Opinión

Hablando con la Isla de El Hierro y con el Ilustre Alcalde Presidente de La Frontera y por supuesto también con quienes mi escribir leer quieran

Por Baudilio Domingo Navarro Quintero

Hola querida isla de nuevo mantengo conversación contigo, para públicamente agradecerte lo que a lo largo de estos sesenta años en ti vividos, generosa cómo eres me has regalado a la vez que también tus maravillosas lecciones enseñándome el recto caminar de tus caminos, atajos y veredas Por eso siempre he sabido, que en ti han existidos y existen “iluminadas e iluminados” que con sus burlas e irónicos comentarios, en mi respetuosa opinión caen en malos modos.

Sobretodo aquellas y aquellos que a través de éste por mi cariñosamente llamado cachivache, al igual que lo hago yo, ellas y ellos también lo hacen, pero con la diferencia de no escribir con trasparecía el dictado de sus conciencias. Anteponiendo intereses políticos antes que el buen entendimiento y convivencias común de todas y todos.

En el camino de la historia: Un fantasma recorre el mundo: el hambre.

Por Juan Jesús Ayala

Marx y Engels en la celebre frase inicial de su Manifiesto Comunista, publicado en 1848 escribieron que “ un fantasma recorre Europa: el comunismo”. Ahora, ante el descalabro social y económico, que mas que se vive, se sufre, podemos ampliar el escenario vaticinador de aquellos pensadores del siglo XIX diciendo que “un fantasma recorre el mundo: el hambre”. A la vez que recordamos, al respecto, aquella novela del Premio Nobel de Literatura de 1920, el noruego Knut Hamsun, “Hambre”, cuyo argumento podemos extrapolarlo a este tiempo de plena incertidumbre que conduce a que el mundo y muchos de sus escenarios y países comiencen a sentir en sus entrañas el latigazo del hambre .El personaje central de esta novela , aunque es ficticio, sufre la miseria que le acarrea la carencia de un trabajo para su supervivencia acompañado de la maldad e hipocresía irracional de la gente de medio mundo que bien vive meciéndose en el sillón de la opulencia y máximo bienestar mientras el otro medio lo que soporta como única carga desesperante es el hambre.

En el camino de la historia: Protonacionalismo, insularismo y nacionalismo

Por Juan Jesús Ayala.

Estos tres conceptos políticos, aparentemente pueden circular inconexos uno del otro pero  en el fortalecimiento de este ultimo,  el  del  nacionalismo, es necesario y mas en Canarias, dado nuestra condición geográfica de islas que pudieran ir juntos como estrategia política con la vista puesta en la construcción de la nación canaria, meta a la que ningún nacionalista que se precie como tal no debe renunciar.

El protonacionalismo es un concepto puesto en  circulación  en el espacio del pensamiento político por Eric Hobsbawm, que incide  en cuestiones que no son determinantes y que el autor  considera  “mitología pragmática” ,  como  si fuera una fase incierta , anterior a la construcción de un territorio como nación donde los  escarceos  conceptuales circulan sin dar resultado positivo, pero que puede ser el inicio del camino que conduzca a construir un futuro , con un  discurso que tiene que sonar único en todas las islas apoyándonos en nuestra cultura que es la que nos define y predispone al encuentro  con una música  que suene con la misma letra.

Y dentro de la estrategia, para conseguir lo que debe primar que es el poder si pudiera ser   una pieza a desarrollar  que este se afiance  en la isla, pero que  el insularismo  la trascienda en aras de lograr un programa ideológico-nacionalista que sea asumido por todas las islas, lo que llevará su tiempo pero que de lograrse, este proceso desembocaría en ser decisivos en el gobierno de Canarias y en el gobierno español, tal como lo  han sido vascos y catalanes.

Pero para  eso , y no nos cansamos de decirlo, una vez que trascendamos  la isla y que metafóricamente “sequemos el mar” romperemos con la atonía y falta de perspectiva del nacionalismo canario enquistado en liderazgos  demasiado personalizados donde las fuerzas se diluyen camino de la  frustración y de la melancolía  .O sea, si el protonacionalismo nos abre el espacio, si las islas se encuentran y los que lideran el nacionalismo obtienen poder  y ese poder se consolida tanto en Canarias como en la política del Estado  se habrá cumplido con un objetivo fundamental del nacionalismo.

