Redacción/El Ayuntamiento piñero llevará en el próximo pleno, como orden del día, reiterar su petición de formar parte del Consejo Insular de Aguas, puesto que es el único ayuntamiento herreño que no es miembro del mismo, a pesar de haber solicitado varias veces, durante más de cuatro años, su incorporación dentro de dicho consejo. Puesto, que entre otras cosas es en este consejo es donde se ha tomado la decisión de que el Ayuntamiento de El Pinar sea el que más cara compra el agua, supuestamente por unos costes de elevación, a pesar de que hay otros pueblos de la isla que están en cota superior o en cotas similares, no debería ser esta una razón para que los piñeros paguemos el agua más cara.
Juan Miguel Padrón Brito, alcalde de El Pinar y el resto de la Corporación señalan que, el agua es un bien y servicio básico que debería costar igual a todos los Ayuntamientos. A nadie se le ocurre pensar, que los vecinos de un determinado pueblo tengan que pagar el servicio de basura más caro porque es el pueblo que está más alejado del vertedero de La Dehesa, por poner un ejemplo. Por lo tanto, el alcalde señala que es urgente que se tomen medidas para solventar estas problemáticas, expresa Padrón Brito.
El alcalde del Ayuntamiento de El Pinar realiza estas consideraciones a tenor de los problemas que ha experimentado el agua de consumo en el municipio de El Pinar en los últimos meses; según relatan desde el consistorio municipal, el 20 de diciembre de 2018 el alcalde Juan Miguel Padrón Brito recibió a la inspectora de Sanidad de El Hierro que vino a comunicarle que tenía una analítica donde el índice de Boro en el agua potable de La Restinga tenía un repunte.
Posteriormente el viernes 18 de enero la inspectora de Sanidad de El Hierro vino nuevamente con una analítica donde el índice de Boro en el agua potable de La Restinga era alto, aunque no se superaba los niveles permitidos puesto que el umbral se sitúa de 1 mg/L y la analítica señalaba un 0.9 mg/L. Aún así, se notificó que era necesario poner un bando informando de que el agua no era apta para el consumo.
A lo largo de los siguientes días, el Ayuntamiento estuvo encargando diversas analíticas para ver cómo evolucionaban, detectando que era en la salida de la desaladora donde estaban los niveles más altos.
El funcionamiento de la desaladora no es competencia municipal, sino del Cabildo Insular y se gestiona a través del Consejo Insular de Aguas. Vistas las analíticas y la insistencia de la corporación por solventar la situación, se decidió realizar obras de urgencia para bajar agua de El Pinar a La Restinga y dejar de proveer a este núcleo poblacional del agua de la desaladora. Estas obras fueron realizadas por el Consejo Insular de Aguas.
A partir del 11 de febrero lo límites se redujeron por debajo del 0.07 mg/L pero no es hasta la fecha de 27 de febrero cuando Sanidad autoriza a este Ayuntamiento a levantar la restricción y se procede a publicar el bando el 28 de febrero.