Opinión

En el camino de la historia: Llegar a una persona

Por Juan Jesús Ayala.

Se puede llegar de diferentes maneras, tanto por su proyección profesional, como por su dedicación imparcial pero efectiva a la política, o por su trayectoria intachable pensando en la colectividad como fin prioritario, por su disposición argumental e intelectual abriendo espacios de conocimientos que permanecían, más que ocultos, ignorados, aunque nuestros pasos nos guiaban de forma imperceptible  atraídos por su extraordinaria y decisiva influencia.

También nos encontrábamos con comentarios de otros que dedicados a su memoria o a su actividad nos llegan cargados de páginas en los libros de su historia  porque bajándonos los capítulos de los recintos donde guardamos lo imprescindible  aparecen como personas que influyeron hasta en el espacio íntimo de muchos con   abnegación y responsabilidad.

Son los maestros de todas las épocas, desde  la infancia, de la adolescencia, de la Escuela, la Academia, el Instituto, la Universidad, de las salas de disección con aquellos cuerpos sin vida, pero que seguían siendo fuente de conocimientos para los que teníamos de seis cursos, dos dedicados a prácticas anatómicas; de los quirófanos para que los alumnos ante anfiteatros plenos de luminosidad   observaran como se intervenía con manos quirúrgicas sobre  órganos que había que aliviar haciéndolo con pericia y maestría impecable, impartiendo a la vez  enseñanzas  de  altísimo nivel.

Lo mismo que en las salas de Medicina Interna, donde la sabiduría no cabía más en aquellos profesores que desplegaban diagnósticos y tratamientos con una certeza bien estudiada y altamente experimentada.

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Y en el discurso, en la oratoria que transitaban por las tribunas de Ateneos y Academias donde sobresalían sus atinados argumentos que echaban para atrás las falsedades de otros qué encogidos pronunciaban frases que si tenían algo de enjundia no era más que disonancia y  carencia de significantes fuera de tono.

Llegábamos porque lo esperamos siempre, con una dedicación  imparcial porque de sus tinos y reflexiones no salían cuentos,  no eran páginas en blanco, los renglones de sus letras eran esperadas porque apoyándonos en ellos llegaríamos al libro, a la enciclopedia, al texto publicado desde la cátedra de medicina o desde las tribunas de la filosofía que no tenían por qué estar en desnudas paredes adornadas con  tapices multicolores; solo bastaba para encontrarnos los mapas del mundo, las laminas en las que abundan inscripciones o figuras con fines formativos y didácticos de un aula donde los estilos que pudimos aprender eran cercanos, diferentes, pero  dentro de la misma categoría, universal, rompedora de atavismos, impulsora y plenas de conquista de los conocimientos que fueron cimentando personalidades que se construyeron a través de sus empeños insobornables luchando en contra de enemigos cargados de envidia, plenos de ignominia y al borde de un cicaterísimo intelectual depredador.

Para llegar a una persona son múltiples los caminos que se pueden desandar,  también los deseos, la suerte de tenerla, pero, sobre todo, debe  estar por encima de cualquier consideración, el respeto, del que se hizo  acreedor y en esa tesitura    hay personas de las que siempre se tuvo la necesidad de llegar y si se llegó podemos decir que el triunfo fue reconfortante porque  sin ellos  sería difícil romper  tramas, acercar posiciones; y cuando hablo de triunfo lo hago del más lineal y creativo que existe: ser partícipes de sus decisiones y enseñanzas; y ya que tuvimos esa oportunidad, no haberlos esquivado mirando para otro lado.

Carta abierta al Parlamento de Canarias

Por Antonio Rodríguez de León.*

El próximo día 22 del presente mes de mayo, se cumple un año que el Parlamento de Canarias aprobó por una amplia mayoría la propuesta de una PNL elaborada por la plataforma por el mar canario, presentada y defendida por el diputado D. Luis Campos Jiménez, portavoz del partido político de Nueva Canarias. Los miembros del Parlamento de Canarias han adquirido la responsabilidad de mantener su honorabilidad y honradez, con el compromiso de instar la presente PNL ante los estamentos nacionales, y en el caso de no ser atendida por las Cortes Generales ni por el Tribunal Constitucional, por dignidad del parlamento canario se elevaría a las instituciones internacionales como podrían ser la Corte Internacional de Justicia y las Naciones Unidas.