En este tiempo histórico de incertidumbre política y descalabro económico que nos  conducirá a una miseria casi calculada donde se intenta que lo económico prevalezca sobre lo político es cuando se hace perentorio el apuntalamiento del nacionalismo no solo como reivindicación  territorial sino como  razón política  que nos induzca a ser  protagonistas de nuestra  propia historia, no testigos mudos de la misma.

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De ahí  que insistamos en que hay que ensayar nuevas estrategias que tendrían que apuntalarse en  una y primera “Convención Nacionalista Pamcanaria” donde el debate se inicie y se traslade en el tiempo, porque no será fácil el acuerdo, y menos cuando habrá  que desechar viejas posiciones para que desde   ese escenario  político-ideológico, una vez convencidos  salga un “equipo para la critica”, o un” comité de análisis político” que airee lo que   se discute, fortaleciendo   todo esto con un “órgano de pensamiento nacionalista” que es el que trasmitirá  una visión reflexiva para los que tengan la decisión de  ejecutar, ejecuten Y, además, mientras se anda el camino , tener bien   claro que factores  pueden influir   para que se tenga éxito o no.

Estos factores, según los que han estudiado estas cuestiones  en profundad  son 1) unas precondiciones étnicas diferenciales.2) unas precondiciones sociales que favorezcan la existencia de una nación.3) una estructura de oportunidad política propicia. 4) una movilización política eficaz que consigue generalizar la existencia  de la nación como una categoría política indiscutible.

Pero para  caminar e ir despejando estos factores es imprescindible y necesario   arroparse con una ideología común, la nacionalista, que bien pudiera emerger desde  el poder insular , teniendo claro que todo ello es un camino para  la historia y que no se construye desde la nada. La nación no es un invento, sino el resultado de un  proceso, material y moral en permanente cambio o transformación social. La nación, como reafirma Gellner es una contingencia.  Puede o  no existir, pero no se puede inventar en cualquier momento y lugar.

En Canarias el primer factor se da; el segundo,  de las precondiciones  sociales que favorezcan  una nación, están atenuadas, y ahí precisamente es donde los nacionalistas tenemos un amplio campo donde intervenir   lo que  supone un arduo trabajo , previo a un consentimiento ideológico nacionalista-universal-canario  que  sea capaz de trasmitirse para que llegue a una amplia mayoría  por lo que hay que avanzar en  una nueva logica política que se puede generar desde la isla, pero trascendiendo esta, como  parte de  una estrategia diferente.;  el tercero considerar  una estructura   de oportunidad política que sea  propicia, como aquella  que se perdió cuando la suma de diputados nacionalistas dio 31.

Y  el cuarto factor caminaría por si  solo una vez que el espectro político nacionalista de Canarias  se acercara de forma definitiva a conformar una mayoría al romperse las individualidades  mediante una nueva dimensión de un insularismo coincidente en  una sola idea mediante un activismo nacionalista, y si fuera   en el espacio  de una  organización política nacionalista, casi centenaria, como  es el Partido Nacionalista Canario, mejor que mejor. De darse esta circunstancia  no cabe duda que se   habría dado un paso de gigante hacia la construcción nacional de Canarias que es la meta deseable. 

Trece años del Ayuntamiento de El Pinar de El Hierro

Por Armando Hernández Quintero.

El 15 de septiembre se cumplió un nuevo aniversario de la creación del Ayuntamiento de El Pinar de El Hierro. Este año lamentablemente la fecha pasó sin pena ni gloria. Todos estamos conscientes que las condiciones no han sido las más adecuadas para conmemoraciones ni celebraciones, la presencia del coronavirus ha trastocado y modificado la vida y las costumbres de la comunidad herreña. Y la piñera no es la excepción.

Fiestas arraigadas en la comunidad como la de La Cruz, San Juan, El Carmen y La Paz dejaron de celebrarse, apenas una misa con la feligresía reducida debido a las medidas de distanciamiento sanitario impuestas, dio cuenta de su existencia. Alguien comentaba que parecía que un velo de tristeza hubiera cubierto nuestro cielo y señoreado en nuestros corazones, obligándonos a cambiar nuestras costumbres y a permanecer encerrados dentro de nuestras casas manteniendo un contacto mínimo con la familia y el resto de los paisanos. Hasta los deseados y amados sonidos de los pitos, los tambores y las chácaras desaparecieron de nuestras calles que daban la impresión de ser la reencarnación de la desolación y la tristeza. 

