Opinión

Los silbos canarios frente al silboplanismo

Por Jonay Acosta

Cualquier persona que haya escuchado una lengua diferente de la suya sabe que la relación existente entre las expresiones fónicas y sus significados es arbitraria. En efecto, la inmensa mayoría de hispanohablantes llamamos periódico al impreso que estamos leyendo ahora mismo, pero los anglófonos lo llaman newspaper; los francófonos, journal; los germanófonos, Zeitung, etc. Esta discrepancia entre las lenguas se debe a que la relación entre el significante (la expresión fónica) y el significado es convencional, al basarse en un pacto social establecido por cada comunidad lingüística.

En el camino de la historia: Dialoguemos, es la  meta.

Por Juan Jesús Ayala.

Se dice de manera machacona  que estamos en   tiempos de dialogo, que  ya no vale el sacar pecho sobre los demás por lo que hay que consensuar y consentir.

Pero esto que parece sencillo y que fue  Sócrates  el primer mártir de la razón, es  mas complicado que lo que parece. No es fácil que el acuerdo llegue y cuando lo hace se desdibuja en las martingalas que  tiene el poder para desvirtuarlo y hacer lo que le venga en gana.  Porque tienen a mano leyes y reglamentos  que deciden  sea así.

¿Qué habría que hacer para que el dialogo se decantara’ como meta  de las relaciones humanas y políticas.?

Lo  básico es ver, cuando se habla ,si se hace sobre aquello que verdaderamente preocupa o es un mero simulacro donde lo  fundamental se orilla y queda solo el alegato insulso, eso si, muy elocuente pero retórico y vacío de contenido.

Dialoguemos  pues y dejemos  la pobreza de un monologo  entre varios, donde se habla pero no se escucha, donde el ruido prevalece sobre la voz atinada  y convincente. No    hay que elevar  la prosodia como  enciclopedistas franceses  y si intercambiar

 la opinión, ya que en  ese punto, en la intersección de la palabra del uno y del otro emergerá una nueva licencia literaria que si se rescata se encontrara’ lo que se persigue que es el dialogo .

A partir de ese momento las cuestiones irán mejor porque  en los que dialogan  y los que esperan  el resultado del mismo, habrá una conformidad generalizada  dentro de ese escenario y se ira’ mas ancho y mas alegres porque se ha comenzado  a saber, en ese momento, la importancia que tiene el compartir y no transitar cono un sonámbulo imbuido de pseudo intelectualidad y de un sabelotodo.

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Así,  bajando desde el autismo  que da el poder se llegara’ al mejor escenario donde no prevalezca ni la altanería ni la desfachatez y si, por el contrario, el mutuo respeto.

Debe ser  de esa manera  y no   perder el tiempo en las brumas de  palabras pronunciadas desde la jactancia y que se las lleva el viento, lejos , muy lejos, tanto del que habla como del que escucha..

Dialogar no es fácil .Es la moda. Y esta aparece cuando el poder se encorseta, se encuentra comprometido con su posible perdida  lo que motiva cambios de actitud y de comportamientos dirigidos al entendimiento entre los que se dicen iguales y los otros.

Dialogar desde que Platón propagó las enseñanzas de Sócrates es un bien escaso y al que se recurre de tarde en tarde y, sobre todo ,cuando hay debilidad. Pero hay que acostumbrarse a enlazar conversaciones, no discusiones, y que el dialogo sea una meta siempre, y mas aun cuando de democracia hablamos.

Y es curioso que ahora, quizás mas que en otras etapas de la historia se está prodigando el dialogo por los diferentes estamentos sociales, y mas por aquellos que quieren cambiar actitudes y compromisos políticos en territorios, pongamos por ejemplo Cataluña y el Estado español comandado por  el presidente Sánchez .Pero da la sensación que va a ser, está siendo ya un diálogo encorsetado y  planificado donde se barrunta que las palabras se perderán en el horizonte porque para que el dialogo llegue a una razón lógica hace falta consentimiento ;pero .cuando lo que se deja ver es un simulacro estaremos antes futuras acciones fallidas.

