Opinión

El Hierro y los herreños, con la Cultura

Por José Vicente González Bethencourt*.

El sentimiento positivo que me despierta la isla de El Hierro, la Séptima del recordado José Padrón Machín,  me viene dado desde que, con 14 años, camino de La Palma  (isla de mis antepasados) a un campamento de verano en el monte Garajonay, en La Gomera, el negro correíllo Viera y Clavijo hizo escala de unas horas en el Puerto de la Estaca, que, tan solitario y mágico me resultó, que mientras se separaba el barco del muelle para continuar la travesía, contemplando la isla, prometí volver. 

 Y lo hice en la Navidad de 1973. La primera noche que dormí en Valverde me envolvió una fría neblina londinense después de conocer en un destartalado bar a Leoncio Morales, quien, entre otras curiosidades, me contó que en la isla dos grupos sociales llevaban nombre de rabo, blanco y negro, cosa que, de entrada, no creí, porque pensé que bromeaba. Pero no, luego supe que iba en serio, aunque advierto que nada tiene que ver con partirle el rabo a la hembra del cordero en el monte de El Derrabado en La Frontera, para facilitar al macho su fecundación. 

Con el tiempo me enteré que por sus ideas liberales Fernando VII mandó matar al primero y único médico, Leandro Pérez, que salvó la vida gracias a que unos herreños lo embarcaron hacia América;  que un médico ruso se vio forzado a marcharse por celos políticos; que más de un esposo se hacía el zorrocloco para recibir los mismos cariños que su mujer dando a luz; que el margareo se hacía para repudiar a una persona, por lo general mujer joven; o que algunos republicanos permanecieron ocultos hasta ocho años en zulos y cuevas huyendo de la Guerra Civil. 

Fue en las Bajadas de La Dehesa a Valverde cuando vislumbré la emoción de los herreños acompañando la Virgen de los Reyes y el porqué de las disputas a empujones, defendiendo sus rayas y territorios, los siete pueblos de la isla. Entendí entonces por qué un día José Padrón Machín sentenció <<pueblo chico, infierno grande>>. Cuando descubrí Sabinosa y disfruté de su folclore y de la Parranda de San Simón, comprendí por qué Valentina insistía que <<las costumbres de los viejos no deben de abandonarse>>. También presentí que para los bimbaches el baño en el mar debió resultar un placer de dioses. 

Vifel Sisten 320x71

Después de unos cuantos años visitando la isla y conociendo sus costumbres, escuchando las vivencias de los mayores, ejerciendo en ocasiones la Cirugía en sus dos últimos hospitales, cada vez me sorprendía más el amor y la pasión de los herreños por cuidar sus costumbres y tradiciones. Así que, con toda la información que había ido acumulando durante años, me aventuré a escribir un libro en 2024, HISTORIAS DE EL HIERRO, VALVERDE, LA FRONTERA, EL PINAR Y SAN SIMÓN, y fue entonces cuando, una vez más, vivo la difícil experiencia que para un escritor supone financiarlo, y más cuando aspiraba a una excelente calidad del papel en  250 páginas para visibilizar con nitidez unas 30 fotos en blanco y negro y 116 a color. 

Escribir un libro puede suponer un trabajo de muchos años, donde participan diseñadores, maquetistas, fotógrafos, escritores, periodistas, bibliotecarios, archiveros, funcionarios, además de editoriales, imprentas, distribuidores, transportistas, librerías, lectores, etc., o sea, exige un esfuerzo de coordinación, perseverancia y paciencia.

Y claro, un libro cuesta dinero. Y si cumple una función de divulgación e interés público, el autor suele recurrir a las administraciones políticas y al mecenazgo de empresas privadas. Cuando, para comunicar el proyecto, visité al presidente del Cabildo, Alpidio Armas;  a los alcaldes de Valverde, Carlos Brito;  La Frontera, Pablo Rodríguez; y El Pinar, Juan Miguel Padrón; al consejero de Cultura del Cabildo, Emilio Hernández Montero, y a los concejales Yaiza Castañeda, Norberto Betancor y Magaly González, y, por la estrecha relación de la isla con el sector primario, también solicité la colaboración del consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, y del director general de Agricultura, Javier Gutiérrez Taño. La acogida no pudo ser más favorable.

También recurrí a empresas, que, modestamente, participaron en la medida de sus posibilidades, y, como ya se sabe, grano no hace granero, pero ayuda al compañero, así que  muestro mi agradecimiento a Henry y Terencio Armas (Supermercados Terencio), Amós Lutzardo (Hotel Ida Inés), Davide Nahmias (Hotel Puntagrande), Manuel Luis Cáceres (Merca Frontera), Pedro Miguel Acosta Padrón (Cooperativa del Campo de La Frontera) y Pablo y Pedro Carmona (Frutas del Hierro). 