Como una excepción que nos recordó que el pueblo todavía tiene corazón, y que éste vibra, el día de La Paz un grupo de tocadores subió a la montaña de Tanajara con sus tambores y sus pitos y, conservando las obligadas y necesarias medidas de seguridad, tocaron durante un buen rato recordando la fecha y apartando, aunque solo fuera por el momento, la pesadumbre y la soledad, y llevando un poco de alegría, como diciendo no nos hemos ido ni hemos enmudecido, estamos aquí aguantando y esperando tiempos más propicios. 

Las fiestas mencionadas debido a la tradición varias veces centenaria de tres de ellas: La Cruz, San Juan y La Paz, y a la más que cincuentenaria del Carmen, se puede decir que ya constituyen parte del ADN piñero, o como diría Jung y la sicología analítica, forman parte de nuestro inconsciente  colectivo. Debido a ello su continuidad está garantizada y estamos seguros que, al darse las condiciones propicias, volverán a celebrase con tanto o más brillo que antes.

Con respecto a la conmemoración del aniversario de la fundación del Ayuntamiento la echamos doblemente de menos, ya que se estaba convirtiendo en una costumbre, que, ese señalado día, se celebrara un Pleno Municipal abierto lo que le permitía a los vecinos participar y plantearles a las autoridades municipales las cuestiones que considerasen más relevantes, y además, hacer las críticas a la gestión municipal que tuvieran a bien. De tal manera, que El Pleno era una especie de catarsis colectiva, después de la cual los vecinos subían a Tanajara para celebrar, degustando los sabrosos productos tradicionales de la tierra, bailando, cantando la jota herreña, y conversando, recordando las vicisitudes, luchas, y tragos amargos que tuvieron que tragar nuestros antepasados en su empeño, por suerte, nunca desfallecido, de dotarse de un municipio propio.

Hemos sido testigos de los dos últimos intentos que se hicieron por llevar adelante la segregación, En el primero, en 1992, se conformó una comisión que tenía como presidente al señor Miguel Ángel Casañas Padrón, y a los señores Dionisio Padrón Padrón y Juan Carlos Hernández Morales como vice-presidente y secretario respectivamente, y a ocho miembros más. y como asesor a Aurelio Ayala Fonte, verdadera alma del proyecto. 

A pesar que las gestiones que realizó la comisión fracasaron, por causas que no vamos a analizar en esta oportunidad, el sentimiento piñero no hizo sino acrecentarse, y el fracaso momentáneo no fue obstáculo para que en el año 1995 los vecinos del pueblo nombraran otra comisión de treinta y una personas, al frente de la cual se desempeño el señor Virgilio Fernández Fernández como presidente, y que además tenía al señor Miguel Ángel Casañas Padrón como vicepresidente y al señor Gustavo Morales Méndez como secretario, La Comisión contó con la asesoría de los señores Tomás Padrón Hernández, Eligio Hernández Gutiérrez y Manuel Fernández González, y se encargó, está vez con éxito, de la tarea que les fue encomendada por el pueblo, que no fue otra que la organización y la llegada, como dirían los marinos, del barco a buen puerto. La actividad que culminó ese hecho histórico, sin duda alguna el más importante de la historia piñera, se concretó en un hermoso y trascendental acto cívico en la casa cultural Luis Martín Arvelo, que contó con la presencia de las autoridades regionales, e insulares y la juramentación de la Comisión Gestora, que sustituyó a la Comisión Promotora que había impulsado, organizado y tramitado, junto con los asesores, todo el papeleo ante los organismos competentes, tanto insulares como regionales. 

La Gestora presidida por el señor Virgilio Fernández Fernández una vez juramentada, dirigió los destinos del municipio hasta las elecciones municipales, para lo cual dispuso desde el primer día de la colaboración y asesoría del señor Juan Pablo Martín González, secretario del Ayuntamiento de Valverde, que desempeño a su vez el mismo cargo en el ayuntamiento recién creado, y quien se dio a la tarea de organizar la parte administrativa hasta que la corporación nombró a otro en su lugar. Así como también contó con la asesoría del señor Francisco Morales Fernández, secretario del Cabildo, e Igualmente siguió contando con la asistencia de los tres asesores de la Promotora. 

La suspensión de ambas actividades, la del pleno y la de Tanajara, ha dejado un vacio que esperamos se procure llenar lo más rápido posible. Necesitamos reforzar el sentimiento de pertenencia alrededor del Ayuntamiento, arroparlo y darle calor, hasta que llegue a consustanciarse, y a formar un solo ser, con nuestro pueblo piñero. Esa es una tarea que todavía tenemos pendiente todos los hijos de esta amada tierra sureña.