La base fundamental de esta propuesta de PNL la encontramos en el marco jurídico de la Parte IV del Tratado Internacional del Mar, donde se mejoran enormemente los intereses de Canarias, señalando el artículo 46.b: “Otros Archipiélagos NO Estados”, cuyo contenido calca fielmente la realidad de Canarias, con el siguiente contenido: “grupo de islas, incluidas partes de islas, las aguas que las conectan y otros elementos naturales, que estén tan estrechamente relacionados entre sí que tales islas, aguas y elementos naturales formen una entidad geográfica, económica y política intrínseca o que históricamente hayan sido considerados como tal, y por extensión, al resto de artículos de la Parte IV del Tratado Internacional del Mar, en conformidad con el Derecho Público Internacional que nos dice: “lo que no está expresamente prohibido por ley, está permitido”, por si pretendieran impedirlo con el argumento de que no somos un Estado.

Por todo lo expuesto, con esta propuesta de PNL pretendemos finiquitar la aplicación insular de la línea de base recta, que el Estado español ha legislado para las Islas Canarias, a través del Real Decreto 2510/1977, de 5 de agosto, que es de aplicación interna del Estado, y contrario al derecho internacional, línea de base recta que el Estado ha venido aplicando al medio centenar de propuestas presentadas en los últimos veinte años, sobre los espacios marítimos de Canarias,  cuyo argumento insular,  utilizaba no equivocadamente Coalición Canaria ante las Cortes Generales. 

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El Congreso de los Diputados tiene aprobado un Estatuto de Autonomía para Canarias que carece de aceptación internacional sobre los espacios marítimos, entre islas, y dudosa interpretación sobre las aguas en la zona económica exclusiva. De esta grave situación para la seguridad e integridad de Canarias, podemos decir que España en un futuro no podrá defender ante terceros Estados los espacios marítimos de Canarias. 

 Téngase en cuenta que otros archipiélagos que no son Estados, tienen aceptadas sus competencias, estos archipiélagos se amparan a delimitar de la misma forma que los Estados archipelágicos al no estar expresamente prohibidas por el Derecho Internacional del Mar, por ejemplo: los archipiélagos europeos de Azores y Madeira: de Portugal; Islas Houtman, de Australia; Islas Feróes, de Dinamarca; Spitzberg, de Noruega; Islas Galápagos, de Ecuador. Tienen estatutos de autonomía por mandato de la constitución del Estado al que pertenecen, les permiten ser titulares de administrar los recursos económicos de las pesquerías en sus espacios marítimos. 

También existe similitud geográfica entre el archipiélago de las Malvinas, sobre la plataforma continental sudamericana, (Argentina), pero de soberanía del Reino Unido, y el archipiélago canario, sobre la plataforma continental africana (Marruecos), pero de soberanía de España. Estas inconclusiones en las delimitaciones marítimas, fue debatida en la 5ª Sesión de la Convemar, que debatía incluir en Tratado Internacional del Mar lo siguiente: las islas que están situadas sobre la plataforma continental o zona económica de otro Estado o que, de acuerdo a su ubicación geográfica, afecten la plataforma continental o zona económica normal de otro Estado, esas islas no tendrán zona económica exclusiva ni plataforma continental. Aunque no entró finalmente en la firma final (1982), en cuando se produzca una controversia entre dos o más Estados, la Corte Internacional de Justicia revisará todas las sesiones de la Convemar para buscar una resolución definitiva.

Tenemos tener cuenta que el Estatuto de Autonomía de Canarias no tiene aceptación internacional como “archipiélago” con respecto a los espacios marítimos entre islas y zona económica exclusiva, que en un futuro, cuando se produzca controversia con otros Estados, España no podrá defender ante terceros Estados la delimitación marítima de Canarias. 

Por todo lo expuesto, SOLICITO al Parlamento o Gobierno de Canarias que haga público, si trasladó o no el Acta de la PNL aprobada el 22 de mayo de 2024, ante las instituciones españolas correspondientes.

*Antonio Rodríguez de León, Vicepresidente de la Plataforma por el Mar Canario.

Crónicas pretéritas: Evolución socioeconómica de Frontera en el último siglo

Por Donacio Cejas Padrón.

Crónicas pretéritas de mi pueblo de Frontera.

Me atreveré en esta modesta crónica hacer un recuento de la vida económica y social de nuestro pueblo en el último siglo, contando naturalmente las cosas, los hechos, tal y como han sido escritos por historiadores, y asumiendo humildemente cualquier error que en la exposición de datos y cifras pudiera incurrir involuntariamente, pues no me mueve otro objetivo que traer a la luz de las nuevas generaciones el acontecer de Frontera en el último siglo.