Dialogar, eso es lo que se impone desde los poderes públicos  pero poco, muy poco se dialoga porque prevalece más la imposición  con ribetes desdibujados  de democracia que la democracia en si.

Un engaño piramidal en La Frontera

De los Reyes Magos de Cartón a la improvisación de un campamento de verano, pasando por la inacción para la apertura del complejo Cascadas del Mar o el “me engañan” del alcalde cuando le preguntamos por el reinicio de las obras de la Residencia de Mayores de El Golfo.

Esta es la carta de presentación de quienes están gobernando en el Ayuntamiento de La Frontera, concretamente desde las áreas que gestiona el PSOE municipal.

¿De verdad nuestro municipio merece esto?

Hace unos días el Ayuntamiento de La Frontera publicaba la apertura del plazo de inscripción de un campamento municipal para los más pequeños del municipio. Para esas fechas, las familias ya habían hecho sus previsiones en cuanto a las actividades de los más pequeños, valorando el desembolso económico que les supondría.

Asimismo, las empresas y  personas autónomas que trabajan en el sector ya tenían todo organizado para acoger a los niños y niñas de nuestro municipio que, por unas razones u otras, acuden durante los meses de verano a este tipo de actividades.

Sin embargo, ya con las vacaciones de verano encima, el Ayuntamiento de La Frontera hace saber la celebración de un campamento público, haciendo trizas los planes de muchas familias y sobre todo de muchas empresas y autónomos que ahora han quedado en pausa ante el cambio de escenario que esta decisión, totalmente improvisada por parte de quienes gobiernan en nuestro municipio, ha producido. Está claro que un campamento costeado con dinero público siempre será más asequible para las familias que uno impulsado desde el sector privado.

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Lo cierto, es que este ejemplo es uno más de tantos que vienen a demostrar la falta de sensibilidad con su pueblo y de planificación de las concejalas y concejales del PSOE en el Ayuntamiento de La Frontera, quienes, por cierto, no quieren recibir aportaciones (han rechazado el 96% de las propuestas que hemos realizado en lo que va de Legislatura), casi siempre con la coletilla de “tu partido tampoco lo hizo”, y parecen más pendientes de criticar la labor de la oposición que de mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas. Siempre pensé que habían entrado para mejorar lo que en otras etapas se había hecho, pero parece que estamos ante un gobierno conformista, que mira para otro lado y que baja la cabeza ante “sus jefes socialistas de arriba”.

Esto lo demuestran cuando les hemos preguntado, en repetidas ocasiones, por el reinicio de las obras de la Residencia de Mayores de El Golfo, todo un atropello a nuestros mayores, a sus familias y al propio personal de la residencia. A parte de echar balones fuera (como si no estuvieran gobernando), el alcalde se limita a decirnos que “lo han engañado desde arriba”.

Por último, la desidia y la inacción para lograr la apertura del complejo Cascadas del Mar, que posibilitaría no sólo el ocio y disfrute de nuestros vecinos, vecinas y visitantes sino, además, la impartición de cursos de natación o de actividades saludables para personas con dificultades de movilidad (tienen que ir a otro municipio para poder participar en actividades de este tipo) reflejan que las promesas electorales quedaron ahí, guardadas en una revista propagandística que volverán a desempolvar cuando necesiten tocar la puerta de los vecinos y vecinas de La Frontera.

Nuestro municipio merece más, mucho más. Y desde luego, no un grupo de gobierno abonado a un engaño piramidal: "me engañan los de arriba, engaño a los de abajo".

Pablo Rodríguez Cejas.

Concejal de AHI en el Ayuntamiento de La Frontera.

En el camino de la historia: Los hechos (al fondo la historia).

Por Juan Jesús Ayala.

De Zeus padre de los dioses y de Mnemosine, diosa de la memoria, nacieron las musas y una de ellas, la que nos cautiva y serpentea escurridiza por la manipulación de unos u otros, fue Clio, simbolizando la historia que se escapo’ del Olimpo coronada de un laurel y portando un rollo de papiro en la mano izquierda.

