Opinión

Opinión Juan Jesús Ayala. 

Por Juan Jesús Ayala.

En el acontecer de la historia de la isla a lo largo del siglo XIX, tres ilustres catalanes dejaron en la memoria colectiva que sus apellidos fueran trasmitidos en generaciones siguientes; apellidos que por su propia dinámica familiar actualmente están extinguidos a excepción del Ribera.

Don José Gost y Martí, natural de Barcelona llegó a la isla para desempeñar su profesión de médico municipal, siendo en aquella época, a mediados del siglo XIX, el único profesional que existía en la isla  con una dedicación plena, donde muchas veces ni cobraba por su trabajo aparte de poner en riesgo la vida en las graves epidemias del momento como la brucelosis o la tifoidea que llevó a la  tumba a enfermos que las padecían.

Contrajo matrimonio en julio de 1859 con doña María del Pilar Fernández Salazar y Ascanio, que había heredado de sus padres grandes propiedades, entre ellas una gran finca en la parte norte de la isla que abarca la zona de Erese y  Guarazoca  denominada  “Charco de las Cabras”.

Uno de sus hijos, José Gost Fernández, fue delegado del Gobierno desde 1931, hasta su fallecimiento en 1933, con lo cual esta finca pasó a sus únicos herederos Luis y Coloma.

Y más adelante, en el año 1948 su nieto Luis Gost Fernández es nombrado  delegado del gobierno hasta su fallecimiento a consecuencia de un infarto de miocardio en las oficinas de la delegación, el 31 de agosto de 1951, por el disgusto al enterarse por Matías Fonte que jable arriba le dio la noticia del trágico accidente del Tamaduste.

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Su muerte motivó que la finca se vendiera a un propietario del norte de la isla, ya que allí veraneaban los dos hermanos y ante  el fallecimiento de don Luis  y más tarde de su hermana Coloma, el apellido desapareció de la isla.

José  Blanich Cumellas desde Cataluña, natural de Vic, por haber participado en  episodios políticos de la primera guerra carlista, se le confinó en Canarias y en Tenerife contrajo matrimonio con una herreña, María Antonia Ayala, en 1839. Una hija de este matrimonio, María Dolores  Blanich casó en1858  con Pedro Miguel Ayala Pérez-Guadarrama, que fueron los padres de mi abuelo Sebastián Ayala Blanich.

José Blanich, en 1859- 63 fue segundo teniente alcalde durante la alcaldía de Domingo Espinosa Armas; luego ocupa la primera tenencia de alcaldía donde se comenzó a tramitar el expediente para la construcción del cementerio de Frontera cuyos vecinos hasta entonces tenían que trasladarse a la villa y por caminos angostos y escarpados para enterrar a sus muertos.

Durante 1865 y 1866 fue alcalde y tuvo que resolver un conflicto de envergadura cuál fue el reparto de tierras comunales para el ganado, así como la intención de suprimir la única escuela pública que había en Azofa.

Como en esa fecha los jueces eran visitadores que se desplazaban desde Tenerife para resolver asuntos; no se había nombrado por la isla ningún juez letrado, pues eran los alcaldes los que seguían dirimiendo las cuestiones judiciales de poco calado. Hasta que más tarde ya se nombra como el primer juez municipal del Juzgado que se fundó en el Hierro en 1872 alejado del poder de los alcaldes a José  Blanich Cumella.

Lo cierto que actualmente el  apellido Blanich de aquel catalán que apareció  como deportado desde Barcelona; lo mismo que el Gost las diferentes uniones matrimoniales hicieron que se quedaran  ausentes en el devenir de la isla. Sin embargo, el único apellido que queda actualizado y vigente es el de Ribera.

Ramón Ribera Cumella fue un militar catalán natural de Barcelona que fue deportado a la isla por motivaciones de las guerras carlistas que contrajo matrimonio en El Hierro con doña Felipa González Quintero que en 1867, tuvieron un hijo, Ramón Ribera González que fue Consejero fundador del Cabildo y concejal del ayuntamiento de Valverde que se casó con María Reyes Espinosa Ayala, en 1902 que a su vez era  hija de Sinforosa Fermina Ayala Blanich nacida en 1859 que casó en 1878 con Francisco Espinosa Barreda.

En definitiva que aquellas personas procedentes de Cataluña y que reiniciaron una nueva andadura en la isla, bien se merecen que, de vez en cuando, se traigan a la memoria.

