Opinión

Poner el contador a cero…

*Por David Cabrera.

Nos hace falta un nuevo partido, poner el contador a cero, y volver a empezar, para así quizá hacerlo mejor. 

No es solo una idea, es una necesidad humana traducida anualmente cuando cada 31 de diciembre decimos adiós al año que vivimos y nos esperanzamos con el que empieza.

Es así como pasamos de un nuevo partido a un partido de nuevo. 

Me atrevo a decir, el mismo partido de nuestros antepasados, presente en nuestras Islas desde siempre, y que tiene una sola prioridad, la misma y presente necesidad tal vez, la de ocuparnos y cuidar de nosotros mismos, de nuestra naturaleza, de nuestros vecinos, porque sabemos muy bien que nadie desde el centralismo lo hará por nosotros, a pesar de las promesas y de las palabras huecas.

Es un partido que cuando la política impide avanzar, echa mano de la ayuda del uno a uno, y allí donde la burocracia administrativa tiene menos fuerza, la asamblea que se crea en la plaza, en los mentideros, en nuestro campo,  en los bares, es quien único ofrece soluciones, simples, sencillas, de sentido común.

Así que escuchemos al sentido común.

Necesitamos visualizar la Isla que queremos, y trabajar, trabajar muy duro, para que esa Isla sea un futuro para nuestros hijos. 

Necesitamos preservar nuestra naturaleza, que es magnífica, y enseñar a quienes la vivimos, lo que es el respeto, respeto al paisaje, porque es nuestra seña de identidad.

Necesitamos una Isla funcional, donde prestemos especial atención al mantenimiento y mejora de nuestros servicios básicos y fundamentales que es una de nuestras mayores carencias. 

Es muy simple, tenemos que cuidar lo que tenemos. Y esta es una política, una de las principales, siempre olvidada. 

Nos dicen que tenemos que hacer, construir, edificar, que también, pero nunca se nos habla de que tenemos que conservar, mantener, reparar, quizá porque eso no vende; pero eso, cuando no se hace, daña a nuestra Isla, la deteriora, deteriora nuestra casa.

Hace falta una catástrofe social como la que vive La Palma para que asumamos los canarios nuestra propia canariedad, y lo frágil que es.

Debemos recuperar algunas de las costumbres de nuestros abuelos que se criaron en la escasez como una enseñanza, porque la realidad es que no somos un pueblo rico, pero somos un pueblo que conoce el valor de las herramientas. Aprovechemos este conocimiento.

Debemos recuperar la propuesta humilde, donde tienen cabida las distintas ideologías, bajo una identidad común, la defensa de los intereses de nuestra Isla por delante de los intereses políticos.

Porque nuestra ideología debe ser la isla, y nuestra forma de entender la sociedad debe basarse en la ayuda al otro, al vecino, en compartir la vida, en compartir el trabajo y procurar el bienestar; en buscar el consenso más allá de las mayorías.

La Palma no solo necesita ayuda, no solo necesita millones de euros, necesita un consenso, ahora más que nunca, necesita un “proyecto Isla”, ahora más que nunca, entre todos, para llegar al acuerdo de la Isla que queremos, y, así, no perder el rumbo, el ritmo de trabajo, el sentido de las prioridades, para así entender que “lo urgente puede esperar, pero lo importante no”.

Esto es algo que el Volcán en la Cumbre Vieja nos recuerda cada día desde hace semanas, y sin embargo no ponemos atención en la luna sino en el dedo que la señala. 

No estamos mirando en la dirección correcta una vez más con los Presupuestos que se debaten estos días en el Parlamento de Canarias, no queremos hacer caso de las señales evidentes de que debe ser otra la formulación de objetivos y criterios de la política presupuestaria, porque estaremos todos de acuerdo en que cuando los contrastamos con el resultado final de las últimas dos décadas se ve nítidamente la dimensión real del error, el desequilibrio entre unas islas y otras en Canarias.

Ahí están los números, la falta de comunicaciones para unir por aire y por mar El Hierro con Canarias, los necesarios avances en sanidad y la obligación de mejorar la educación en nuestra tierra…

El COVID 19 paró el mundo, nuestro turismo, nuestra economía, e incluso puso en cuestión nuestro modelo social, y parece que no hayamos aprendido nada del error, en poco o en nada se diferencian estos presupuestos de los anteriores, más allá de pequeñas modificaciones cosméticas.

Nuestro ideario debe ser la autosuficiencia, la sostenibilidad, el equilibrio regional, que son mucho más que conceptos, son herramientas; quizá gastadas por el mal uso, pero son las únicas con las que podemos reconstruir nuestro futuro de isla.

