventas con su traducción a 24 lenguas y tras ser editado en 33 países.

Remarca el filósofo en ese libro, que hoy se considera útil lo que produce ganancia traducido en dinero, pero que se necesitan muchas mas cosas para nutrir el espíritu humano, como la música, la literatura o la filosofía que no  generan margen económico y que contribuyen a hacer una sociedad mas humana.

Llevaba días ingresado en un hospital de Consenza, en Italia, tras sufrir un fuerte dolor de cabeza  posiblemente ocasionado por  una hemorragia cerebral  producida  por una crisis hipertensiva o la rotura de un aneurisma cerebral que fue lo que le condujo a la muerte desapareciendo con su ausencia   una de las figuras  más preclaras del pensamiento universal.

Banner veterinaria pie

Con su último libro “Los hombres no son islas” cierra un ciclo dedicado a la cultura clásica y los saberes humanísticos   donde se desarrolla el arte del buen vivir. Nuccio Ordine amplia con este libro su biblioteca ideal invitándonos a leer y releer definidas páginas de la literatura universal, continuando con la defensa de los clásicos lo que es fundamental para fomentar el entendimiento y la compasión entre personas. En una época marcada por el individualismo, las terribles desigualdades sociales y económicas, el miedo al forastero y el racismo dentro de estas páginas nos invita que vivir para los demás es una oportunidad de dotar de sentido nuestras vidas.

Ahí queda su legado intelectual y aquellos que nos preocupamos por la situación de una humanidad que continúa atropellada por los artificios digitales,  los falsos profetas  e intelectuales  de café la desaparición física del filósofo  no debe de contribuir a que echemos en saco roto las preocupaciones que afectaron su vida intelectual. Y, sobre todo, en momentos como los actuales donde la política es la que asola el campo de la información  desde donde  se vierten las mayores” cancaburradas”, jamás vistas, por lideres de partidos que pretenden gobernar territorios y que diciendo el  “super-disparate”  o el insulto mas que soterrado, piensan que descubren las Américas y que nos ponen en pista de una mejor sociedad cuando lo  que aparece tras los discursos romos y repetitivos proclamados desde las atalayas es la mentira y el insulto; de ahí que  recordar el pensamiento de Nuccio Ordine no solo es gratificante sino necesario para huir de la vulgaridad y del ramplonismo socio-político que nos invade taponándonos los huecos  del pensamiento y de la reflexión.

Opinión

Ratio: 5 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activado

Por: Luciano Eutimio Armas Morales

El cinco de junio de 1968 por la mañana, Robert Kennedy, candidato a presidente de Estados Unidos, estaba en el hall del hotel Ambassador de Los Ángeles con su amigo y jefe de prensa Pierre Salinguer, coordinador de su campaña electoral.

Sabían ambos, que, si vencía ese día en las primarias de California, su carrera hacía la presidencia sería imparable, y en noviembre, con solo 42 años, podría convertirse en el presidente más joven de su país.

De pronto miró Robert Kennedy a través de la cristalera del hall del hotel, y vio a tres hombres que deambulaban por los jardines. Los había seguido con la mirada durante un poco de tiempo. Robert Kennedy los señaló con un gesto a su amigo Pierre Salinguer, y le dijo: “Estos tres hombres quieren matarme”.

 

Don Din lateral

 

BannerVeterinaria1

 

Muebles El Placer

 

Vifel Sisten 320x71

 

Florifauna Mascotas

 

Banner Joyeria Bazar Elvira

 

 

 

aytopinar

 

Ferreteria el Cabo

 

banner 1 multitienda frontera

 

Parma