Opinión Donacio Cejas

Por Donacio Cejas Padrón. 

2008

Crónicas pretéritas de mi pueblo de Frontera.

Dedico esta modesta crónica del mes de abril a hacer algunas puntualizaciones aproximadas de lo que ha significado la agricultura en El Valle de El Golfo, y la repercusión que ha tenido para nuestra querida isla a lo largo de la historia. 

Parece ser que el cultivo que primero se implantó en El Golfo fue el de la viña, y ello sucedió desde finales del siglo XVI, y que poco a poco le fue ganando terreno a la ganadería, a tal extremo que el mismo nombre de La Frontera parece que viene derivado de la división que hubo entre ambas actividades, y parece ser también que la divisoria estaba localizada en las inmediaciones de Las Lapas. La viña y el vino ocupaba a la mayor parte de la población de El Golfo desde principios de diciembre hasta mediados de marzo, y después también buena parte de los meses siguientes hasta culminar en la temporada de vendimias que empezaba en agosto y culminara a mediados de octubre, todo ello coincidiendo con las tradicionales mudadas tan conocidas en nuestra isla, pero resulta históricamente demostrable que el Golfo albergaba durante buena parte del año a gran cantidad de habitantes, y que en el censo de oficial de 1905 sumaban 1209 personas registradas como habitantes de nuestro valle. Además, la exportación del vino producía un alto nivel de renta, seguramente el mayor de nuestra isla, y así lo demuestra la calidad de las viviendas que entonces se construyeron, especialmente en La Carrera, La Plaza, El Hoyo, El Lanchón, Las Lapas, Belgara, etc.; muchas de ellas aún en perfecto estado de conservación.

Seguidamente, vino el cultivo de la higuera, tan implantada en El Golfo especialmente la llamada Cotía en Los Llanillos, pero también en otras zonas, y que hemos conocido como productoras de higos nogales, blancos y negros, que también tuvieron su relevancia para la alimentación y para la exportación. Posteriormente, se fueron incorporando otros cultivos, especialmente los durazneros que han desarrollado unas características muy especiales de olor y sabor, y que también por muchos lustros fueron elemento muy de tomar en cuenta en la exportación y en la producción de renta, especialmente en la zona de La Frontera, Los Mocanes, El Jaral, Belgara y Tigaday.

Así transcurrió por muchos años la agricultura en nuestro valle, que también producía papas, cereales, hortalizas etc., siendo Los Villareales en Aguanueva con puesta en explotación de su conocido pozo quienes abrieron un nuevo historia de El Golfo, que después prolongaron los hermanos González con la puesta en explotación del pozo Fátima allá por los primeros años de la década de los cincuenta capítulos en y así continuó evolucionando la agricultura en Frontera hasta que algunos pioneros soñadores herreños y con la valiosísima contribución de los palmeros implantaron nuevos cultivos en El Golfo, primero el plátano y después de la piña, los cítricos, mangos etc. y se ha llegado a la situación actual en que Frontera es el motor económico de la isla tras cuantiosas inversiones por parte de los habitantes de El Golfo y con la ayuda del sector oficial.

Entre los logros más destacados en Frontera fue la creación en su momento allá 1976 de LA COOPERATIVA DEL CAMPO DE FRONTERA, entidad está de gran poderío económico en la actualidad, y que fue la realización de un sueño de habitantes de nuestro valle, que tuvieron la visión de muy largo alcance de comprender que para progresar y hacerse referente económico y empresarial en la isla tenían forzosamente que unirse y formar esta querida Cooperativa que afortunadamente sigue marcando el pulso económico en Frontera, pues hoy su actividad se ha diversificado en Almacén para la venta de Productos para el Campo, Empaquetado y exportación de plátanos, Piña, Mangos, cítricos, y otros cultivos, Central vinícola, que inició sus