Esta es una oportunidad, otra oportunidad de poner el contador a cero e intentar hacer las cosas mejor, así que hagámoslo, o dejemos al menos de hacer lo mismo que hemos hecho, cavar hacia el centro de la tierra.

*Por David Cabrera, Consejero de Medio Rural y Marino del Cabildo de El Hierro.

En el camino de la historia: Estudiantes, 200 libros.

Por Juan Jesús Ayala.

Se ha dicho por aquellos que transitan entre libros y bibliotecas  que  era necesario la lectura de 3.000 libros durante la vida de  una persona para completar una formación adecuada  que acerque a la reflexión sobre cuestiones de su entorno, de la vida, y del mundo en general.

 Sin ese bagaje de libros  el individuo se encontrará sujeto a que le cuelen gato por liebre y si  a apartarse de la propaganda que acecha  evitando que se tuviera una opinión personal sobre las cosas, no manipulada y  actuará en determinadas cuestiones con convencimiento de lo que   cree es lo correcto , al menos desde su intimidad.

Y  es imprescindible hacer una lectura razonada,  reflexiva, si pudiera ser con lápiz para subrayar o acotar en los márgenes del libro aquellos párrafos que  nos dan luz  y que en su búsqueda, pasado el tiempo pudiéramos  dar con ellos. O  poner en practica lo que recomendaba el profesor Tierno Galván:” cuando se lee  hay que hacer  como las gallinas que cuando  una vez que picotean el grano   tienen que elevar su gaznate para deglutirlo”.

En un estudio  que se ha hecho sobre la cantidad de libros que poseen los universitarios  en sus  menguadas bibliotecas   apenas se  llega a 200, incluidos   aquellos que  conciernen a la carrera que están estudiando, que habrá que suponer  serán al menos la mitad, durante toda su vida universitaria .Lo que nos sitúa en la impresión que manda mas  los artilugios artificiales y todo lo que les rodea que dar salida a la razón  y al convencimiento intelectual.

Y este panorama  que es desolador, se podría sacar la lamentable conclusión que  nos indica que nuestros universitarios  obtendrán un titulo pero estarán suspensos en formación universitaria.

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Porque la formación universitaria no debe descansar exclusivamente en aquello que  rodea a su titularidad sino ir mas allá, remarcando la concepción de universitarios, de universal, donde  el día que se abandone  la universidad se salga  con un predicamento   no solo apto para defender una determinada profesión sino para tener  argumentos sobre  cuestiones  de la vida misma, que  para obtenerlos es fundamental, la reflexión, la observación y por supuesto, mas  allá de todo eso, la lectura.

El universitario no debe desarrollar su actividad académica en un  compartimento estanco, en dejar atrás asuntos que  directa e indirectamente inciden en su vida social como es la política, o como es la cultura y la influencia que sobre determinados asuntos  hacen  los libros escritos  en  un sentido o en otro.

El universitario debe implicarse en la sociedad   no solo ampliando sus estudios y reforzando  su actividad profesional  sino que tiene que ir mas allá con una proyección humanística que le ayude a sentirse valedor de sus propias decisiones y no dejarse conducir por cantos de sirena o  por “papagayismos” insulsos.

Nuestros universitarios leen poco, y tienen que hacerlo mas; no para alcanzar los 3000 libros  de referencia , pero si, al menos, que las lecturas complementarias, ajenas a su titulación le acompañen durante toda su vida para que  se conforme una personalidad  que se titule” universitario” para  que  cuando opine, que es su obligación, tenga la satisfacción de estar en el camino correcto.

Y, sobre todo,  alejar ese viceanalfabetismo galopante donde poseyendo dotación  profesional para  una determinada materia, se es un ignorante para otras que tienen que ver con su desarrollo vital e intelectual donde la única herramienta capaz  de romper esa costra de indigencia sociológica es la lectura. 

El recibo de luz y las nuevas tarifas eléctricas del 1 de junio del 2021

Por Angel Treviño. 

El asunto energético se va a poner bastante complicado durante este invierno, recuerda que puedes elaborar con personal especializado, un plan de ahorro integral y de seguimiento para que tu factura de luz sea la más barata del mercado y no contenga errores.

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Si quieres profundizar más en estos consejos, te invito a ver una entrevista que hice hace algunos días en la Tv Autonómica RTVC: https://youtu.be/WD2EKLXHhlE

*Angel Treviño, Perito y consultor estratégico en mercado eléctrico, electrolineras y renovables - CEO en Ecoluz Consultores.

En el camino de la historia: De Fontainebleau al Hierro, pasando por Bayona.

