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Por David Cabrera de León*.

En marzo de 2023, el Gobierno de Canarias anunció que estaba esperando gemelos. Dos edificaciones idénticas y muy sostenibles fueron concebidas con el propósito de albergar todos los servicios de emergencias, seguridad y de atención ciudadana del Archipiélago. Los gemelos tendrían su alumbramiento a finales de 2025, y la abuela Europa financiaría la gestación con una suma cercana a los 80 millones de euros. Así, los embriones fueron bautizados como Edificios de Servicios Esenciales (ESE).

Para analizar esta situación, es inevitable recurrir a una metáfora. La expectativa de desarrollo y vanguardia que propone el ejecutivo canario se ve empañada por una narrativa que favorece, como siempre, a las islas cabeceras de provincia. La construcción de estos edificios gemelos en Santa Cruz de Tenerife y Telde (Gran Canaria) parece ser otro capítulo en la historia del centralismo. Es sorprendente que, aun en 2024, persista la tendencia de querer concentrar las infraestructuras y servicios en las islas capitalinas.

¿No nos damos cuenta de que este enfoque condena a islas como El Hierro a la despoblación? La construcción de estos edificios gemelos agudiza las brechas entre las islas consideradas de "primera división" y las de "segunda división", obligando a quienes residen en las periferias del Archipiélago a desplazarse a otros núcleos en busca de oportunidades laborales y profesionales. Me pregunto qué pasará con los puestos de trabajo que ahora mismo generan estos servicios en las islas menores, como el cecopin o la vigilancia de túneles.

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¿Por qué no considerar soluciones más equitativas? Ubicar las sedes organizativas en islas que no fueran las capitales, o destinar los 80 millones de euros a la construcción de ocho edificaciones repartidas por la geografía canaria que se adapten a las necesidades de cada territorio. 

Estos últimos podríamos llamarlos Edificios de Servicios Esenciales Insulares (ESEI), una solución más inclusiva que atendería no solo a las necesidades en materia de seguridad y emergencias, sino también al desarrollo socioeconómico del Archipiélago en su conjunto. Estas estructuras generarían empleo y fijarían población en aquellas islas que lo necesitan y además garantizarían una atención más cercana y personalizada a los ciudadanos. Imagínense, ¡qué utopía!

Es hora de desafiar la narrativa convencional que nos han legado nuestras hermanas “mayores”. Las “menores” estamos exhaustas de ser subestimadas y de que se nos niegue la oportunidad de crecer. Creo que ya va siendo hora de repensar el modelo de desarrollo de gestión organizativo y económico de Canarias. Solo de esta manera podremos gestar un futuro donde todas las islas tengan la oportunidad de crecer y prosperar.

*Vicepresidente primero y consejero de Medio Rural y Marino; infraestructuras, Mantenimiento, Obras y Carreteras y Ordenación del Territorio, del Cabildo de El Hierro.

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Por Juan Jesús Ayala.

Nos llena de satisfacción volver a recordar a Felipe Benítez cuando hemos leído en la Gaceta del Meridiano queel área de Patrimonio Cultural del Cabildo de El Hierro y por medio del consejero, Emilio Hernández, ha recuperado una colección de 16 diapositivasde Felipe con el que editó una serie de postales de paisajes herreños  parte del archivo que se encontraba descatalogado y a punto de desaparecer.

Aunque si se conoce qué gran parte de su trabajo está en álbumes familiares de la isla, donde hay imágenes que contienen instantes de la historia insular, que junto con otros materiales componen la base y el germen del Archivo Histórico Insular donde se unirá a otro pequeño fondo que ya  pose la Institución, como comenta el Consejero, Hernández.

Felipe Benítez es una de esas personas que de pronto te sorprenden por la cantidad de conocimientos y de valores culturales y políticos que desconocía;  peroque me llamaba la atención cuando durante el día pasaba delante de su tienda de Valverde en cuyo alrededor se montaban debates  entre los que no faltaba su acerada opinión junto a la de José Padrón Machín y la de mi tío Pedro, entre otros.

Tan es así que despertó en mí una curiosidad insospechada, sobre todo, cuando hablábamos de las fotografías que realizaba con gran empeño los domingos que se iba de excursión al monte, cuando el restobuscábamosel mar, ir a las playas; cuestión  que también abarcaba ocupándose de sus casas de La Caleta y el Pozo de la Salud, así como la de tener a punto el “Brillante”, su barco de remo.

Uno de mis primeros artículos publicado en el periódico “La Tarde” dirigido por don Víctor Zurita desde Santa Cruz de Tenerife, en 1963 desde laAcadémica Salamanca donde cursaba estudios de Medicina hacía referencia al “Tamaduste, mar y lava” a él se lo dedique porque en sus fotografías nunca dejó atrás  ese rincón tan significativo no solo  por su grandeza paisajística sino porque que Felipe,  era  verdaderamente un enamorado de su isla herreña.