actividades en 1986, Supermercado, Empresa de Transportes. Etc. a tal extremo que su volumen de facturación está llegando a los mil millones de las antiguas pesetas cada año, su Junta Directiva actual está compuesta y dirigida con gran acierto por D. Carlos Castañeda, D. Cayo Armas, D. Marcos Casañas, D. Bernabé Febles, D. Herminio, D. Casimiro, D. Sergio Febles, D. Luis Gutiérrez, D. Andrés Hernández, D. Dacio Armas, D. Maximiliano Cejas, D. Bernabé Febles, y D. Miguel A. Acosta, todos agricultores y empresarios de nuestro Valle; aunque también ha sufrido el doloroso parto de la división, de la fragmentación, tan de moda en estos tiempos en nuestra tierra, pero aun así, sigue siendo un referente empresarial en nuestra isla, potente y proyectada al futuro, como debe ser. Los herreños, con nuestro ingenio, hemos venido a descubrir una nueva teoría de la ciencia política, que dividiéndonos, separándonos, menospreciándonos y hasta avergonzándonos unos de otros, vamos a resolver los problemas de nuestra isla.

La Cooperativa del Campo de Frontera, con unas instalaciones y terrenos disponibles que suman, 26296 metros cuadrados, situada en El Matorral, afronta grandes retos de expansión y tecnología para beneficio de sus asociados. Recientemente, ha firmado un acuerdo con el Taller de Dinamizadores, dependiente del Gobierno de Canarias y del Fondo Social Europeo. A través de este acuerdo se elaborarán diversos proyectos de investigación y desarrollo, que irán enfocados en mejorar la competitividad de los productos y servicios que está ofreciendo La Cooperativa. La Cooperativa también ha pasado con éxito la auditoría realizada por AENOR, empresa verificadora que ha solicitado al organismo europeo competente, la adhesión de esta cooperativa a EMAS.

Nuestro Valle de El Golfo, tan acogedor y generoso, se ha nutrido en las últimas décadas, muy gustosamente de gentes de otras latitudes y de otros pueblos que con su trabajo y esfuerzo han encontrado en Frontera el buscado progreso y acomodo personal, pero también soporta con dolor cuando percibe que muchos de esos nuevos habitantes que viven y trabajan en su suelo, tienen su corazón en otra parte y así lo manifiestan y se comportan en momentos puntuales, sin sentirse parte de nuestro pueblo sino en algunos aspectos, casi siempre relacionados con sus intereses.

Frontera tiene una ya larga tradición empresarial, han sido sus hombres los que con su esfuerzo, generosidad -cuando han donado sus terrenos para la construcción de la hermosa red de carreteras que surca El Valle-, su trabajo y cuantiosas inversiones han transformado la vida económica de nuestro pueblo, pero es justo apreciar que en su afán de sacar adelante sus fincas y empresas, han dejado de lado participar en política para aportar sus experiencias y conocimientos al gobierno de nuestro Municipio, y ello ha sido desastroso para Frontera, pues desde hace algunos largos años nuestro pueblo ha carecido de grandes líderes, y como consecuencia de ello, nuestro Municipio ha venido siendo gobernado por personas sin experiencia gerencial, algunos de ellos venidos de fuera, que unas veces por falta de capacidad, y otras por falta de cariño a su pueblo y otras por anteponer sus intereses personales o de obediencia política, en el sentido de sus acciones, y sumado todo ello, el resultado ha sido muy negativo, pues de haber tenido Frontera hombres valiosos al frente de sus destinos, ellos no hubiesen admitido ni permitido ni mantenido unas normas urbanísticas que parece han sido diseñadas especialmente para frenar el desarrollo de nuestro pueblo, especialmente esas llamadas "Unidades de Actuación", pues de no haber sido por ellas, nuestra principal arteria comercial entre La Toyota y Tigaday ya hubiese estado construía, y así mismo todo el Centro de nuestro pueblo. La entrada a Tigaday el núcleo comercial más importante de El Hierro, ofrece un aspecto deprimente, donde pudieran haberse construido bellos edificios comerciales y residenciales solo se encuentran garajes y despojos. Asimismo no se ha podido construir el Hotel de 50 habitaciones que los italianos, actuales propietarios de la finca de D. Matías han venido solicitando, con una inversión aproximada de mil millones de pesetas, y lo mismo ha sucedido en Las Puntas donde otro grupo empresarial ha pretendido construir otro hotel, ninguno de ellos ha recibido la correspondiente autorización. Tampoco se concibe que en Frontera no se haya implementado una zona industrial y comercial moderna y amplia para la instalación de nuevas empresas tan necesarias para el desarrollo de nuestro Valle, y que nuestro Ayuntamiento a lo largo de muchos años haya vivido prácticamente de espaldas a sus organizaciones agrícolas y vitivinícolas, y nombraré en especial al Consejo Regulador de Denominación Vitivinícola de Frontera, del cual soy, muy gustosamente sus empresarios y a su secretario, y que siento gran pena cuando visito en otras islas a sus Consejos Reguladores, y los veo instalados en buenos inmuebles, bien equipados, valorados y protegidos por sus instituciones, y los comparo con el nuestro y sus instalaciones tan precarias y hasta humillantes, y con ayudas mínimas para apenas subsistir, cuando debemos tener muy en cuenta que nuestro vino es un elemento muy determinante en la economía de nuestra isla. La agricultura es el motor de nuestra economía, creando riqueza y puestos de trabajo. Sencillamente, no se entiende esta paradoja. Y espero que esa situación se corrija.