Ya en los siglos anteriores al XX, El Golfo se había destacado entre los demás pueblos de La Isla por su producción de vinos y aguardientes, que según datos que he ido recogiendo de diversas fuentes, su producción anual de vinos oscilaba entre las dos mil quinientas y tres mil pipas, que se exportaban en su mayoría a otras islas bien por Punta Grande o por otros embarcaderos. El cultivo de la viña, muy laborioso necesitaba mucha mano de obra, y sería una de las razones de las recordadas mudadas que atraía a el Golfo gentes de los pueblos altos de la isla, tanto en el invierno para las cavas y podas como después en los meses de verano para las vendimias. Los pagos de El Hoyo, La Carrera, El Lunchón, Las Lapas, Belgara, Tigaday y Los Llanillos eran lugar de residencia de los grandes propietarios de fincas de viña, situándose las mejores casas en los cinco primeros pagos anotados, casas de dos plantas que muchas de ellas aún se conservan en relativo buen estado. Si clasificamos las fincas de viña en función de su altura respecto al nivel del mar, y en sentido Este Oeste y sabiendo que puedo incurrir en algún error u omisión para lo cual pido disculpas, diremos que las fincas de "por lo bajo" más importantes eran, en La Frontera y El Lunchón las de D. Liberato Barrera, D. César Padrón, D. Pancho Espinosa, D. Armando, D. Leonardo Armas, D. Juan Cejas, D. Benito González, D. Rafael Armas, D. Juan Padilla, D. Hilario Acosta, D. Juan Castañeda, D. Lucas Hernández, D. Francisco Padrón, D. Dimas González, D Eligio Gutierrez, D. Matías Castañeda, D. Benito Padrón, D. Rafael Quintero... y muchas más.

En la zona de medianías y en el mismo sentido de Este a Oeste destacarían como propietarios importantes, D. Aguedo y D. Sabás, la finca llamada Casa Blancade D. Amadeo Casañas, La Finca El Roque Blanco de D. Julio Ayala, D. Domingo Rodríguez, D. Benigno Armas, D. Eligio, D. Cenobio, D. Lazaro Armas. D. Chano en su finca llamada El Higueral D. Eulalio Benítez, y muchas más de Los Llanillos Sabinosa de las cuales no tengo muchos datos.

Por El Monte empezaríamos por La Finca del Pino de D. Julian Quintero, D. Juan Cejas, D. Amos Barrera, D. Donacio Cejas, D. Cesar, D. Pedro Hernández, D. Tomás Padrón, D. Dimas Castañeda, D. Virgilio Casañas, D. Luis Barrera, D. Marcos Cejas. D. Inocencio Abreu. D. Herminio Barrera, D. Liberato Barrera, D Juan Padilla. D. Antonio Luzardo, D. Mauro León, D. Patricio Cabrera, D. Juan González, D. Benito González, La Bodega llamada de Los Frailes, las fincas de Las Baranditas y altos de Sabinosa... en fin, muchas más. Creo recordar que de todas ellas, las más productivas serán la de D. Mauro León en La Piedra Juan, que llegó a producir algunos años cerca de seiscientos barriles de mosto, siguiéndole en importancia D. Matías Castañeda y D. Rafael Quintero.

Vista la enorme producción de vinos, y otros factores concurrentes, al crearse en la isla el segundo Ayuntamiento, se eligió con toda justicia su ubicación en El Valle de El Golfo, por su nivel de renta, por sus especiales características para la agricultura y por su población que según el censo oficial publicado en El Boletín Oficial de Canarias el día 25 de Agosto de 1905 era la siguiente:

Habitantes del Municipio de Frontera en 1905.

Taibique: 834 habitantes.

Las Casas: 245 habitantes.

Total de Habitantes Zona Sur: 1079 habitantes.

Belgara Alta, Belgara Baja, La Carrera,

Los Corchos, Guinea, El Hoyo, Las Lapas, Los Llanillos, Merese, Malnombre, Los Mocanes, Tigaday, Las Toscas: 929 habitantes.

Sabinosa: 310 habitantes. 

Suma de habitantes de El Valle de El Golfo 1239 habitantes.

Habitantes del Municipio de Frontera en 2005.

El Golfo, incluido Sabinosa: 3954 habitantes.

Variación porcentual entre las dos fechas: 319% + (habitantes aumentados 2715).

Zona Sur, Taibique: 933 habitantes.

Las Casas: 402 habitantes.

Variación porcentual entre las dos fechas: 1224 %+ (habitantes aumentados: 156).

La Restinga: 525 habitantes.

Para el año 1920 Había en El Hierro 42 comercios, de los cuales 24 se situaban en Valverde, 12 en El Golfo, 2 En Barlovento y 4 en El Pinar.

