Opinión

Notas de una viaje hacia el sur (11). El Paraíso se derrite.

Por: Luciano Eutimio Armas Morales

“Llevo quince años viajando, y este es el lugar más fantástico que he visto nunca. Porque si el Everest es el máster de los escaladores, y Cabo de Hornos el máster de los navegantes, este lugar es el máster de los viajeros. Es casi como llegar a La Luna”. Con estas palabras se expresaba Alejandro, el coordinador de la expedición, mientras el barco permanecía en un margen de la bahía, rodeado de una cordillera en semicírculo, con infinidad de glaciares desembocando en el mar.

Paradise Bay, o Bahía Paraíso, dispone de uno de los dos puertos naturales para desembarcar en el continente antártico, próxima de la cual están las estaciones de la Antártida Base Brown de Argentina y Base Presidente Gabriel González de Chile. Estar en este espacio cerrado, rodeados de acantilados de hielo, en el silencio profundo de un día apacible y soleado, y viendo de vez en cuando el chapoteo en el agua de algún pingüino o el surtidor y la cola de una ballena, es un espectáculo excepcional.

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Le preguntamos al capitán Héctor Travechia, si había observado cambios en la dimensión de los glaciares y la capa de hielo en la Antártida, y nos dijo: “… no tengo datos científicos de mediciones del hielo en esta región, ni de la repercusión que la actividad humana tiene en estos cambios, pero en los años que llevo navegando por la Antártida, que son muchos, se observa a simple vista un retroceso muy significativo de los glaciares y de la masa de hielo.”

En estos días, por otra parte, es noticia en los medios de comunicación las altas temperaturas alcanzadas en la Antártida, que baten récords históricos superando en algún caso los veinte grados, cuando las temperaturas medias son de 49º bajo cero en invierno, y de 0,º en verano (Enero y febrero). “Los glaciares tienen ahora un notorio y acelerado retroceso”, declara también Marcelo Leppe, director del Instituto Antártico Chileno.

Cierto es que, a pesar de las evidencias, hay negacionistas del cambio climático. Como hubo negacionistas de los daños del tabaco sobre la salud en su momento y como los hubo del daño de los clorofluorcarbonos sobre la capa de ozono, hasta que las evidencias científicas se hicieron abrumadoras. Ocurre también con el calentamiento global. Los poderosos intereses de multinacionales financian estudios negacionistas, recurriendo a argumentos como el informe de la NASA sobre aumento del hielo en la parte central de la Antártida, cuando en realidad, esto es una consecuencia transitoria de ese calentamiento global.

Porque si bien es cierto que siempre se han dado en la Tierra periodos glaciares, alternando con períodos interglaciares más cálidos de forma natural, no podemos negar la evidencia de que mil doscientos millones de automóviles circulando, veinte mil aviones volando permanentemente, millones de fábricas e industrias funcionando a diario, y todos consumiendo combustibles fósiles y emitiendo CO2 a la atmósfera, que ha pasado en cien años de 275 ppm. A 415 ppm. circunstancia que no se daba en la Tierra desde hace millones de años, algún efecto debe tener sobre el clima.

En cualquier caso, lo más grave de este proceso no es quizá el incremento del nivel del mar, con ser grave en sí mismo, porque si se derritiese todo el hielo de la Antártida el nivel del mar subiría sesenta metros. Lo más grave, entiendo, es la profunda alteración del medio ambiente, extinción masiva de especies animales y vegetales, contaminación por plásticos y otros residuos, incendios forestales y destrucción masiva de hábitats, intoxicación por metales en la cadena trófica, etc. etc. etc.

Estamos, según criterio de muchos científicos, en el comienzo de la era antropogénica: Sexta extinción masiva de especies y alteración del medio ambiente. Pero a diferencia de otras que se produjeron por fenómenos naturales, como una época de volcanismo intenso, la fractura del continente Pangea, o el impacto de un meteorito, en este caso asistimos a una extinción mucho más rápida y provocada por un ser vivo: la especie humana. A pesar de lo cual, los gobiernos no se deciden a tomar las medidas necesarias para paliar esta emergencia.

El planeta Tierra, a fin de cuentas, es una habitación esférica cerrada sin puertas ni ventanas en la que vivimos, sin otra alternativa posible a la que mudarse, y de la que desde hace cuarenta y siete años en que salió Eugene Cernan no ha vuelto a salir nadie, y cualquier actuación que se realice en un rincón de la habitación, repercute en el resto de esta.