Todo un ejemplo de compromiso de El Hierro y los herreños, que, a pesar de su escasa disponibilidad presupuestaria, apuestan por la Cultura y sus Tradiciones. Muchas gracias, y, como estamos en año de Bajada, ¡VIVA LA VIRGEN VIVA!

*Médico cirujano y escritor.

Cubierta del Libro 040425

Crónicas pretéritas: Los juegos infantiles de nuestra época en Frontera

Por Donacio Cejas Padrón.

En días pasados en una tarde de descanso, se me vino a la mente la estampa de los numerosos juegos infantiles que los niños de mi época compartíamos, tanto en La Plaza de Candelaria, como en La Cruz de Las Lapas y sus alrededores mientras esperábamos que se abriera la escuela, y me propuse escribir una pequeña  crónica sobre el particular.

Hasta mediados de la década de los cincuenta, el futbol no se conocía en Frontera, el deporte  que se practicaba era la lucha canaria tanto en mayores como los niños, se estilaba luchar unos pueblos contra otros, pero sin la constitución de equipos eso vino unos años más tarde de la mano de D. Francisco Acosta Quintero aquel ilustre isorano que tantas enseñanzas impartió por muchos años de centenares de jóvenes. Creo recordar que fue D. Francisco el primer Delegado  Insular de La Federación Tinerfeña de Lucha.

Los juegos que losniños practicábamos era,El Calimbre, La Viga, La Piola, El Juego del Trompo, El Juego de El Boliche, y como aficiones más frecuentes la caza de lagartijos con balangos o espintaderas, La Búsqueda de Nidos de Pájaros o Cernícalos, La Rueda, y el juego con carritos muchas veces construidos por nosotros mismos, nos gustaba también por estas fechas ir a buscar Mocanes al Monte, esos diversos entretenimientos ocuparon los primeros años de nuestra niñez. 

Al venir el cura D. Jose Segura, en 1954,natural de Bañaderos, y gran aficionado al futbol y fanático de La Unión Deportiva, ya por aquellos tiempos, en Primera División, nos compró un balón de reglamento y empezó a enseñarnos a practicar el futbol, formó tres equipos, El San Lorenzo, El Candelaria, y El San Fernando, nos regaló el equipamiento de los tres equipos, a mí me tocó en el San Lorenzo, con camisa amarilla y pantalón azul, y los domingos por la tarde organizaba un partido entre dos de los tres equipos. 

Banner veterinaria pie

 

Por esos tiempos en Valverde hubo un movimiento similar, entre los militares del Acuartelamiento, varios empleados de la empresa Entrecanales que estaba  construyendo el muelle, y jóvenes de Valverde se formaron tres equipos de futbol de adultos, El Estrella, El Valverde y el Armiche, y los domingos había partido de futbol en El Campo de San Juan, recuerdo que en El Estrela jugaban Ricardo Puyol El Practicante, y Antonio Pérez Cabrera de Tigaday, conocido cariñosamente como Perejil, tanto Ricardo como Antonio teníansu motocicleta, y ello les permitía desplazarse los domingos por la tarde a Valverde.

También allí en Valverde se formaron tres equipos de infantiles,  con el mismo nombre, y algunas veces en el camión de tío Mauro, que nos trasladaba hasta Valverde,  D. Jose el Cura concertaba algún encuentro entre nosotros, los de El Golfo, y algunos de los equipos de La Villa.

Creo recordar que también por esos tiempos se formó un equipo en El Mocanal, y otros en San Andrés y en El Pinar. Ya había algún aparato de radio en El Golfo, y en otros pueblos, y ello permitía seguir los domingos por las tardes los partidos que se radiaban, y que poco a poco fueron  introduciéndose en la vida de nuestro pueblo.

Le costará bastante a las generaciones del presente, tan dados al disfrute de tantos adelantos y comodidades, entender como era posible vivir, en un pueblecito prácticamente aislado, sin luz ni agua, ni periódicos,ni cines, ni médico, casi sin carreteras, y con apenas caminos peatonales de difícil tránsito para las bestias de carga, y los ganados, casi sin tener noticias de lo que sucedía en otras islas o en España y El Mundo, …… Pues se vivía con naturalidad con las carencias que la situación imponía, pero se disfrutaba de los recordados bailes en los casinos, pendientes también de las noticias  que traían de Cuba y Venezuela los emigrantes retornados que nos contaban maravillas de la vida por allá, y ya desde niños alimentaba en los adolescentes  el deseo de emigrar a aquellos países que tantos y tantos canarios acogieron con generosidad.