Ahora, un grupo de empresarios, sin color político alguno, se han agrupado en Asociación y han aparecido en escena para defender su pueblo, especialmente con motivo de la segregación de parte del Municipio, La Justicia dirá en su día si el procedimiento fue tramitado correctamente, pero lo importante es su aparición en escena, -quizás un poco tardíamente - para hacerse presente en nuestro pueblo, y que seguirán en sus acciones reivindicativas, poniendo su experiencia empresarial al servicio de su pueblo. Ha llegado la hora inaplazable de darle un fuerte impulso a nuestro Valle, dejándonos de disputas partidistas estériles que a nada bueno conducen sino mirando hacia el horizonte lejano y prometedor, uniendo esfuerzos y voluntades como hacen los pueblos inteligentes y comprometidos, y muy especialmente creando trabajo para que nuestros jóvenes no sigan siendo emigrantes. Yo personalmente creo que en nuestro pueblo se ha echado mucho de menos a los grandes hombres del pasado como D. Matías Castañeda Padrón, una figura irrepetible de nuestra historia, un patriota ejemplar, que aun a veinte años después de su fallecimiento nos sigue brindando lecciones de sabiduría.

En el camino de la historia: Mi tío José Francisco y la restauración de la Virgen de  Los Reyes

Por Juan Jesús Ayala.

Mi tío, José Francisco Hernández Ayala nació en 1858, fue párroco de Valverde y Arcipreste de la isla durante más de 60 años, hasta  su muerte en 1943. Al ser propietario de tierras no dejó de preocuparse por aquellos menesterosos que acudían en solicitud de ayuda. Además, fue único heredero como sobrino del médico herreño, titular del ayuntamiento de La Laguna, Gaspar Quintero Magdaleno que hizo acopio de una considerable fortuna  mediante el ejercicio de su profesión que le permitió favorecer a parientes con dificultades económicas y a ciudadanos que procuraron emigrar a América facilitándoles dinero para sus traslados; y nunca cesó de hacer considerables regalos destacando el majestuoso reloj de la iglesia, así como el dinero que dispuso para la terminación del cementerio  de Valverde. Tras su muerte en 1883, sus restos fueron trasladados por su sobrino, José Francisco, a la parroquia de Valverde, cuya sepultura se encuentra junto a un altar y más tarde se le dio  su nombre a la calle principal. 

En los tiempos que vivió mi tío José Francisco se sucedieron determinadas turbulencias políticas con distintas familias enfrentadas por el poder, epidemias y sinsabores que entre todos fueron  atemperando y siempre con la  confianza plena en la serenidad y carácter bonachón del  cura.

Pero todo se le enredó y fue su máxima preocupación ante episodios que imaginó no iban a tener la trascendencia que tuvo, y bien grande; ya que según nos cuenta Darías Padrón, este se universalizó traspasando más allá de los 278 kilómetros cuadrados de la  superficie de la isla, por unos disturbios que se sucedieron donde el párroco se vio implicado  al ser el máximo responsable. 

En el año 1896 y como la Bajada tendría lugar en 1899, percibiendo que la imagen de la Virgen de los Reyes se encontraba algo deteriorada, secretamente procurando que nadie se enterase envió la imagen a la Orotava dado que allí se encontraba un afamando escultor, don Nicolás Perdigón, el cual mejoró bastante su rostro. Una vez terminado por el citado escultor su trabajo, de la misma manera y sigilosamente como le llegó de la Dehesa, partió de la Orotava hacia su santuario donde dentro de unos días, el 23 de septiembre, se celebraría la fiesta tradicional cuando los caminos de la isla se llenan de faroles iluminando el que se dirige al santuario de la Virgen. 