Musa, la de la historia, siempre cuestionada que le llevo’ a Morland a decir”me maravilla a menudo que resulte tan pesada, porque gran parte de ella debe ser invención” porque los hechos se  difuminan, se emboscan, los embosca  los que se titulan historiadores, reafirmando que “ lo que yo quiero son hechos .Lo único que se necesita en la vida son hechos”.

Así se instalaron los historiadores decimonónicos y algunos que  aun continúan transitando por esa clave sin hacer caso que las circunstancias son otras y el dinamismo de la historia va por  derroteros  diferentes. Para ellos los documentos eran imprescindibles para   relatar capítulos de acontecimiento tras acontecimiento. Los documentos era la parte fundamental de la historia, y el historiador llegaba a ellos con la frente humillada y en tono reverente decía: “si los documentos lo dicen será verdad”.Pero esto tiene un gran inconveniente puesto que los hechos no nos conducen hacia un estado puro y perfectamente verosímil ya que habrá un filtro acomodaticio en la mente de quien recoge estos hechos.

De ahí se deduce que  sea muy interesante saber quien es su relator para situarnos en la tesitura de la fiabilidad o no de todo aquello que nos ponen delante de los ojos. Sin embargo, si hay que decir que son pocos los que continúan anclados en esa  visión  relatadora de historias porque  ya  desde  el inicio del siglo XXI cada nación y cada pueblo tienen sus propias historias y se comienza a pensar en procesos sociales en los que la humanidad se encuentra comprometida. O sea, se puede decir que la historia historicista ha fenecido.

Ya se exponen para la discusión y envueltos en la veracidad no en testimonios y hechos que pudieran estar manipulados, ahora irrumpe en el trabajo del historiador aquellas realidades que escondidas y tapujeadas salen a la luz para  secuestrarlas de esa tramoya sombreada por falsas historias y por hechos tergiversados por historiadores vendidos a la mentira y al trapicheo.

Cada pueblo tiene su historia, sus circunstancia que hay que desempolvar de viejas paginas   confusas, historias contadas por vende patrias y por los adulones de aquí y de allí,  lo que motiva que  cada pueblo vaya en busca de su historia y lo consigue cuando esta  se impulsa por la conciencia colectiva que quiere saber donde esta’, el  por que de lo acontecido  y quienes  han sido los protagonistas de la misma.

Los pueblos exigen aun desde el silencio cómplice saber, desempolvar cuestiones, que muchas de ellas en su momento dispusieron un nuevo rumbo que no fue el deseado ni el mas inteligente. Los pueblos necesitan saber desde hechos concretos el por qué de su momento actual.

Las mujeres piñeras y el baile de La Virgen 

Armando Hernández Quintero 

El Pinar de El Hierro, 05-07-2021

Antes de los años setenta del siglo XX el grupo de bailarines de El Pinar, al igual que los de los otros pueblos de la isla, estaba conformado, tal como lo había estado desde que se tiene memoria, solamente por hombres generalmente ataviados con el traje típico. Sin embargo, se debe anotar que Urtusúastegui, a finales del siglo XVIII, reseñó el hecho de que las mujeres herreñas, con arcos de flores en las manos, acompañaban a los hombres y danzaban con ellos en la bajada de la Virgen de los Reyes, aunque no describe la vestimenta que usaban. 

En el pueblo, sobre todo el día de La Cruz que desde siempre fue una fiesta  abierta y tolerante, las mujeres se colocaban detrás de una pareja masculina, generalmente familiares, o novios suyos, vestidas con ropa de calle y sin chácaras. Sus movimientos eran diferentes a los de los hombres, levantaban los brazos a la altura de los hombros, nunca más arriba, y los movían de manera lenta y cadenciosa hacia un lado y hacia el otro, al mismo tiempo que chascaban los dedos, y animaban el baile dando vivas y emitiendo los característicos ja, ja, ja… y jijies. De entre las muchas que bailaron en el recuerdo todavía perduran los nombres de Natividad, Lucrecia, Eulalia, Armanda, Esperanza, Servanda, Eduviges, Lucia, Erminda, Rita, Elba, Valentina, Sara, Eloina, Lucrecia “Quesa”, Dámasa “Masa”, Eudocia, Antonia, Martina, María “Quicta”, Juanita, Nina, Fila, Lucia “Cia”, Angélica, Tera…