Hoy el camino es a la inversa, y son los  naturales de aquellas tierras los que están poblando nuestros pueblos y ciudades, produciendo un mestizaje  que ya se va notando en el conglomerado social y humano de las sociedades, y son ellos los que dan crecimiento vegetativo a estos pueblos. 

Así se escribe la historia.

En el camino de la historia: A vueltas con los medicamentos basura

Por Juan Jesús Ayala. 

Mucho se ha comentado sobre el desaforado e incontrolado uso de medicamentos que prácticamente son basura, que enganchan, que mortifican y que muchos de ellos se han elaborado en la clandestinidad ajena a la FDA, que durante 2023 aprobó 55 nuevos medicamentos. Lo que ha motivado que las sociedades científicas que tienen que ver con la evolución de los nuevos medicamentos  hayan llegado a la conclusión que de los medicamentos que se venden y consumen en el mundo hay un ocho por ciento que no  contribuyen a mejorar la salud. 

Estos medicamentos basura son un gran negocio que según investigaciones recientes mueven anualmente millones de euros. Hay ejemplos sangrantes de la devastación orgánica que producen, siendo los más significativos las 600.000 muertes al año a causa del paludismo que se  pudieron evitar si se hubiese tratado con la medicación original  y no  caído en las manos de la pobreza o del remedio  del sabio del  lugar. 

Medicamentos basura o falsos son aquellos que se fabrican en instalaciones desconocidas y que no llevan el principio activo o que se declara menos cantidad  del mismo. Los más cuestionados  son aquellos que se utilizan para la disfunción eréctil masculina, así como los anabolizantes que se expenden en gimnasios para aumentar  la fuerza y el desarrollo muscular.

Pero, además, y como complemento de esta cuestión insana no olvidemos los potingues por los contra-vacunas en la pandemia del Covid-19 que a favor de afrontar la enfermedad desarrollaban sin ninguna evidencia científica el uso de productos clorados,  cómo se preparaban,  que bien utilizados  eran eficaces contra el coronavirus, sin olvidar  aquellos productos  milagros que no pasan los cánones de la ciencia y la farmacología a los que se titula como curadores del cáncer, de la diabetes hipertensión u obesidad.

Banner veterinaria pie

Y todo esto se  vuelve a reconsiderar y darle  una vuelta más porque muchas veces se le da más credibilidad al “chamán de la tribu” que al científico instalado en su torreta de mando. 

Con las redes sociales por medio de los “gurús” de turno que son milagreros de todo lo que se le ponga por delante, no dejamos de recibir mensajes de  disparates tras disparates donde la evidencia  científica es la gran ausente. Pero lo extraño de este negocio es que sigue propagándose como una pandemia de mal gusto y aceptado por miles y miles de personajes que no quieren saber nada de la ciencia y si mucho de los aprendices de brujo.

Y cuando estos nos visitan (los aprendices de brujo) y salimos a recibirlos pensando que nos van a traer alguna buena nueva, lo primero que vemos es un ser sin rostro, marcado por las arrugas del tiempo y de la tragedia que no dice, que gime y gesticula en el vacío, pero que a pesar de todo queremos hablar con él sin lograrlo, dado que el lenguaje que es lo que nos define como humanos se ausenta y toma presencia la autodestrucción y la insignificancia de unos que se creen poderosos y otros que pretendiendo ser los amos del mundo se han quedado sin palabras, solo con rituales inconexos.

Ante esta situación sí que podemos tocar a retirada, ya que si somos incapaces de quitarlos de encima y seguimos considerándolos nuestro mejor amigo, estaremos entrando en el reino de la despersonalización y la estulticia.

Crónicas pretéritas: Los hornos para producir carbón en El Golfo

Por Donacio Cejas Padrón.

Debo confesar que sobre los hornos de carbón  en mis años de niño, se hablaba muy poco, o por lo menos los mayores no compartían este tema, cuando los niños pudiéramos oír su conversación, y ello era motivado por la expresa prohibición de las autoridades a esa actividad, si bien todo el mundo sabía que en el pueblo había algunos vecinos que  se dedicaban  a la  producción de carbón, y las autoridades se hacían la vista gorda y no se metían mucho en el tema.