Hace poco, en un pequeño debate, comparaba yo esta situación con la del hundimiento del Titanic. Cuentan que, cuando alertaron a los pasajeros de primera clase, de que había riesgo de hundimiento del barco y convenía prepararse para abandonarlo, algunos dijeron: “Esto es una falsa alarma. Que la orquesta siga tocando, que queremos seguir bailando”. Al final, la orquesta siguió tocando, ellos siguieron bailando, el barco se hundió, y se ahogaron casi todos. Y los negacionistas los primeros, claro.

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Tampoco existe el «silbo gomero»

Por: Jonay Acosta Armas*

El catedrático de filología hispánica Marcial Morera, corresponsable académico de la Cátedra Cultural de Silbo Gomero de la ULL que cofinancia el Cabildo de La Gomera, se ha manifestado en contra de la denominación silbo herreño, con la que un comité de expertos reunido en la Ponencia Técnica de Patrimonio Arqueológico, Etnográfico y Paleontológico (entre ellos, él mismo), celebrada el 19 de marzo de 2019, aprobó unánimemente denominar a este Bien de Interés Cultural.

La competencia lingüística de cualquier hispanohablante le permite deducir que la expresión silbo gomero no es un compuesto sintagmático del tipo ensaladilla rusa o tortilla francesa, tal y como sostiene el profesor Morera. Si hiciéramos una encuesta sociolingüística acerca de su definición a una muestra mínimamente representativa de la sociedad canaria, ninguno de los encuestados daría la explicación (que no definición) propuesta por este profesor: «cierto tipo de silbo articulado constituido por dos vocales y cuatro consonantes que se usa, no solo en La Gomera, sino también en El Hierro y en Tenerife, para silbar las sílabas de las palabras corrientes y darles así mayor alcance auditivo». Al contrario, todos ellos harían una lectura composicional de su significado, definiendo silbo gomero como ‘lenguaje silbado que se usa en La Gomera’. Por otra parte, el profesor Morera, reconocido especialista en morfosintaxis, lexicología y lexicografía del español, sabe que en los sintagmas terminológicos ensaladilla rusa o tortilla francesa el valor gentilicio del adjetivo queda tan difuminado que, difícilmente, se percibe como ‘ensaladilla de Rusia’ o ‘tortilla de Francia’. De hecho, tales sintagmas suelen perder el sustantivo, conservando solo el adjetivo, tal y como sucede en mayonesa o hamburguesa, que se identifican con una salsa y una carne molida, respectivamente, y no con las ciudades de Mahón, Bayona o Hamburgo. Pero, evidentemente, esto no sucede en silbo gomero, donde el adjetivo gentilicio siempre se entiende indudablemente como ‘de La Gomera’, de manera que esta parte de su explicación no resulta convincente. Tampoco en su aspecto técnico la explicación del profesor resultaría satisfactoria: si entre los encuestados se encontrase, por ejemplo, el maestro silbador don Isidro Ortiz o cualquiera de sus alumnos, la corregiría, proponiéndole un sistema vocálico alternativo formado por cuatro unidades, que es el que figura en el apartado «El silfateo» del Programa de Contenidos Canarios El silbo gomero. Materiales didácticos (2005) y el que se enseña en los centros educativos de La Gomera. Así pues, la explicación del profesor Morera parece problemática no solo en el uso actual del español de Canarias, sino en el uso actual del propio silbo gomero.

Por todo lo anterior, deduzco que el profesor, como los poetas, ha creado un plano referencial ficticio desde el cual poder añadir connotaciones al significado propio de silbo gomero, llegando incluso a cambiar el estatuto sintáctico de la expresión: de sintagma a palabra. El resultado ha sido una expresión y una explicación ad hoc que pretenden dar una solución filológica (a mi juicio, forzada) a un problema político. Por supuesto, conociéndole, no dudo de que lo haya hecho con la mejor de las intenciones: tratar de preservar ambos silbos, adaptando su discurso a las cuestionables circunstancias políticas que todos conocemos.