Esa ancestral costumbre fue alterada cuando algunas mujeres decidieron bailar vestidas con el mismo traje y gorro que los hombres y utilizando las chácaras, al igual que lo hacían ellos. Esa decisión se vio favorecida por la enorme disminución del número de habitantes del pueblo a causa de la terrible emigración hacia Venezuela, en las décadas de los cincuenta y sesenta, y hacia el Sahara Occidental en los años setenta y primeros de los ochenta, lo que ocasionó que el pueblo perdiera aproximadamente la mitad de su población. La inmensa mayoría de los que emigraron fueron hombres jóvenes, varios de los cuales eran bailarines, lo que debilitó al cuerpo de baile y facilitó que las mujeres fueran aceptadas e incorporadas al mismo.

En El Pinar las pioneras fueron dos hermanas, que residían en Santa Cruz de Tenerife: Maricarmen Medina Gutiérrez y Rosario “Saruca” Medina Gutiérrez. A las hermanas Medina los trajes se los confeccionó su madre María Gutiérrez Quintero, y los gorros se los hizo la señora Casimira González Quintero pariente de ellas.      

Para poder participar hablaron con Domingo González Machín, uno de los bailarines y amigo de su familia, y con Matías Padrón Montero que se desempeñaba en aquel tiempo como uno de los guíos del grupo de bailarines. 

Ellas pensaban que iban a ser rechazadas por el hecho de ser mujeres, no residir en el pueblo y además ser muy jóvenes, pero con gran sorpresa y mucha satisfacción, tanto el señor Domingo como el señor Matías no solo las aceptaron, sin hacer objeciones y sin ponerles ninguna condición, sino que las animaron para que participaran, limitándose a darles algunos consejos e indicaciones sobre el lugar donde debían ubicarse dentro del grupo, la atención que debían prestar, y lo pendientes que debían estar a las indicaciones y movimientos de los guíos, así como y a los cambios de toque para no confundirse de baile, y sobre todo, no desentonar con el toque de las chácaras para evitar los chacoleos.

Poco después de Maricarmen y Rosario “Saruca”, y animadas por la aceptación que ellas habían tenido, bailó Argelia Padrón Padrón, que lo hizo primero formando pareja con su padre Bartolomé Padrón Padrón “Bartolo Daniel”, un bailarín veterano que se desempeñaba con Pedro Fernández González “Pedro Elvira” como guío de cola, y después con Ana Suarez Gutiérrez, y con María Reyes Gutiérrez Quintero quien bailó también en Sabinosa. A finales de los setenta Valentina Padrón Quintero bailaba en pareja con su hermano Esteban. Existe una bella fotografía de Valentina, hecha en 1977, el año de la Bajada, en medio de su hermano y de Benito Armas Hernández quien era guio de los bailarines piñeros. 

Esas mujeres fueron las primeras en hacer algo considerado rompedor en aquellos tiempos, pero que hoy es visto como absolutamente normal, lo que determina que muchas personas piensen que las cosas siempre han sido así.

Siguiendo su ejemplo en los años ochenta la incorporación de las mujeres se intensificó y fue muy numerosa. Nombraremos a algunas de ellas siendo conscientes de que corremos el riesgo de que otras se queden sin ser mencionadas: Maritere Abreu Gutiérrez, Agueda Reboso Padrón, Mari Carmen Machín Cabrera, María Jesús Fernández Méndez, África Fernández Méndez, Francisca “Paqui” Machín Hernández, Dolores “Loli” González González, Mariela Padrón Machín  y Anabel González Padrón. 

Al pasar los años las mujeres se fueron empoderando, visibilizándose y ampliando su influencia, y pasadas cinco décadas no solo bailan con igual destreza y elegancia que los hombres, sino que también se han destacado como buenas ejecutantes en el toque de los pitos y de los tambores.