Según yo fui conociendo a medida que crecía, en El Golfo había dos zonas donde   los hornos  de carbón  tuvieron presencia, una sobre Los Corchos en las inmediaciones de La Hoya Pequeña, precisamente en un sitio conocido como Hoya de Los Carboneros, y los vecinos que los construían eran básicamente de Los Corchos, mis tíos y mi padre así como mi abuelo Donacio y otros vecinos más, y la otra zona era  en las inmediaciones del Lomo Gordo y La Montaña Colorada, y los construían vecinos de Las Tocas, sobre todo la familia de los Benítez, y algún otro grupo familiar.

Los hornos para producir carbón exigían una técnica muy bien elaborada y un laborioso trabajo, primero había que elegir el lugar adecuado, e ir talando árboles y colocándolos dentro del monte, con superficie plana, en una disposición muy estudiada, en rolos de regular tamaño, formando un círculo e ir construyendo una especie de pirámide, que después cubrían  de tierra, dejándole unos huecos o respiraderos  por donde salía el humo una vez  que se les había dado fuego, el secreto estaba en que  los rolos se fueran quemando lentamente sin convertirse en ceniza, y se convirtiera en carbón, era indispensable la vigilancia constante del horno, pues siempre existía el peligro de que se pudiera escapar el fuego y hubiese  incendio forestal como algunas veces sucedía. 

Muebles El Placer Pie

No puedo precisar cuantos días tardaba la leña en convertirse en carbón, creo que varias   semanas, y entonces se desarmaba lo que quedaba de la pirámide, se extendía el carbón para que se enfriara, y entonces se procedía a ensacarlo, y esconderlo dentro del  monte en un lugar discreto  para después,  irlo bajando en bestias hasta el pueblo, normalmente de noche  y venderlo a los vecinos, me cuenta mi hermano, un poco mayor que yo, que varias familias de Las Toscas y de Los Corchos subsistieron gracias a la venta de carbón, es decir que hacían esta, actividad por necesidad, y sería por ello que las autoridades  lo toleraban. 

En los años cuarenta del siglo pasado, hubo un gran incendio en el monte de El Golfo que se inició en La Finca de Padilla en El Lomo Gordo, y llego por la parte del Sur hasta El Jable y por la parte Este  hasta La Hoya Pequeña, y  extinguido este gran incendio, las autoridades hicieron algunas subastas para aprovechar la leña y el carbón, y hubo varios  adjudicatarios de estas subastas, entre ellos una empresa de La Palma, que trajo expertos en los hornos de carbón, estos ya autorizados y por algún tiempo estuvieron produciendo carbón que bajaban en mulas hasta La Plaza de Candelaria, yo recuerdo ver enormes montañas de sacos de carbón en el lado Oeste de La Iglesia, y ver unos camiones que los transportaban hasta Punta Grande donde los barcos los llevan para otras islas. 

Algunos vecinos de la isla también lograron adjudicarse algunas subastas, entre ellos recuerdo a D. Nicolás Pérez de Valverde, y de Frontera mi tío Tomás Rodríguez, que hubo de darse de baja por un tiempo del cargo de alcalde para poder optar  a la subasta, y cuando la terminó  se reincorporó de nuevo a La Alcaldía, fue alcalde entre 1943 y 1948, durante su mandato se logró algo muy importante para el Ayuntamiento de Frontera, fue la repartición del monte entre los dos ayuntamientos de la isla entonces, Valverde y Frontera. 

Pero me parece que quien  obtuvo la mayor subasta fue D.  Nicolás Pérez, recuerdo sus camiones Diamond cargados de carbón bajando para  Punta Grande y para El Puerto de La Estaca,  según yo he podido enterarme, a sus expensas hizo una pista desde La Montaña Colorada hasta El Lomo Gordo para que los camiones pudieran introducirse en el monte y sacar el carbón. Desde entonces ya D. Nicolás se perfilaba lo que después llegaría a ser, un gran empresario.

Espero noblemente con esta sencilla crónica traer hasta el presente retazos de la vida de nuestra tierra que forman parte  de su historia, que no deben caer en el ostracismo.

Apuntes para la historia.

Migraciones

Por Luciano Eutimio Armas Morales.

La prensa digital de la Isla, se hace eco en fecha reciente de los éxitos del club de lucha canaria Concepción de Valverde, cuyos componentes han sido recibidos por la corporación municipal, que en palabras de su alcalde, Carlos Brito, “El Club de Lucha Concepción es un orgullo para Valverde y para toda la isla. Su esfuerzo y constancia han llevado a El Hierro a lo más alto de la lucha canaria y desde el ayuntamiento seguiremos apoyando este deporte que forma parte de nuestra identidad”.