Parece cierto que el sintagma silbo gomero no se ha lexicalizado aún, como sí lo han hecho, por ejemplo, ensaladilla rusa y tortura china. Para empezar, ningún hispanohablante (canario o no) se referiría al silbo practicado en Grecia como **silbo gomero griego. Sin embargo, sí que sería probable que denominara ensaladilla rusa alemana a la Kartoffelsalat o tortura china española al funcionamiento habitual de nuestra burocracia. Esto se debe, principalmente, a que silbo gomero es una construcción sintáctica demasiado reciente en la vida del español de Canarias: su existencia en la variedad oral y popular de nuestro dialecto no va más allá de los años sesenta, momento en el cual esta manifestación cultural en peligro de extinción se comenzó a revalorizar y se dio a conocer masivamente a través de los medios de comunicación. Dudo muchísimo que los pastores gomeros (y canarios, en general) de aquel entonces tuvieran conversaciones del tipo: «Chano, voy a darle un silbo gomero a Goyo para que nos ayude a guardar las cabras». Esto parece más propio de un diálogo inserto en una novela costumbrista o de una representación folklórica que de una situación comunicativa real. Aunque el profesor Morera no cita la tradición silbadora de la Aldea de San Nicolás de Tolentino, recogida por Maximiano Trapero en los años noventa y rescatada recientemente por David Díaz Reyes, tanto en La Gomera como en El Hierro, Tenerife y Gran Canaria existe una sola denominación popular para el fenómeno en cuestión: la palabra simple silbo, que es la que se recoge en las grabaciones más antiguas disponibles. Y la existencia de esta palabra silbo, con su acepción ‘comunicación mediante silbos’, presente en las Islas que lo practican, hace totalmente superflua e innecesaria la introducción de un neologismo tan circunstancialmente local como silbo gomero. Por esta misma razón, la expresión resulta inaceptable para los silbadores de otras Islas (entre los que, evidentemente, están los herreños) como denominación de su propio silbo, lo que es un argumento más para mantener la palabra simple con que tradicionalmente se le ha conocido.

Y, en efecto, este segundo argumento es de naturaleza histórica: el sintagma silbo gomero también es un término relativamente reciente en la literatura científica, pues remonta a los estudios que el profesor escocés André Classe llevó a cabo sobre el silbo gomero a mediados del siglo pasado y, por tanto, siempre se refiere a la variedad gomera del español silbado. Anteriormente, en las primeras publicaciones científicas dedicadas al estudio del silbo, que remontan a finales del siglo XIX, se le llamaba simplemente lenguaje silbado: tal es el caso de la publicación de Max Quedenfeldt, quien, en 1887, hablaba de «Die Pfeifsprache auf der Insel Gomera» (‘El lenguaje silbado en la isla de La Gomera’), o la de Joseph Lajard, quien, en 1891, tituló la suya Le langage sifflé des Canaries (‘El lenguaje silbado de las [Islas] Canarias’). Este investigador francés llevó a cabo su estudio con varios silbadores herreños, mayormente panaderos y residentes en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, lo cual nos puede dar una ligera idea acerca del grado de vitalidad que poseía el silbo en El Hierro a finales del s. XIX. Y, cuarenta años más tarde, en 1932, otro francés, Robert Ricard, se manifestó en los mismos términos con su «A propos du langage sifflé des Canaries» (‘A propósito del lenguaje silbado de las [Islas] Canarias’). De manera que fueron los trabajos tardíos del profesor Classe (1956) y, posteriormente, del profesor Ramón Trujillo (1978) los que han consagrado la denominación de silbo gomero, denominación que corresponde, por supuesto, a la realidad geográfica en la que ambos estudiaron el silbo, pero que no niega, ni puede negar, la evidencia de su existencia en otros lugares. 

Joyeria Bazar Elvira pie

En este sentido, nos parecen especialmente dignos de atención y mención algunos de los últimos estudios y testimonios que reconocen la existencia de lenguajes silbados en otras Islas, como, por ejemplo, el Proyecto de Fin de Carrera que, en el año 2000, matriculó la ingeniera de telecomunicaciones Rosa Delia Santiago con el título Estudio sonométrico del silbo gomero y herreño, o el apartado que el erudito alemán Jens Lüdtke, fallecido el año pasado y conocedor y defensor de la realidad lingüística canaria, dedicó, en 2014, a «El lenguaje silbado de La Gomera y El Hierro» en su obra Los orígenes de la lengua española en América