Y ahí comenzó el problema y descrédito de algunos hacia don José Francisco,  el cura herreño. Determinados peregrinos notaron cierto cambio en la imagen, con lo cual despavoridos salen del santuario, según Dacio Darías, exclamando ¡esta no es nuestra madre!. Este episodio pasó desapercibido y mi pobre tío pensó que todo iría bien; pero en el próximo mes de enero que se  celebró otra romería, la exclamación toma más cuerpo de alto desagrado, que ya enfadados, gritaban que no era su virgen, que era otra y fueron directamente a señalar como culpable al párroco que la verdadera la había vendido por alto precio y que estaba en una iglesia de La Laguna.

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Las críticas arreciaron contra el párroco, que se vio en apuros al decirles la verdad, que la había enviado a la Orotava para  que la retocaran. Pero nada de nada, fue tanto el clamor en contra del párroco que el alcalde del momento, Enrique Sánchez Cruz, no solo por propia voluntad, sino coaccionado por el descontento de los vecinos se ve obligado a traer la imagen de la Dehesa y depositarla en la iglesia de la Concepción para que fuera reconocida por los que eran aficionados a la escultura, Juan Bautista Padrón y Matías Padrón y Padrón que ya le habían puesto con anterioridad alguna que otra mano de barniz a la imagen, declarando, que efectivamente era la imagen primitiva de la Virgen de los Reyes.

Daba la impresión, que ahora sí, que este asunto estaba cerrado y que el tío José podía dormir tranquilo y con el respeto que siempre había tenido de sus feligreses. Sin embargo, erre que erre, el conflicto se acrecentó y las manifestaciones se  propagaban por esquinas y mentideros por lo que el alcalde se vio obligado a declararse en sesión permanente hasta que se estudiara con más precisión la manera  como arreglar este asunto, llegando a la conclusión  de nombrar  una comisión que llevara de nuevo la imagen a la Orotava con varios vecinos incluido el párroco que se ofreció voluntariamente a sufragar los gastos, ya que vio que pocas personas se compadecían de su delicada situación. 

Una vez en la Orotava, el señor Perdigón efectúo unas mínimas maniobras y ante la comisión apareció en su primitivo estado, con lo cual el asunto quedó aclarado. 

Refiero este capítulo de la historia de la isla que ha sido tratado tanto por Darías Padrón, Venancio Acosta, o Carlos Quintero, por citar algunos,  porque el verdadero motivo es recordar y acentuar en este conflicto como las actitudes furibundas y empecinamiento de algunos  intentan  prevalecer ante la bondad, ingenuidad y dedicación de otros, como la del párroco, don José Francisco Hernández Ayala. 

Declaración sobre el desafortunado accidente en La Restinga, El Hierro

Por David Cabrera.

Quiero expresar mi más profundo pesar y solidaridad con las víctimas y sus familias tras el trágico accidente ocurrido en La Restinga, donde un cayuco ha volcado, causando la pérdida de varias vidas. Este doloroso suceso pone de manifiesto una vez más la vulnerabilidad de quienes se ven obligados a arriesgarlo todo en busca de un futuro mejor.

Es fundamental señalar que tragedias como esta no son fruto de la casualidad, sino consecuencia de una serie de carencias que venimos arrastrando desde hace tiempo. La falta de medios adecuados, para afrontar situaciones de emergencia y la insuficiente atención a los riesgos que enfrentan estas personas son factores determinantes. Lamentablemente, solo nos preocupamos y actuamos cuando la desgracia ya ha ocurrido.

Quiero hacer un especial reconocimiento a la labor ejemplar de la Salvamar, cuyos equipos han trabajado con profesionalidad, valentía y entrega en las labores de rescate. Ellos no son en absoluto responsables de lo ocurrido; al contrario, han sido un pilar fundamental en la respuesta a esta tragedia, demostrando un compromiso incuestionable con la protección y salvamento de vidas humanas. Al igual que han hecho recastando a lo más de 40.000 inmigrantes, llegados a El Hierro durante esta crisis migratoria. 