Por Juan Jesús Ayala

El Tratado de Fontainebleau de el 27 de Octubre de 1807 firmado en la ciudad francesa del mismo nombre entre España y Francia; y el Tratado de Bayona de 1808 constituyen unas de las páginas mas abyectas y negras de la política española teniendo como principales protagonistas los reyes borbónicos del momento.

El primero fue firmado por el favorito y Primer Ministro de Carlos IV, Manuel Godoy y Napoleón Bonaparte donde se contempla conceder permiso a las tropas francesas que pasen por territorio español para establecer la invasión militar conjunta franco-española por la cual el territorio portugués seria repartido entre el francés, España y el citado Manuel Godoy. Pero la realidad fue que se posesionaron en territorio español mas de 100.000 soldados franceses que comenzaron a implantar su dominio y fuerza . Una vez que esto acontece y el pueblo lo observa, se subleva ante la atrocidad y mentiras dominantes, por lo que deprisa y corriendo se procura un nuevo Tratado, el de Bayona en el cual el rey Carlos IV y su hijo Fernando VII ceden la corona española a Napoleón concediendo el trono a un hermano de este que gobernó con el nombre de José I. ,Pepe Botella, iniciándose así la guerra de la independencia española.

En el camino del historia: La tarea de escribir

Por Juan Jesús Ayala

Entre las muchas conversaciones  mantenidas con el recordado  escritor herreño, José Padrón Machín, del cual guardo un grato recuerdo, solía decirme que resultaba muy difícil escribir sin consultar libros o apoyándose en lo  que había escrito tal o cual personaje de relumbrón   versado sobre este o aquel asunto. 

Insistía  una y otra vez que no consultaba libro alguno para escribir sus artículos,  sino que lo hacia basado en su experiencia adquirida a través de la observación, sobre todo, de una geografía reducida y que tan bien entendía  como  la de la isla de El Hierro, su “Séptima isla”.

Y debería ser así que los que escribimos nos planteemos hablar por si mismos, sin la prosopopeya de mencionar a tal o cual autor y hacerlo desde nuestras capacidades, sin apoyarnos en determinadas lecturas, que si bien sirven de sostén a diversas argumentaciones, nos quedaríamos mejor y mas satisfechos si  lo  que hemos escrito es enteramente nuestro y no obedece a traducción alguna  o   consultas verificadas en este o aquel libro que hemos bajado de los anaqueles de la biblioteca o del  Internet.

Se hace difícil, no cabe la menor duda, pero seria un camino  deseable  y transitable porque  al menos así sabremos algo mas sobre los demás y sobre nosotros mimos ya que si  se amontonan  nombres con “negrilla “en el afán de demostrar que  nuestra erudición no tiene limite, en realidad lo que estamos  poniendo al descubierto son  nuestras carencias y falta de originalidad.

Y si traigo esto a colación es debido a que estamos inmersos en un mundo de `pseudo complacencia y de ensimismamiento bobalicón que hace nos de por citar nombres y mas nombres en  lo que escribimos con lo cual esa intención por demostrar nuestra erudición puede llegar a convertirse, sin percatarnos, en poner de relieve nuestra ignorancia.

Hablar de la historia es recordar. Estamos de acuerdo. Mencionar la política es poner al descubierto lo que nos circunda y si se hace con acierto mejor. Es bueno y hasta necesario. Pero descubrir nuevos mundos desde la literatura en plena fabulación ya es complicado. ahí aparece la repetición al verse uno reflejado en el otro, en el de aquí y en el de mas allá.

Convenir en que la sociedad se desarrolla y elabora sus vivencias de acuerdo  a unos parámetros referenciales  ya establecidos también es necesario que se ponga en evidencia.

Y si los políticos que son los que nos gobiernan se encaraman en la alturas e intentan  deslumbrarnos con palabras huecas y romas, es necesario  se les  diga lo fatuo y torpes que son en sus discursos  y alegatos y, sobre  todo, en sus propuestas camino del vacío haciendo un brindis, uno mas, al sol.

Y si las instituciones que están, dicen, para protegernos se tambalean y los hombros que las soportan están  implantados en personajes escuálidos intelectualmente  y carentes de principios convincentes  es también  bueno  que se les mencione, para , al menos, saber   con quien nos jugamos los garbanzos.

En definitiva escribir eludiendo nombres y propuestas de otros seria  estar en el ámbito de lo deseable, lo que pasa ,  mas de una vez,  son que esos nombres son los que mueven la historia y no hay  otra alterativa posible que hablar de ellos, lo que acontece es que unos lo hacen desde el adulamiento y otros desde la critica. Ahí la gran diferencia.