En definitiva, desde hace más de un siglo, tanto la tradición científica como la popular han reconocido el lenguaje silbado como una manifestación cultural de ámbito canario, no solo gomera, hecho que pone de manifiesto la impropiedad de la explicación del profesor Morera, sin que esta afirmación mía suponga en absoluto negar que ha sido en la isla de La Gomera donde con mayor fuerza y éxito se ha defendido el silbo. En lo que quiero insistir es en la verdad indiscutible de que el español de Canarias no se ha silbado exclusivamente en La Gomera, por lo que resulta abusivo denominar silbo gomero al que se ha practicado tradicionalmente en otras Islas. Más aún, cuando la denominación silbo gomero fue registrada como marca por el Cabildo de La Gomera el 24 de octubre de 2017, con la referencia M3688067(1) de la Oficina Española de Patentes y Marcas.

A mi juicio, y haciendo uso de los calificativos empleados por el profesor Morera, el carácter sustitutivo de los lenguajes silbados hace que cualquier denominación gentilicia resulte «mezquina, insularista y pueblerina». Sobre todo, cuando tales denominaciones se pretenden imponer al silbo (a secas) de otras Islas desde el sector político, tal y como ha sucedido en esta ocasión. La «visión internacional» que reclama este profesor exigiría una denominación más científica, explicativa e inclusiva, siendo «español silbado» (o, si se prefiere, «español silbado en Canarias») la que, en mi opinión, se ajustaría más al fenómeno real. Así pues, silbo gomero, silbo herreño, silbo grancanario o silbo tinerfeño no son sino manifestaciones insulares de un fenómeno archipielágico que se denomina español silbado en Canarias. Imponer el nombre de silbo gomero al español silbado en las otras Islas que lo practican y han practicado supondría una inexactitud y un abuso, que generaría innecesarios, indeseables e injustos problemas interinsulares.

Cada una de estas manifestaciones merece un trato igualitario, tanto en su estudio científico como en el nivel de su protección y promoción. Si hasta ahora no ha sido así, ello se debe a factores externos y no a su grado de importancia o de conservación: recordemos que, también en La Gomera, el silbo estuvo a punto de desaparecer. Les estamos agradecidos a los gomeros por sus esfuerzos en la conservación de este bien cultural: vaya por delante nuestro reconocimiento por su labor. Pero también queremos recordar que esta manifestación cultural no es exclusivamente característica de La Gomera, sino que se trata de un fenómeno que se ha dado también en otras Islas. Por eso, a la hora de llevar a cabo la labor de protección y promoción del español silbado en Canarias, resulta conveniente aplicarle la denominación gentilicia de la Isla en la que se ha practicado y se practica para, así, evitar empleos abusivos de un término común. Sin duda, el reconocimiento del fenómeno a nivel archipielágico y el estudio particular de cada variedad insular redundará en un mejor conocimiento científico de este patrimonio universal y en un bien para toda Canarias.

Jonay Acosta Armas*

Sobrino, nieto y bisnieto de silbadores herreños.

Túnel de las Esperillas

Por: Armando Hernández Quintero.

En la pasada campaña electoral varios de los candidatos para presidir el Cabildo Insular hablaron de la necesidad de realizar la vía que comunicará Las Playas con el sur de la isla. Sin duda alguna, esa obra es de una importancia capital para el futuro del sureste herreño, ya que permitiría establecer la conexión automotriz del Noreste con el Sur de la isla, a la vez que se haría realidad el viejo sueño de llevar a cabo no solo la comunicación sino la integración de esas dos importantes comarcas que se han destacado en los últimos años por su dinamismo socio-económico y crecimiento poblacional. 

Partes de esas dos zonas estuvieron relacionadas durante siglos a través de Las Playas, pues en ese lugar los vecinos de Isora y de Las Casas pastoreaban sus ganados, realizaban labores agrícolas, y celebraban en conjunto bailes y fiestas como la de San Juan. Sin embargo, debido a los cambios socio- económicos producidos en las últimas décadas, los lazos entre esas comunidades se han aflojado, y ellas poco a poco se han ido dando la espalda.