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La importancia de la decisión de aquellas jóvenes, vista desde una perspectiva histórica, es inconmensurable. Sobre todo al observar como todavía hoy día en muchas comunidades españolas las mujeres siguen siendo relegadas y marginadas en nombre de unas costumbres y una supuesta tradición que se empeña en cosificar y hacer inmutables las festividades religiosas y las manifestaciones folclóricas, como si fuera posible ponerle puertas a la imaginación y al viento, aunque en realidad sus conductas no dejan de ser manifestaciones notoriamente machistas, más propias de sociedades patriarcales y/o feudales que las de unas sociedades democráticas en las que las mujeres deben tener, gozar y disfrutar de los mismos derechos que los hombres. 

En la lucha por la igualdad, las piñeras fueron acompañadas por otras de los demás pueblos de la isla. En Valverde se destacaron María Reyes Rodríguez, Ana Flora Quintero Lima, Pilar Quintero Padrón e Inmaculada “Macu” Quintero Padrón, las que sí bien al comienzo tuvieron problemas para incorporase al grupo de bailarines, después fueron aceptadas y unos años más tarde el Casino les hizo un reconocimiento. En San Andrés la primera que bailó fue la joven Carmen Dolores Acosta Morales “Marisela”, la que, según sus propias palabras, fue aceptada y no tuvo ningún inconveniente. En Barlovento la señora Matilde Álamo Armas fue la precursora y a pesar de los rechazos que sufrió nunca desistió en su empeño de bailar. En El Golfo, comenzando los ochenta, María del Mar Morales y varias mujeres del grupo Tejeguate bailaron vestidas de bailarinas junto con los hombres. 

Todas esas herreñas fueron ejemplo, y con su conducta rompedora y apocalíptica, empleando la terminología de Humberto Eco, desmoronaron  los tabúes y perjuicios de carácter falócrata que habían mantenido a las mujeres encorsetadas y relegadas a un segundo plano, y se adelantaron en el ejercicio de sus derechos, en más de medio siglo, a las mujeres de otros pueblos de España donde todavía siguen siendo excluidas.

En las comunidades de Euskadi, La Rioja, País Valenciano e incluso en Canarias, por solo poner algunos ejemplos, la participación de las mujeres sigue siendo entorpecida y obstruida. En 1996, las primeras mujeres que intentaron desfilar en el Alarde de Irún, fueron empujadas e insultadas, en 1997 hubo varios heridos, y hoy día desfilan separadas de los hombres y no son recibidas por las autoridades del Ayuntamiento. En Cervera del Rio, en la Rioja, el baile de San Gil en una oportunidad fue suspendido para evitar la participación de las mujeres, ya que solo a los hombres solteros les está permitido intervenir en el baile de La Gaita. En Alcoy la primera mujer que pudo participar como fitera lo hizo en 1998, en el desfile del ejército cristiano, y fue pitada por el pueblo que vio ese hecho como algo pernicioso e incalificable. Hoy día siguen existiendo filaes que rechazan la participación femenina, y en Canarias, en la cofradía La Esclavitud del Cristo, en La Laguna, se sigue rechazando la participación femenina. 

Actualmente son numerosas las mujeres que forman parte del grupo de bailarines del pueblo de El Pinar así como de los de otros pueblos de la isla, haciendo pareja con otras féminas o con  hombres, y contribuyendo de esa manera a darle belleza, elegancia, colorido y animación a las fiestas. 

Vaya esta nota como un pequeño reconocimiento a todas las mujeres que fueron pioneras, y las que, con su espíritu emprendedor, su presencia y ánimo hicieron posible que la lucha contra la discriminación de género, y en favor de la igualdad y de la justicia, ganara una pequeña pero muy significativa batalla en esta no muy grande pero si animosa isla.    

Esperamos que las bailarinas de hoy día no bajen la guardia, y que sigan siendo puntales en la defensa de los derechos adquiridos, ya que lamentablemente la resistencia a los cambios, por parte de los integrados e integradas, así como el peligro de involución no ha desaparecido, y la amenaza de un retroceso, que recorte los derechos de género conquistados, sigue estando presente.