Es una grata noticia, ciertamente, ese apoyo y reconocimiento al deporte vernáculo en nuestra isla, que históricamente ha contado con destacados y reconocidos luchadores que han tenido tardes de gloria en los terreros de las islas y de América. Y es ciertamente muy loable, ese esfuerzo por conservar e inculcar en los jóvenes este deporte. 

Un detalle que me llamó la atención y me suscita una reflexión al ver la foto, es que, del grupo de deportistas, once son de piel obscura y nacidos en el continente africano. Más del cincuenta por ciento de la plantilla del equipo. Algo que a primera vista puede sorprendernos un poco, pero creo que debemos asumir con naturalidad el fenómeno migratorio, que, por otra parte, no es de ahora, sino que es connatural y genético en el ser humano.

El homo sapiens, primate de la familia de los homínidos, que somos nosotros, surgió hace unos doscientos mil años a orillas del río Zambeze, en Zimbabue, según reciente estudio publicado en la revista Nature. Vivió en las praderas y las selvas, aprendió a caminar y a socializar, y generó una fuerte tendencia asociativa y de solidaridad como única forma de sobrevivir en un medio tan hostil, que unido al desarrollo de su inteligencia, le permitió dominar a otros seres más fuertes, más veloces y más ágiles. 

Y hace unos cincuenta mil años, el homo sapiens, impulsado posiblemente por cambios climáticos y por su instintiva tendencia a migrar, dio el salto desde África a Europa, por donde desde hacía más de cien mil años deambulaban los neandertales. Fue, podríamos decirlo así, la primera invasión de africanos a Europa. No sabemos exactamente qué ocurrió, si hubo luchas entre ambas especies de homínidos, pero sabemos ciertamente que los neandertales, que tenían una capacidad craneal superior al homo sapiens, se extinguieron hace unos veintiocho mil años. En términos de edades geológicas, la semana pasada.

En el tiempo en que los homo sapiens y los neandertales convivieron en Europa, además de guerrear, también tuvieron tiempo de tener algunas aventuras amorosas, y como consecuencia de ellas, resulta que nosotros tenemos aproximadamente un dos por ciento de genes neandertales. Háganse un análisis genético, y podrán comprobarlo. 

Banner veterinaria pie

Y en ese análisis genético, también podrán comprobar que los canarios tenemos de media un 20,% de genes magrebíes; un 75,% de genes europeos, de los cuales un 40,% son ibéricos; y un 5,% de otros, como Egipto o Kenia. Todo esto es el resultado, a fin de cuentas, de las muchas migraciones que se han producido a lo largo de la historia, de lo que resulta que, como dijo Diógenes de Sinope 400 años AC. somos kosmopolites, es decir, ciudadanos del mundo.

Las islas Canarias estaban habitadas por tribus de origen bereber, cuando llegaron los europeos, que las conquistaron, vendieron a muchos canarios como esclavos, se establecieron ellos en las islas como amos y señores, y hoy forman parte de nuestros ancestros. Pero cuando llegaron aquí los castellanos, portugueses o andaluces, ellos llevaban siglos bajo la tutela de los árabes, que los habían invadido y colonizado.

Las oleadas migratorias siempre han existido en la historia de la humanidad, y también la xenofobia y el rechazo al extranjero. Hoy, por ejemplo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está llevando a cabo una intensa campaña en contra de los inmigrantes en su país, pero curiosamente, él mismo es hijo de madre escocesa y sus abuelos paternos eran inmigrantes alemanes.

Hoy, en un equipo de lucha canaria de El Hierro, más de la mitad de los deportistas son originarios del continente africano. En Lanzarote, por ejemplo, residen oficialmente 5.810 marroquíes, (Datos de 2.023), el 3.% de la población, a los que habría que sumar los que residen no-oficialmente. Como su índice de natalidad es tres veces superior al de los lanzaroteños… ¿Qué puede sucedes en un plazo de unos cincuenta o cien años? Que en los pueblos de Lanzarote, al lado de iglesias en estado de ruina como reliquias de un pasado, se sitúen modernas mezquitas con sus afilados minaretes apuntando al cielo, 

Y que, en El Hierro, en lugar de que un equipo de lucha cuente con más de la mitad de luchadores originarios del continente africano, la mitad de la población de la isla sean originarios del África del siglo XXI. ¿Qué esto es una distopía? Al tiempo, somos ciudadanos del mundo.

Dicen que un fémur fracturado y sanado es el primer signo de civilización, porque alguien, desde su libertad, cuidó del accidentado hasta que sanó. La solidaridad y la libertad son los pilares básicos de la civilización creada por el homo sapiens, lo que ocurre es que, a veces, aparecen nubarrones que los obscurecen y hay que hacer una travesía por un desierto. Siempre ha sido así.