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Y fue en la década de los veinte cuando un grupo de empresarios liderado por D. José Vásquez inicia en la cosa de El Golfo la perforación del pozo de Aguanueva, obra que culminaron unos años más tarde pero que no fue puesta en explotación sino bastante después, cuando el pozo y las fincas circundantes fueron adquiridas por Los hermanos Villarreal pudiéndose considerar que fueron estos hermanos los que realmente iniciaron el despegue económico del Valle de El Golfo, ya en la década de los cuarenta cultivaban gran variedad de productos, destacando la caña de azúcar, pero también tenían una gran cuadra de vacas, y no debemos olvidar que en el difícil año de 1948 llamado año de la seca, ofrecieron agua gratuitamente para los habitantes de toda la isla que en camiones era transportada a los demás pueblos, está pendiente aún por parte de todos los herreños el reconocimiento a esos empresarios que por muchos años fueron un referente empresarial dentro y fuera de nuestra isla especialmente en Las Palmas de Gran Canaria donde eran propietarios de una cadena de importantes negocios, que además daban trabajo a decenas de jóvenes herreños. Para el trabajo de sus fincas incorporaron tres imponentes camellos que eran el asombro de los niños de entonces, los usaban para traer abonos y otros menesteres e incluso los domingos para llevar a misa a la familia de D. Silvestre. En 1949 importaron un camión Morris de Inglaterra que era conducido por el recordado D. Luis Barrera Lima, camión éste terminó su vida en un desgraciado accidente de circulación en Tabano en 1950 donde falleció la maestra palmera Dª Emilia. Su segundo camión Austin que trajeron un poco después fue usado para las labores de sus fincas y el primero que los días de correo se habilitaba para transporte de pasajeros a Valverde.

A finales de la década de los cuarenta, un grupo de empresarios herreños, los hermanos González Gutiérrez, D. Dimas. D. Benito y D. Mateo, asociados con D. Tomás Rodríguez Zamora, tendieron la vista al horizonte y percibieron que el futuro de El Golfo pasaba inexorablemente con la obtención de agua, y a sus expensas, y asesorados por el hijo mayor de D. Dimas, llamado también Dimas González, fallecido hace pocos años en Frontera después de una larga estancia en Cuba- construyeron el segundo pozo en la costa de El Golfo, y también tuvieron una notable explotación agrícola y ganadera, incluso solicitaron y obtuvieron el permiso necesario, y las divisas para importar un camión nuevo de Inglaterra, el Commer TF 6653 que en los dificiles años de la seca estuvo transportando agua desde El Golfo a los pueblos de la cumbre especialmente a San Andrés y El Pinar. Este pozo y esta explotación fue adquirida posteriormente por D. Mauro León en sociedad con D. Benito González sociedad esta que perduró algunos años, y que terminó siendo exclusivamente de D. Mauro León que mantuvo su actividad agrícola y ganadera por bastante tiempo, y que junto a sus hijos fue pionero en los nuevos cultivos que se empezaban a implantar en El Golfo.

D. Tomás emigró a Tenerife donde regentó un importante comercio al por mayor de viveres y fue distribuidor de los productos herreños en aquella ciudad, D. Benito lo hizo a Las Palmas donde también ejerció actividades mercantiles, D. Mateo se dedicó a la agricultura en Aguanueva, y lo mismo hizo su hermano Dimas, que junto a sus hijos cultivó importantes fincas en El Golfo, y volvió a importar otro camión en 1953, este ya de más tonelaje, de Inglaterra el Commer TF 8025. 

Por lo tanto serán estos hombres los verdaderos pioneros del desarrollo de Frontera, que con muy pocos medios y en épocas verdaderamente difíciles supieron con su callado esfuerzo y trabajo remontar las dificultades que la vida ofrecía entonces.

Otro cultivo que ya era importante por esas fechas era el cultivos del durazno especialmente en la Frontera, con numerosos cosecheros que plantaron y cuidaron por muchos años sus fincas de durazneros, llegándose a exportar entre los meses de Mayo hasta Agosto algunas toneladas semanales con destino a Tenerife y Las Palmas. 

Destacándose entre estos agricultores y productores de duraznos D. Rafael Armas Benitez, que ya en 1958 fue considerada su finca de La Frontera como plantación modelo en Canarias.

A principios de los años sesenta, y por iniciativa del Presidente del Cabildo Insular, D. Matías Castañeda Padrón, se logró traer a El Hierro a un grupo de técnicos del Servicio Geológico del Ministerio de Obras Públicas para hacer un estudio del subsuelo de la isla, especialmente de El Valle de El Golfo, estudio éste que ha sido y sigue siendo valioso aún pues permitió saber la calidad y cantidad de agua que había en el subsuelo, y que trajo como consecuencia el inicio de nuevos cultivos en El Golfo, cultivos éstos que fueron los empresarios palmeros quienes los comenzaron, la isla les ha reconocido siempre su capacidad de trabajo y sus esfuerzos para innovar la vida agrícola de Frontera, y al paso de los años ya son los hombres de El Golfo entre quienes me incluyo, los que con sus esfuerzos, con sus inversiones, con su trabajo constante han transformado el perfil económico de nuestro pueblo siendo hoy motor indiscutible de la economía herreña.