Es importante reflexionar sobre el hecho de que esta tragedia, como tantas otras, es un problema que se nos traslada a los receptores: los habitantes, las autoridades y los profesionales de la isla de El Hierro. Es una situación que nos viene impuesta desde fuera, que debemos aceptar y afrontar, pero que en definitiva no es un problema originado aquí, sino una consecuencia de políticas migratorias y de Estado que deben ser resueltas con eficacia a nivel nacional. A pesar de ello, desde El Hierro asumimos nuestra responsabilidad y respondemos con humanidad, solidaridad y todos los recursos a nuestro alcance, poniendo siempre en valor el esfuerzo y la entrega de nuestra gente.

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No podemos permitir que la atención y los recursos lleguen siempre tarde. Debemos exigir una respuesta más rápida, coordinada y humana por parte de las autoridades y de toda la sociedad. Es urgente reforzar los dispositivos de rescate, mejorar la formación de los equipos y garantizar la presencia de medios suficientes para evitar que tragedias como esta se repitan.

Quiero, además, alabar y agradecer la labor incansable de todas las personas que, en medio del dolor y la emergencia, estuvieron allí intentando salvar vidas. Su entrega, humanidad y profesionalidad son un ejemplo para todos y merecen el reconocimiento más sincero.

Desde aquí, hago un llamamiento a la reflexión y a la acción. No esperemos a la próxima desgracia para actuar. Pongamos los medios, la atención y el corazón donde más se necesita.

Muchas gracias.

David Cabrera, Presidente Asamblea Herreña.

Sueños de un Caminante: Propuesta para la Bajada de 2029 en mayo

Por Eulalio Elviro Reboso Gutiérrez.

Con la Bajada de 2025 tan próxima, mi sueño me lleva a reflexionar sobre la posibilidad de retornar al pasado y celebrar la Bajada de 2029 en mayo.

Existen motivos suficientes para considerar el regreso de la Bajada al mes de mayo:

En la bajada de 1965 se cambió al mes de junio, porque se argumentaba que los estudiantes de otras islas enfrentaban dificultades para trasladarse. Hoy, los avances en los medios de transporte y comunicación permiten que los desplazamientos se realicen en minutos, en lugar de días, como ocurría hace décadas.

En esos años, la isla contaba con apenas 6,000 habitantes y solo dos barcos semanales, los lunes y viernes, lo que limitaba la participación. Ahora, con una población de 12,000 habitantes, la situación es muy diferente, y la comunidad está mejor preparada para sostener la Bajada.

En décadas pasadas, era necesario invitar al ejército (soldados) para suplir la falta de cargadores para la imagen de la Virgen. Actualmente, la isla cuenta con suficientes voluntarios locales, haciendo innecesaria esta medida.

Mayo es el mes de las flores, cuando el camino se llena de color y vida. Además, es el mes de María, nuestra patrona, lo que refuerza el carácter espiritual de la Bajada. La climatología benigna de mayo también reduce riesgos como incendios forestales u olas de calor, como la que obligó a posponer la Subida de 2017 al fin de semana siguiente.

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Es fundamental que la Virgen mantenga su sendero histórico, acompañada por sus tocadores, bailarines y cargadores. Si por razones de seguridad los peregrinos deben desviarse por la carretera, la imagen debe seguir su ruta tradicional para preservar la esencia de la Bajada. No permitamos que el lema “UN CAMINO DE EMOCIONES” se transforme en “UNA CARRETERA SIN EMOCIONES”.

Propongo regular el uso de mochilas voluminosas entre los caminantes que acompañan a la Virgen, ya que dificultan el paso. Una talega tradicional, más acorde con la tradición, debería ser la norma para facilitar el recorrido.

Después de salir de la Cruz de los Reyes no existía ninguna parada, solamente el tema de las Rayas en las 4 esquinas, los mayores del lugar la esperaban, El Mayordomo abría la puerta de su Corso para que la vieran y sobre la marcha continuaban el camino.

Estas reflexiones nacen de mi vivencia como caminante en 16 Bajadas, siempre cerca de la imagen de la Virgen. Desde 1957, he sentido la emoción de este camino y deseo que las futuras generaciones puedan vivirlo con la misma intensidad.

Invito al Patronato, la Fundación, la Comisión Mixta o cualquier entidad responsable a considerar esta propuesta y tomar una decisión. Que la Bajada de 2029 en mayo sea una realidad, recuperando la tradición en un mes que honra a María y garantiza una experiencia más segura y vibrante.