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Hace ya algunos años el ingeniero Javier Fernández Soldevilla, contratado por el Cabildo Insular presidido por el señor Tomás Padrón Hernández, realizó un estudio de factibilidad que bien puede servir de base para la ejecución de la obra prometida, que a su vez, permitiría reactivar las viejas relaciones entre las comunidades ya mencionadas y establecer otras nuevas. Para que ello sea posible es necesario acometer algunos trabajos de infraestructura, donde se considere conveniente, que faciliten la comunicación por la carretera que ya existe. Entre los obras que deberían realizarse estarían la ampliación y corrección de la vía existente, y la ejecución de otras intervenciones de más calado como serían el desdoblamiento del túnel actual y la realización de uno nuevo que permita el enlace de la parte sur de Las Playas con Las Esperillas, en la costa piñera, y su conexión con la carretera H-4, en la parte que va de El Pinar a La Restinga. La importancia de esas obras debería estar fuera de toda discusión ya que con ellas se cerraría el anillo insular y se enlazarían las poblaciones establecidas en la parte del litoral que va desde el Tamaduste hasta La Restinga, nos referimos, además de las mencionadas comunidades, a las de La Caleta, El Puerto de La Estaca, Timijiraque y Las Playas, asentamientos que ya gozan de un destacado dinamismo y que se verían favorecidos al facilitarse el intercambio de mercancías y de servicios entre ellos. 

A su vez, esa vía acercaría y haría más cómodo el viaje desde El Pinar y La Restinga hasta el aeropuerto de Los Cangrejos y el Puerto de la Estaca, lo que redundaría en enormes beneficios ya que dinamizaría el sector turístico facilitando el intercambio humano y de servicios entre las poblaciones del litoral ya mencionadas, y además potenciando los que actualmente presta el Parador de Turismo Insular, al hacer posible que las personas que se alojen en él puedan trasladarse en poco tiempo, con seguridad y comodidad a La Restinga, Tecorón y El Pinar, para disfrutar de esos lugares. Por otra parte, los interesados tendrán la posibilidad de dar un paseo hasta El Faro de Orchilla y gozar de los hermosos paisajes de El Julan y La Dehesa, así como de las aguas del mar de Las Calmas, y después regresar sin inconvenientes y en tiempo razonable a su hospedaje. Algo semejante les ocurriría a los turistas que acudan a la comarca sureña, sobre todo a La Restinga, pues además de recrearse con la belleza de su mar y sus lugares de baño y de submarinismo, así como la de sus lajiales, campos y montes, podrán trasladarse en breve tiempo a las localidades situadas al norte de Las Playas y acceder por esa vía a las poblaciones y comarcas de Valverde, Barlovento y al bello Valle de El Golfo.

En fin, las obras de mejoramiento en la carretera de Las Playas y la construcción del túnel de Las Esperillas, no perjudicará a nadie, traerá grandes  beneficios para todos y contribuirá a hermanar todavía más a los habitantes de El Hierro. Para que ello deje de ser un sueño y se convierta en una hermosa realidad es fundamental y necesaria la decisión política de las autoridades herreñas, concretamente las del Cabildo Insular, mandamiento que esperamos se produzca lo más pronto posible.

10 DE NOVIEMBRE, TRES COINCIDENCIAS. (1ª Parte)

Por: Luciano Eutimio Armas Morales.

Particularmente, en esta fecha han coincidido tres hechos que me invitan a una reflexión: Leer un artículo de Federico Aguilera Klink, ver la película “Sorry we misse you”, y conocer los resultados de las elecciones del 10 de noviembre.

                 EL ARTÍCULO:

Federico Aguilera Klink es Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna, Premio Nacional de Economía y Medio Ambiente en el año 2004, y autor de numerosos libros y artículos sobre economía, el medio ambiente, el agua, y otros de sumo interés social, económico y medio ambiental.

 El artículo en cuestión, es una carta abierta a la activista medioambiental Greta Thunberg, sobre el ofrecimiento de ayuda para cruzar el atlántico sin usar el avión, que se le ha hecho desde el Parlamento de Canarias. 

Le comenta el profesor Aguilera a Greta, que “… el Gobierno Autonómico y los grandes empresarios, para no perjudicar más nuestro desarrollo quieren que vengan más turistas, contratando más aviones, y por eso le han pedido al Gobierno Alemán que los turistas alemanes no paguen el impuesto sobre combustible de avión, que se ha implantado en Alemania precisamente para luchar contra el Cambio Climático”.