El único camino hacia el progreso y hacia el bienestar de los pueblos es el trabajo y la inversión, y los hombres de El Golfo hace tiempo se dieron cuenta de ello, fueron agradecidos con sus autoridades que en todo momento les han apoyado especialmente desde el Cabildo Insular, fueron generosos y todos cedieron parte de sus terrenos gratuitamente para poder trazar la hermosa red de carreteras interiores que hoy surcan nuestro Valle sin las cuales no sería posible acceder a todas las fincas, hasta la hermosa carretera que va desde Las Puntas al Pozo de la Salud en Sabinosa surca terrenos que todos ellos fueron generosamente regalados por sus propietarios, y en suma es justo reconocer que el resultado ha sido espléndido, y hoy grandes plantaciones de piñas, mangos, plátanos, uvas, naranjas, etc., dibujan el mapa agrícola de Frontera, y por añadidura nos cabe la satisfacción de que esas explotaciones son propiedad de sus vecinos incluso muchos de ellos han hecho sus inversiones en Frontera viviendo fuera de la isla, así es como actúan los verdaderos patriotas y como se demuestra el amor a su tierra, lo cual redunda en un nivel de vida que a todos nos está haciendo la vida más placentera, cada día están poniéndose nuevas fincas en producción lo cual acrecienta la riqueza de El Golfo y de La Isla.

Merecen también un reconocimiento especial los hombres de Frontera que conocidos los resultados de los Sondeos en El Golfo se dieron a la tarea en los primeros años de la década de los setenta de construir varios pozos como el de La Frontera, el de Los Padrones en Las Puntas, el de D. Matías en Tigaday (ya para esa fecha D. Matías y su hermano tenían entre sesenta y setenta años), el pozo Tejeguate, el pozo Los Llanillos, y otros proyectos que no culminaron. Fruto del esfuerzo de esos hombres, todos vecinos de Frontera, y con la ayuda oficial que ya se lograba, hoy vemos con satisfacción la suficiente cantidad de agua para el Abasto Publico y para el riego de las fincas de todo el Valle de El Golfo, llegándose también, para satisfacción de los propietarios de los pozos a la creación de La Agrupación de Pozos del Valle de El Golfo que regula las extracciones y coordina todas las acciones vinculadas a la venta y distribución de las aguas, merecen naturalmente una consideración muy particular los técnicos que nos asesoraron y aconsejaron a la unión de los pozos especialmente al Ingeniero D. Carlos Soler, que siempre nos inculcó y aconsejó a unir nuestros esfuerzos en ese sentido, entiendo que debemos estarle muy agradecidos por su sabia y experimentada iniciativa, así como por el apoyo y tutela que siempre hemos tenido de nuestro Cabildo Insular, con lo cual todos hemos salido beneficiados.

Osaré en dedicarle un recuerdo muy especial a D. Dimas González Gutiérrez tío mío, a cuyo lado viví en su casa en mi adolescencia allá por 1959 y 1960, era un hombre quizás un tanto tímido, de muy pocas palabras, incansable para el trabajo, delicadamente enamorado de las plantas especialmente de la viña y los durazneros de los cuales era una gran productor, me inculcó siempre el cariño a los árboles incluso mi trabajo actual relacionado con el combate ecológico de las plagas del campo, posiblemente esté inspirado en su recuerdo; y cuando me fui de su casa casi un niño con apenas catorce años camino de la querida ciudad de Las Palmas donde viví los primeros años de mi ya lejana juventud a emprender casi en solitario el duro combate de la vida, al despedirme me dijo "portate siempre bien para que te hagas un hombre” Nunca he olvidado su consejo y siempre he tratado de seguirlo fielmente.

Juan Francisco de León, un prócer venezolano

Por Luciano Eutimio Armas Morales.

Juan Francisco de León nació en el pueblo de Tiñor el 19 de marzo de 1692 en el seno de una familia numerosa, y emigró a Venezuela a la edad de diecinueve años. Has de saber, querido nieto, que nuestra Isla de El Hierro ha sido históricamente muy pobre en recursos y medios de vida, y la emigración ha sido la válvula de escape por necesidades de supervivencia. Y a tan temprana edad, Juan Francisco cruzó el océano Atlántico en un velero, con el que arribó al puerto de La Guaira.