Armando Hernández Quintero.

El Pinar de El Hierro, 18-09-2020

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Los Canarios también estamos viviendo un “annus horribilis” 2020

Por: David Cabrera de León*.

Nadie podía imaginar que todo el sector turístico, base de nuestra economía, se derrumbaría de sopetón, y no solo en el archipiélago, sino en todo el mundo. Este hecho, sin precedentes en época de paz, ya vislumbra cambios sociales, la búsqueda de un distinto modelo económico y cambios políticos también. Nos adentramos en una época de inestabilidad que durará años y cuyas consecuencias ni los economistas ni los sociólogos son capaces de medir. 

Pero los canarios no somos nuevos en esto de vivir con la inestabilidad, con la carencia de medios, con la falta de seguridad en el futuro. En el pasado hemos sido emigrantes, y sabemos lo que es empezar de cero. Ahora, si fuera necesario, lo volveremos a hacer. No será fácil, pero contamos con que nuestra sociedad tiene un profundo arraigo en la familia, en el que se basa realmente, nuestra economía. 

Como digo, sobreviviremos a este nuevo desafío, no tengo duda. Pero para ello debemos también ser conscientes de lo importante que va a ser que nos centremos en nosotros mismos, que concentremos nuestros esfuerzos y nuestros medios en Canarias, en cada una de las islas, y que conjuntamente nos mostremos decididos y dispuestos a dejar las rencillas insulares a un lado –más de los políticos que de la propia sociedad– y entendamos que solo desde la unión de nuestros intereses diversos podremos tener una voz que se haga oír. 

Porque la continuidad del deterioro de los servicios públicos y la educación avanzan al son de una pobreza ya cercana a extenderse a casi un tercio de la población. 

Si en algo he envidiado a los nacionalismos catalán y vasco ha sido en la fuerza que tienen para poner y quitar gobiernos. Llevan 40 años siendo decisivos en la política nacional, y, a no ser, que haya un cambio constitucional o electoral, así seguirán en un futuro próximo. Nada podemos hacer frente a esta realidad. 

Pero lo que si podríamos hacer los canarios es remendar esa convergencia política insular para unirnos, de una vez por todas, y ser también decisivos en la política nacional. Si no lo hemos hecho hasta ahora ha sido por las bobas luchas por el protagonismo y el liderazgo, que, como hemos visto durante años, solo han conseguido hacernos más pequeños y más débiles. 

Debemos regresar todas las islas a la convicción de que solo desde el Insularismo podemos influir en los cambios sociales, económicos y políticos. Dentro de menos de tres años tendremos elecciones generales, y debemos llegar a esa cita con una infraestructura, con un ideario, con una unidad de acción. 

Muchos de los canarios no aspiramos a ser una nación en el sentido de que no abogamos por el independentismo, sino que somos partidarios de una suerte de federalismo, o regionalismo o autonomismo real. Pero muchos sí aspiramos a ser un archipiélago con una auténtica identidad, una voz propia que refleje la distinción de la 

insularidad en la economía, en la sociedad, en los transportes, en las comunicaciones, en la educación, en la sanidad, en nuestro cuidado de los más necesitados. 

Una y otra vez, los partidos de ámbito nacional representados en nuestra tierra canaria cuando llega la hora de la verdad siguen el dictado del Gobierno central de turno, y los canarios terminamos siendo traicionados por los nuestros y sus disciplina de partido. 

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En nuestro Insularismo tienen cabida todas las ideologías democráticas, desde la izquierda a la derecha, y, por supuesto, pasando por el centro. Necesitamos de todas ellas para lograr una auténtica y fiel representación de nuestra sociedad, de forma que bajo el ideal del Insularismo canario, cada isla, cada pueblo, cada opinión, puede expresarse y unirse en un propósito común, lograr una mejor forma de vida para los canarios, en sanidad y en educación como base de nuestro desarrollo social. 

Pero necesitamos ir más allá y ofrecer una alternativa al turismo, y aprovechar este frenazo forzoso para repensar nuestro modelo turístico, y mejorarlo, acercándolo mucho más a la naturaleza, al entorno de nuestro paisaje. Esto solo será posible si los canarios unimos nuestra voz en Madrid. 

