Por Donacio Cejas Padron.
Nuestra isla está de fiesta, La Bajada de La Virgen ha congregado a miles de personas, unos herreños de la diáspora y otros.Turistas que han venido ansiosos a estar presentes en este acontecimiento religioso cuatrienal, y en su mayoría han encontrado en las peculiaridades de nuestra Bajada las expectativas que esperaban, por suerte, el día de La Bajada, el tiempo estuvo apacible, quizás con un poquito de calor, pero soportable, y eso contribuyó a la lucidez de todo el recorrido desde La Dehesa hasta Valverde, sin incidentes de importancia.
Una vez más, la Bajada ha sido fecha de encuentros familiares y de amistad, en nuestro caso, contamos con la presencia y compañía de todos nuestros hijos y nietos, que algunos de ellos ya han regresado a sus lugares de residencia, mi menor hijo Donacio ejerce en Londres su labor de arquitecto, pero lleva en su corazón marcadosus huellas de herreño, y cada vez que su trabajo se lo permite nos acompaña, nuestra menor nietita Cristina vivió su primera Bajada, y ello marcará en su corazón y durante toda su vida las vivencias de tan singular fecha.
Como ya referí en mi anterior Crónica, el recorrido de nuestra Patrona desde La Dehesa a Valverde transcurrió sin ningún incidente notable, gracias a Dios, parece que en la entrega de los bailarines de Sabinosa a El Pinar tuvo sus peculiaridades que no hace falta referir, las personas, y grupos humanos dadas a la belicosidad y al fanatismo desmedido, parece que necesitan tener siempre alguien con quien discutir y pelear, para tratar de demostrar su creída superioridad, pero cuando ya no hay contrincante a quien enfrentarse, cuando no tienen a quien echarle la culpa de sus problemas, entonces…. Se pelean entre ellos, curiosidades de la condición humana.......
La próxima semana comienza el recorrido de La Madre Amada por los pueblos de la isla, empezando por El Mocanal, esperamos que lo que falta de Las Fiestas de La Bajada transcurra con normalidad y regocijo. Esta Bajada ha vuelto a la normalidad perdida en 1993 en Mal Paso, y ya vemos cuando se ha sufrido por aquella acción, esperemos que nunca más se repitan cosas así.
Dios lo quiera.