Al llegar a Venezuela se estableció en la Plaza de Candelaria, en Caracas, y se casó con Lucía García, de cuyo matrimonio nacieron catorce hijos. Un joven con inquietudes y espíritu emprendedor, se encontró de pronto en un gran país con muchos recursos y gran futuro, en el que todo estaba por hacer. Aprendió a leer y escribir a la edad de treinta años mientras trabajaba en la agricultura de maíz y yuca en los valles de Baruta y Chacao, pero su mente inquieta le llevó a nuevos horizontes.

Explorando terrenos próximos a Caracas, se percató de la fertilidad de las tierras y las posibilidades del cultivo del cacao, y comenzó las plantaciones del mismo en los valles del Rio Tuy, en el estado de Miranda. Se dirigió entonces al comandante general de la provincia de Venezuela, Martín de Lardizábal, y con el permiso otorgado por real cédula para la fundación de Panaquire, realizó el acto formal de la fundación de la ciudad el 4 de marzo de 1734, de la que, por cierto, el nombre de Pana-Quire resulta de la palabra compuesta “pana”, (Amigo), y “quire”, (Hombre).

Juan Francisco de León fue el iniciador y promotor del cultivo de cacao, y pronto los valles del rio Tuy próximo a Panaquire fueron ocupados por colonos isleños, pardos, (Mestizos de españoles, indígenas y negros), y mulatos, que extendían el floreciente negocio de estos cultivos, de los que Juan Francisco llegó a tener catorce mil árboles plantados en 1742. 

Los pequeños hacendados, en su mayoría isleños, como te decía, cultivaban ellos mismo con su familia los terrenos que tenían sin recurrir a utilizar esclavos. En cambio, los grandes hacendados que habían conseguido concesiones de tierra otorgadas por la Corona de España, como las familias Tovar, Rivas, Urdaneta, Mendoza, Ibarra o Sucre, utilizaban esclavos en sus grandes plantaciones de tabaco, caña de azúcar o cacao.

Juan Francisco de León, para atender a su hacienda en Panaquire, contaba con su misma familia, (Tuvo catorce hijos), como hacían muchos otros colonos isleños que se habían establecido en aquel valle. Imagínate, después de haber salido de una isla volcánica y siempre sedienta, en la que imploraban a su patrona, la virgen de los Reyes, que cayese algo de lluvia para calmar la sed de ellos y de sus ganados, y donde nunca había agua para regar, se encontraban de pronto en un fértil valle, con abundantes lluvias y por medio del cual discurría un rio. Aquello era como el paraíso.

El cacao lo vendían a un precio que en el año 1735 era de 18 pesos por fanega, (Una fanega equivale aproximadamente a 55 kilos), lo que les resultaba bastante rentable y les permitía mejorar su nivel de vida. Esto atraía a Barlovento a colonos de otros estados, lo que provocó que el pequeño poblado de Panaquire que había fundado Juan Francisco de León con una treintena de colonos isleños, negros, esclavos liberados e indígenas de la etnia Tomusa, se convirtiese en una próspera población de más de mil habitantes, en una época en que toda Venezuela no llegaba al millón de habitantes.

Conociendo la capacidad de liderazgo de Juan Francisco de León, muy apreciado por todos los colonos, el gobernador general de la provincia de Venezuela, Gabriel José de Zuloaga, le nombró Comisario de la Jurisdicción Real del valle de Panaquire, con la facultad de “hacer sumarios, prender personas y conocer de causas civiles y criminales contra cualquier ciudadano”. Era, como si dijéramos, el gobernador y juez del valle de Panaquire, aumentando luego su jurisdicción sobre los valles de Curiepe y El Guapo.

A todas estas, la Compañía Guipuzcoana había recibido en 1728, por parte del rey de España Felipe V, el privilegio de controlar y regular la producción y comercialización del cacao en la provincia de Venezuela, y aunque en principio no había intervenido en el valle del rio Tuy, a medida que se incrementaba la producción, hacían acto de presencia e imponían unos precios, que bajaron desde los 18 pesos por fanegada en 1735, a 9 pesos en 1741 y a 5 pesos por fanegada en 1749.

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Esa bajada de precios que llevó a cabo la Compañía Guipuzcoana amparada en su monopolio, provocó como reacción que los colonos buscasen alternativas, y se produjo un desvío de parte de la producción de cacao a vías de contrabando, como a los holandeses de Curacao, con lo que los colonos conseguían precios superiores a los que ofrecía la Compañía Guipuzcoana.

Resulta evidente, querido nieto, que Juan Francisco de León conocía esta situación y la toleraba, porque de esta forma los colonos conseguían una renta mas justa por su producción de cacao ante los precios irrisorios que ofrecía la compañía Guipuzcoana, pero por las presiones de esta al nuevo gobernador de la provincia de Venezuela, Luis Francisco Castellano, nombrado en 1747, consiguieron que destituyese a Juan Francisco de León de sus cargos el 7 de marzo de 1749, con la intención de acabar con el contrabando de cacao. 