Imaginemos lo que podríamos hacer los canarios si contáramos con 12 de los 15 diputados en el Congreso, y no con tan solo uno. El solo hecho de que, en las últimas elecciones, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Partido Nacionalista Canario y Centro Canario Nacionalista hayan ido de la mano, tuvo como efecto pasar de ese uno, en la persona de Ana Oramas, a dos. 

Imaginemos lo que podríamos lograr si se convenciera a gran parte de los votantes del PP y del PSOE, a los de PODEMOS y de CS de que el Insularismo está lejos de ser rancio y de que en él tienen cabida sus ideales sociales. 

Pero el gran problema al que también nos enfrentamos es a la propia cadena de errores que el nacionalismo canario ha acumulado a lo largo de los años en el gobierno de nuestra comunidad. Muchos errores en cuanto a planteamientos, decisiones, acciones y personas puestas al mando de proyectos para los que no estaban ciertamente capacitados. 

Ya desde los tiempos de la conquista, en la llamada carta de Calatayud, se establecía el Reino de Canarias. En esa misma carta de 1481 se recogía ya una fiscalidad diferenciada y la posibilidad de comerciar independientes del monopolio comercial español. La carta fue pasada por alto por las autoridades centrales en no pocas ocasiones lo que conllevó algunos levantamientos y actos de rebeldía. 

Solo cuando el nacionalismo se empezó a organizar a finales del siglo XIX se hizo posible llegar a un Estatuto de autonomía en 1982, pero si bien es un logro, de poco nos sirve cuando en la práctica, como digo, somos engañados por muchos de los nuestros cuando anteponen el partido al archipiélago, y no digamos a la Isla. 

Según el CIS, el 24% de la población de las islas se siente más canaria que española, o únicamente canaria el 12,1%, frente al 7% que se siente únicamente española. La opción más amplia es la de quienes se sienten tan españoles como canarios, con un 53,9%. Yo, personalmente, a pesar de que me sitúo en esta mayoría, soy muy consciente de que somos los que más lejos estamos de España, y que el tratamiento actual de esta realidad no es ni mucho menos suficiente. 

Actualmente existen gran cantidad de organizaciones y partidos políticos que se autodenominan nacionalistas y la mayoría acepta la bandera de las siete estrellas, aunque sus reivindicaciones soberanistas son muy diferentes entre ellos. 

Los desequilibrios inversores entre islas sirven de excusa para pelearnos entre nosotros mismos, mientras nos cruzamos de brazos y cerramos la boca ante el maltrato continuo al archipiélago por parte de los partidos nacionales. 

Una lista de todos sería muy larga, pero, a modo de ejemplo, los partidos que se consideran nacionalistas son Coalición Canaria (CC) –(Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), Iniciativa Canaria Nacionalista (ICAN), Asamblea Majorera (AM), Unión Centrista (Canarias) (UC), Unión Tinerfeña Independiente (UTI)–, el Partido Nacionalista Canario (PNC) – Alternativa Nacionalista Canaria, Congreso Nacional de Canarias y Unidad del Pueblo–, Nueva Canarias (NC), Alternativa Sí Se Puede (SSP)– Alternativa Popular Canaria (APC), Acción Verde, Plataforma contra el Puerto de Granadilla, Asamblea por Tenerife–, Centro Canario Nacionalista (CCN), Alternativa Popular Canaria (APC), Alternativa Nacionalista Canaria (ANC) o Unidad del Pueblo (UP), Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC), Agrupación Herreña Independiente (AHI), etc. 

Es decir, hay casi tantos partidos nacionalistas como canarios. Y así, no se puede, no podemos lo canarios salir de este status quo de colonialismo político al que nos empujan con sus acciones los partidos nacionales del PP, PSOE, PODEMOS y CS. 

Pero, los responsables no son los ciudadanos, somos los políticos canarios que no hemos sabido, ni sabemos, convivir de verdad con el conjunto heterogéneo de ideologías políticas y mucho menos poner por delante la idea común de nuestra identidad geográfica, cultural y económica. 

Es, quizá, el momento de aprovechar este frenazo forzoso que vivimos ahora, para reflexionar sobre el Archipiélago y nuestro futuro en él, y sobre el papel actualizado y absolutamente renovado que debe desempeñar el Insularismo en España. 

 

*David Cabrera de León, Consejero del área de Medio Rural, Marino y Recursos  Hidráulicos, del Cabildo de El Hierro.