“Además, y para que nuestro desarrollo no empeorase y los empresarios pudieran “invertir con cierta seguridad”, se aprobó el Régimen Fiscal Canario que beneficia, fundamentalmente, a esos grandes empresarios y a los profesionales más ricos con el resultado de que, desde 1995, estas personas han dejado de pagar a Hacienda más de 30.000 millones de euros, sin que sepamos a qué los han dedicado”, continúa el profesor Aguilera.

En un informe de FOESSA publicado el pasado día 7, por otra parte, se pone de relieve que el porcentaje de canarios con pobreza severa ha pasado del 10,70% al 15,70% entre 2013 y 2018, siendo la única comunidad autónoma, en la que los niveles de exclusión social han crecido en los últimos cinco años.

Pone así mismo de relieve el citado informe, que quien ha soportado en mayor medida los efectos de la crisis ha sido el grupo de población con menos ingresos, (Un 16,8% menos de renta), mientras el 20,% de la población más rica ha aumentado su renta en un 18,3%. Y añade, que el 12,8% de la población reside en hogares en los que han dejado de comprar medicinas y/o seguir tratamientos o dietas, por problemas económicos.

El panorama que tenemos en Canarias es el de una población cada vez más empobrecida, con mayor precariedad en el empleo, con mayores desigualdades sociales, con menor inversión en dependencia y protección social, y de los últimos en sanidad y en educación.

Pero es que mientras se ha producido este deterioro de la situación de la población canaria, el número de turistas ha pasado de 9.328.000 en 2007, a 10.430.000 en 2010, y a casi 16.000.000 de turistas en 2018.  Y simultáneamente, el número de parados ha pasado de 109.000 el año 2007, a 220.000 en 2019, con un 40,70% de paro juvenil.

¿Alguien me lo puede explicar?

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Porque resulta que entre más turistas recibimos, tenemos más pobreza, más paro, más precariedad laboral y más desigualdades. Y la receta que a algunos se les ha ocurrido para remediar esta situación, es modificar las leyes del suelo, para permitir construir más hoteles, más autopistas, más puertos, más desaladoras, algunas depuradoras más para tratar tantos residuos, aunque nunca las suficientes,  con lo cual vendrán más millones de turistas, tendremos más saturación de vías de comunicación, más contaminación, más degradación del medio ambiente… ah, y seguramente, más paro, más precariedad, más desigualdades y más degradación de los servicios públicos

Y es que como dice el profesor Federico Aguilera Klink en su artículo: “El insaciable deseo de enriquecimiento de unos pocos, solo es posible con bajos salarios, bajos impuestos, muchas subvenciones públicas y un elevado deterioro ambiental, que cada vez exige más sumisión del Gobierno de Canarias”. 

            LA PELÍCULA.

“Sorry we misse you”, es un film realizado por el cineasta inglés Kein Loach. Extraordinario realizador que cuenta en su haber con dos Palmas de Oro en el Festival de Cannes y numerosos premios y reconocimientos internacionales, y que a los 83 años ha realizado esta obra excepcional, que obtuvo el premio a la mejor película europea en el pasado Festival de San Sebastián. 

Una obra admirable hecha con ternura y naturalidad, que relata la lucha por tratar de sobrevivir a la ruina de una pareja, de una familia, y de toda la humanidad. Un padre que le dice a su hijo adolescente ante un policía, en una Comisaria en la que se encuentra detenido este por haber sustraído un spray de pintura en un supermercado: “Somos humildes y pobres, pero no robamos”. Y un policía que le dice al adolescente: “Tienes una familia, un padre, una madre y una hermana. En estos tiempos que corren de desestructuraciones familiares, eres un privilegiado. Cuídalos, y no hagas tonterías”. 

Pero es también la desesperación social, ante la pérdida de derechos sociales y laborales históricamente conseguidos. Es un certero retrato de esa economía colaborativa que provoca una precarización en esos trabajadores falsos autónomos, a los que les está prohíbo enfermar.  Una realidad que se está imponiendo, en la que como dice el propio Loach,  “Estamos destruyendo los pequeños comercios en los centros de los pueblos y ciudades, pidiendo y comprando todo por Amazon”… y donde antes había un autónomo con su negocio, ahora hay un esclavo de un sistema inhumano.