Indignados los agricultores del valle por amparar el dominio de la Real Compañía Guipuzcoana, que les imponía precios ridículos por su producción y les hacía perder la relativa prosperidad que el contrabando les traía a la región, se produce un movimiento de protesta contra los abusos y el monopolio de la mencionada sociedad, que es liderado por Juan Francisco de León.

Esa revolución popular, lo que pretendía era conseguir el libre comercio y la libre competencia, y que acabaran con los privilegios de la Compañía Guipuzcoana, y con este objetivo, el 19 de abril de 1749, unos 600 agricultores del valle del Tuy armados con armas que habían comprado a los holandeses y liderados por Juan Francisco de León, ocupan Caracas, y lanzan un manifiesto pidiendo al rey de España su intervención. El gobernador Luis de Castellanos, ante la llegada de los agricultores, huye de la ciudad y se refugia en una fortaleza de La Guaira. 

Los revolucionarios, después de ocupar Caracas, se dirigieron a La Guaira, donde estaba refugiado el gobernador y su séquito, a los que exigieron la extinción de la Compañía Guipuzcoana y sus privilegios, y revocar el nombramiento del nuevo teniente de Justicia y Juez de los Comisos, que estaba vinculado con la Compañía Guipuzcoana.

En Caracas también existía cierto malestar con los privilegios de los vizcaínos, y el Cabildo de Caracas también envió una delegación con Lorenzo Ponte de Villegas y el marqués de Mijares, que acompañaron a Juan Francisco de León a La Guaira para negociar con el gobernador. Este les manifiesta que accedería a sus justas peticiones, y que enviaría sus quejas al rey de España, Felipe V, para que procediera, con lo cual acabó la rebelión y Juan Francisco y sus hombres se retiraron de Caracas.

Posteriormente, el gobernador de Venezuela Luis de Castellanos manifiesta que su promesa fue hecha bajo coacción, y fuese por ese motivo, o porque el rey no vio con buenos ojos esta reivindicación, la compañía guipuzcoana seguía disfrutando de sus privilegios, y aún aumentados, con lo que los colonos rebeldes se sintieron engañados.

Ante esta situación, con el malestar de los agricultores del valle del Tuy, malestar que también se manifestaba en otros colonos del estado de Miranda, y al constatar que la Compañía Guipuzcoana seguía literalmente exprimiéndoles con la complicidad de las autoridades delegadas por el rey de España, Juan Francisco de León promovió una segunda marcha sobre Caracas al siguiente año, en 1750, para exigir al gobernador Castellanos el cumplimiento de sus promesas.

En esta segunda marcha, querido nieto, la reivindicación no era ya solamente de carácter puramente económico pidiendo la libertad del comercio de cacao, de navegación y de comercio del mismo, sino que apoyados también por “nobles y plebeyos” de Caracas, como bien dijo el mismo Juan Francisco y en le malestar de la población, se convirtió en un movimiento con más contenido social y político y germen de un sentimiento patriótico, contra una monarquía represora y extractiva, que solo aspiraba a aprovecharse de la riqueza de Venezuela a costa de estrujar las condiciones y medios de vida de los venezolanos.

De nuevo el gobernador huyó a refugiarse en La Guaira, pero entonces, siguiendo con la política represiva implementada por el rey Borbón Felipe V, guiada por la avaricia y el despotismo, sustituyó al gobernador Castellano por militares más radicales y represivos, como el teniente general de los ejércitos Felipe Ricardos, que, con tropas llegadas desde Europa, tenían la consigna de capturar al rebelde Juan Francisco de León.

El 13 de septiembre de 1751, el gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, Felipe Ricardos, que te nombré anteriormente, publica un edicto anunciando que se entregarían dos mil pesos fuerte a quien capturase a Juan Francisco de León y a sus hijos Nicolás y Francisco, y estos, tras unos meses huyendo de las autoridades, se entregan a las mismas.

En esa lucha represiva contra los rebeldes, capturaron al isleño Andrés Rodriguez Betancourt, que lo fusilaron, y al mulato Juan Muchingo y el zambo Raimundo Romero, que fueron ahorcados. Y el 28 de marzo de 1752, Juan Francisco de León es enviado, junto a dos de sus hijos, a la prisión del Arsenal de la Carraca, en Cádiz, donde falleció a los pocos meses, el 2 de agosto de 1752.