Es una obra estremecedora y un certero diagnóstico, que nos pone ante el espejo de una realidad que nos está envolviendo y provocando traumáticos deterioros de los modelos sociales y ambientales que hemos conocido y vivido.

 Pero no es un film político, es un film tremendamente humano, que nos evidencia las secuelas de la transición de la economía industrial a la economía de servicios y globalizada. Y como ha dicho un prestigioso crítico de cine, “Se trata de una enmienda a la totalidad de este sistema, que no sólo destruye a las personas, sino al planeta”. 

LAS ELECCIONES.

El resultado de las elecciones del 10 de noviembre nos depara dos resultados relevantes: La práctica desaparición de Ciudadanos y la fulgurante subida de VOX, que logra situarse como la tercera fuerza política en votos y en escaños.

CIUDADANOS

El pinchazo del globo de Ciudadanos, no por esperado ha sido menos espectacular: Una fuerza política que llegó a estar en el número uno de preferencia de los españoles en algún estudio demoscópico, ha caído en la irrelevancia.

Ciudadanos es un partido político, fundado en 2006 en Barcelona por un grupo de profesores universitarios e intelectuales, entre los que se encontraba Albert Boadella, y que se presentó por primera vez a unas elecciones autonómicas ese año, en un cartel electoral con Albert Rivera desnudo, y la leyenda “Para presidir la Generalitat, sólo nos importan las personas. 

Loa tres diputados conseguidos por Ciudadanos en esas elecciones, fue el comienzo de un ascenso fulgurante, porque ante el panorama de corrupción de los grandes partidos nacionales, y la radicalización del nacionalismo catalán, Ciudadanos ofrecía una opción moderada y transversal, para “llenar ese vació de representación que existía en el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista”, según lo aprobado en el ideario del partido, publicado tras el Congreso Nacional de 2.007.

Con un mensaje regeneración política y de intransigencia con la corrupción, consiguió atraer a los votantes desencantados de las opciones políticas “viejas”, y tuvo iniciativas muy valoradas por la ciudadanía, como proponer la reforma de la Ley Hipotecaria para establecer la dación en pago como forma de liquidar la deuda, consiguiendo el apoyo expreso de políticos muy conocidos, como José Bono, Antonio Asunción o Joaquín Leguina.

En 2014 dieron el salto a la política nacional y consiguieron dos eurodiputados. En las elecciones generales de 2015, entraron en el Congreso Nacional con 40 diputados. En 2017 ganaron las elecciones al parlamento de Cataluña. Una encuesta de Metroscopia del 11 de mayo de 2018, situaba a Ciudadanos, con el 28,9% de los votos, como la primera fuerza política nacional. Y en las elecciones del 28 de abril, obtuvieron 57 diputados, y con más de cuatro millones de votos, quedaron a unos 200.000 votos del Partido Popular.

¿Qué ha ocurrido para que Ciudadanos se encuentre en trance de desaparecer, y que en las recientes elecciones haya conseguido solamente 10 diputados?

Por una parte, el bandazo a la derecha y la pérdida de identidad. Una deriva en la que fueron defenestrados o se marcharon de Ciudadanos, la mayoría de los fundadores y miembros relevantes, como Javier Nart, Toni Cantó o Francesc Carreras, sustituyendo a un prestigioso catedrático por un vendedor de Coca-Cola, valga el ejemplo.

 Esa pérdida de identidad de Ciudadanos, convirtiéndose en un partido etéreo que pasa de apoyar a la lista más votada en unas elecciones, a hacer alianzas con la extrema derecha; de ser un baluarte contra la corrupción y el nacionalismo excluyente, a prestar su apoyo a un partido seudonacionalista y con amplio historial de corrupción, como Coalición Canarias; esa derechización y abandono de los valores fundacionales del partido, es uno de los motivos que le llevó a los resultados del 10.N.

Sus votantes que se sentían más de derechas, optarían por votar por al PP o VOX, decantándose por el original, en lugar de por una mala copia. Algunos, que se sentían más de izquierdas, habrán girado al PSOE. Y muchísimos, decepcionados, se habrán quedado en su casa sin votar.