El general Ricardos, no satisfecho con la muerte de herreño, le declaró traidor el 25 de septiembre de 1753, y su casa, frente a la plaza de la Candelaria en Caracas, fue arrasada y sembrada con sal, para que ni la hierba creciera sobre sus ruinas, e hizo colocar una placa que decía:

“Esta es la justicia del Rey Nuestro Señor, mandada a hacer por el Excmo. Sr. Felipe Ricardos, Teniente General de los Ejércitos de su Majestad y Capitán General de la provincia de Caracas, con Juan Francisco de León, que fue amo de esta casa, por pertinaz, rebelde y traidor a la Real Corona. Esta casa ha sido derribada y sembrada con sal, para la perpetua memoria de su infamia.”

El 30 de septiembre de 1811, durante los primeros meses de la independencia venezolana, se llevó a cabo una ceremonia solemne para demoler el "padrón de ignominia" que había sido colocado en 1753 sobre las ruinas de su casa en la parroquia La Candelaria. Posteriormente, los terrenos donde se encontraba su casa fueron devueltos a sus descendientes, y se colocó una placa conmemorativa en su honor. Además, en 1949, con motivo del bicentenario de su entrada en Caracas, se colocó una lápida en la plaza La Candelaria, y en 1973, se bautizó con su nombre un liceo en Caucagua y se inauguró el puente Juan Francisco de León sobre el río Tuy, en la vía que une Panaquire con la carretera Caucagua-El Guapo.

El escritor y divulgador venezolano Germán Jiménez, atribuye a este herreño universal, el primer atisbo de la lucha por la libertad del continente americano: “A pesar de su trágico final, la gesta de Juan Francisco de León y su valerosa resistencia contra el poder establecido en el siglo XVIII, permanece  como un antecedente fundamental en la búsqueda de la justicia y de la libertad de los pueblos americanos”.

Del libro; “Monólogos con mi nieto II: Mi infancia son recuerdos de Roques de Salmor”. Capítulo XIV: Herreños singulares, del que soy autor.

En el camino de la historia: Murciélagos en la cueva de la Pólvora

Por Juan Jesús Ayala. 

No deja de ser motivo de sorpresa lo que rodea a la cueva de la Pólvora aun desde su origen, puesto que con  cierta frecuencia se comenta que esta cueva  había sido una especie de templo bimbache en el cual los antiguos pobladores de la isla desarrollaron magias y mitos, ya que en sus paredes de piedra caliza se perciben alguna que otra oquedad que hiciera  pensar que este fue  su uso ancestral.

Y bien pudiera ser, avanzando la imaginación que fue también en su momento histórico, reducto donde se depositaban dispositivosencarchutados con pólvora en tiempos que esta se tenía que camuflar en sitios abruptos, alejados y escondidos por si en un momento determinado las exigencias disponían poner en práctica su uso. 

Y hacemos mención de esta especulación porque la cueva de la Pólvora, situado camino de Afotasa, debajo de la carretera que va para el pueblo de San Andrés  es  el topónimo, además, con el que se conoce el primer tramo que une la villa de Valverde con el Puerto de la Estaca y que en el devenir de la isla tiene su importancia histórica porque era uno de los pocos  accesos que tenía la  capital con el exterior, lo que nos hace pensar que en la cueva había algún tipo de material que  debería  estar guardado a buen recaudo.

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Sin embargo, de todas las sorpresas que no pudimos desentrañar, andando el tiempo y en una caminata que hicimos recordando viejos caminos entre la villa y el puerto, sí que nos sorprendió un súbito revoloteo al entrar en la cueva de unos murciélagos que salían impetuosos de las grutas del techo lo que nos dejó perplejos, a pesar de que sabíamos que en Canarias la única especie que existe es un endemismo tinerfeño y que vive solo en las islas de Tenerife, La Palma y El Hierro. 

Fue una sorpresa que nos produjo cierto espanto, pero abundando en su cometido  nos informaron que no eran depredadores, sino que, por el contrario, aportan equilibrio  al ecosistema, debido  a que consumen grandes cantidades de insectos que se traduce en importantes beneficios económicos, ya que muchos de ellos  son causantes de significativas plagas agrícolas. Tanto que los expertos llegan a decir  que si no existieran los murciélagos, seguramente tampoco existirían las plantas, además, de reducir el riesgo de enfermedades zoonóticas que se tramiten al humano por contagio directo de determinados insectos que son devorados por los murciélagos. 

La cueva de la Pólvora en El Hierro guarda un  valor patrimonial de cierta relevancia que  una vez rescatada en su día por el Cabildo para declararlo Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Canarias ya ensancha los conocimientos sobre sus funciones y usos de una lección aprendida o ya dispuesta a desentrañar sus páginas. Y en especulaciones que pueda hacer cualquiera se encontrarán con realidades que se ignoraban,  donde la dinámica de la historia de la isla sigue el camino de encontrarse  así misma a través  del estudio y también de manera súbita, como nos  pasó con los murciélagos de la cueva de la Pólvora.