Pero si todo esto fuera poco, contaban además con un líder arrogante, que habiendo salido de las jóvenes generaciones del PP. volvió a sus orígenes ideológicos, y que, con sus actitudes, como negarse a reunirse con el presidente en funciones para tratar de contribuir a la gobernabilidad de este país, o su lenguaje con expresiones como “la banda de Sánchez”, más propio de una camorrista de barrio que de un aspirante de ser parte del Gobierno de este país, llegó a ese triste final, en el que se despidió sin ni siquiera reconocer errores y ni pedir disculpas por los mismos, dejando a la deriva la tripulación restante que quedaba de esa nave, que tantas expectativas y esperanzas suscitó en muchos españoles.

VOX

El caso de VOX es en sentido contrario, en lugar de pasar del estrellato a la irrelevancia como en el caso de Ciudadanos, ha pasado de la insignificancia al pódium de la política de este país. En un país en el que los estudios demoscópicos muestran que los políticos y la corrupción es una de las mayores preocupaciones de la gente, se entiende que una opción política antisistema pueda recoger un gran porcentaje del voto de los ciudadanos.

Mesas electorales de Murcia o el cinturón de Madrid, “han pasado del socialismo a la ultraderecha con sólo un verano por medio”. Vox a recogido también votos de los que se muestran hastiados del PP, desilusionados con Ciudadanos, o simplemente hartos de los dos grandes partidos, que no han dado solución a las demandas de este país ni han sabido resolver el problema de Cataluña. 

En cierto modo, es el voto del temor y de la inseguridad, pero también es un voto de protesta antisistema de jóvenes rebeldes y de mayores hastiados de sufrir una clase política privilegiada e incompetente.

Santiago Abascal, que inició su andadura con Vox en 2014 después de 14 años de militancia en el PP, y de mostrarse crítico con Rajoy por la tibia defensa de la unidad de España, la pérdida de valores tradicionales, la corrupción, la política de inmigración y la crisis económica, ha abanderado la defensa de valores conservadores vinculados a la monarquía y el catolicismo, valiéndose de conexiones con grupos internaciones de similar ideología, como revela sus conexiones con Stephen Bannon, asesor de Donald Trump, para promover un movimiento paneuropeo de partidos de extrema derecha.

Vox ha llegado al sistema político español para quedarse, creciendo en el caldo de cultivo propiciado por una crisis migratoria, crisis económica y crisis de valores, a semejanza de otros países de Europa, como Italia y Francia, segunda fuerza política; Polonia y Hungría, primera fuerza política y gobiernan; e importante representación en Austria, Grecia, Suecia y otros países europeos.

La presidencia de Jair Bolsonaro en Brasil, por otra parte, quizá no sea ajena a la estrategia diseñada por Stephen Bannon, como no lo es el apoyo del UKIP al Brexit en Reino Unido.

Resumiendo: El artículo del profesor Aguilera, la película de Ken Loach, y el resultado de las elecciones, al final no son hechos inconexos sino facetas de una misma realidad, provocadas por esa globalización y cambio de paradidgma que estamos sufriendo a todos los niveles en nuestro planeta, cada vez más escaso de suelo, de recursos y de solidaridad, y más sobrado de depredadores, de contaminación y de colapso climático-medioambiental.

Luciano Eutimio Armas Morales.

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PS. Por cierto, me contaron la anécdota de que una vez dos compañeros de pesca, después de decidir ir cada uno por su lado, cayó uno de ellos al agua con riesgo de perecer ahogado. Se acercó el otro, y en lugar de tirarle un salvavidas y una cuerda, se tiró al agua intentando salvarlo. Al final se ahogaron los dos. El resultado de las lecciones en Canarias merece una reflexión aparte.

 

Fiesta de la Virgen de La Paz

Poco tiempo después de la invasión de la isla, los conquistadores, al servicio de Castilla, construyeron una ermita en Las Casas bajo la advocación de San Antonio Abab. Ese santuario estaba ubicado en la plaza que todavía existe y que es una de las más antiguas de Canarias. En la ermita había tres imágenes: la de San Antón, la de San Ildefonso y la de La Virgen de La Paz, cuya fiesta es el doce de septiembre. 

Las festividades en honor de La Virgen comenzaban el día anterior y concluían el día doce. Esa fecha no es producto de un capricho o de la casualidad, ya que ella se corresponde con la del regreso al pueblo de los pastores, que habían realizado su trashumancia anual hacía las tierras comunales de La Dehesa, en donde habían permanecido durante todo el verano con sus ganados.