La afabilidad de Felipe en el trato, era ilimitada a la vez que  la acompañaba alguna que otra vez con una fina ironía que le daba la experiencia de una  vida ciertamente curiosa y siempre, para mí, expectante.

Felipe Benitez, es una de esas personas para la memoria, para que se haga infinita, a la que deseas encontrar al lado, para dialogar, para que te muestre en su estudio los cuadros de los alcaldes de la isla, donde te contaba viejas historias de los mismos. Traerlo a la memoria, una vez más, es un buen ejercicio de reconocimiento y muy gratificante, el cual no debemos eludir. Y más  en momentos políticos de confusión, de incertidumbre, donde como dice Bertolt Brecht en  uno de su poema, al mencionar el precio del pan, del trigo, ¿y el hombre  qué precio tiene? Se tiene la sensación que el surrealismo no nos  deja ni a sol ni a sombra. De ahí que disfrutar de la gente, como Felipe Benítez, de sus distancias que abarcaba con amplitud y si ahora se logra revivirlas  mediante esos documentos que se intentan completar, no cabe duda, que se abriría una página desconocida para muchos de la historia de la isla, tanto la cultural, política como antropológica, por lo que la labor que se ha  empeñado el Cabildo herreño a través de la Unidad  Patrimonio Cultural no solo es encomiable sino acertada.

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Por Javier Armas*.

Los herreños estamos de enhorabuena porque uno de los sobrecostes que sufrimos a diario con respecto a los canarios de otras islas, especialmente con las islas más pobladas, Tenerife y Gran Canaria, se ha recortado. Hoy pagamos 20 céntimos menos por litro al repostar el combustible de nuestros vehículos en las tres gasolineras de nuestra isla. Veníamos pagando desde hace aproximadamente siete años entre 20 y 30 céntimos más que la mayoría de los canarios y nos ha costado más que a nadie utilizar nuestros coches y camiones para desplazarnos.

Desde la Agrupación Herreña Independiente siempre hemos reclamado al Gobierno de Canarias que debía compensarse ese diferencial. Luchamos para cambiarlo cuando participamos del gobierno, entre 2015 y 2019, y lo seguimos luchando cuando no lo hicimos, entre  2019 y el año 23. En dos legislaturas no tuvimos ni suerte ni éxito porque aún hoy sigue costando que se entiendan, los problemas diferenciales de los herreños no se sufren. 

En 2018 llegamos a lograr que se aprobara presupuesto para compensar la diferencia, pero el trámite se interrumpió por las elecciones. Luego, ya ustedes lo saben: quienes reclamaban con rabia que había que rebajar el combustible en El Hierro y pudieron hacerlo, porque gobernaron el Cabildo, el Gobierno de Canarias y el de España, enredaron hasta la saciedad y nada hicieron por incapaces, por falta de influencia o por falta de voluntad. Ahora son los mismos que una vez conseguido dicen que ahorrar 20 céntimos por cada litro “es un parche”...en fin.

Como saben, la rebaja del precio del combustible en El Hierro fue uno de los objetivos electorales de la AHI y una exigencia llevada al pacto con Coalición Canaria, Partido Popular y Agrupación Socialista Gomera para apoyar al actual gobierno. Ha tardado más de lo que nos hubiera gustado, pero finalmente fue contemplado en el primer presupuesto de esta legislatura y comienza a ser efectivo para todos tres meses después.

Hay dos modos de afrontar los problemas de los herreños. Una es responsabilizar a los demás de los pecados y pedir con la boca chica soluciones, aun pudiendo resolverlos tú y los tuyos sin hacer nada para no incomodar a los que les debes el puesto. Otra es trabajar para buscar las soluciones, colaborar con quien puede ayudar o pueda tener la solución y exigir cuando sea necesario. Esta última es la manera de actuar de las personas de la AHI cuando gestionan. Así lo hizo  Belén Allende mientras fue presidenta del Cabildo, Narvay Quintero siendo diputado, este que suscribe en los pocos días que estuvo de presidente del Cabildo, y lo ha hecho también Raúl Acosta en el Parlamento durante los últimos meses. Los resultados aquí están.

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Ahorrarnos 20 céntimos por cada litro de gasolina o de gasoil que le echemos a nuestro coche no nos sacará de pobres, pero ayuda y nos acerca un poco más a la justicia social que todos debemos compartir. Ser canarios con igualdad de condiciones, vivamos en la isla que vivamos ha de ser una aspiración irrenunciable de nuestro pueblo.

Los mismos que se perdieron en excusas durante cuatro años que gobernaron y no activaron el descuento, saltan ahora enrabietados tratando de enfrentarnos a los de unas islas con los de otras porque ahí encuentran el caldo de cultivo que alimenta sus incapacidades, rencores e intolerancias. Antes se opusieron a hacerlo por razones fiscales, técnicas o de ingeniería financiera y ahora salen exigiendo igualdad entre todos los canarios olvidando tantos años de agravios hacia los herreños, gomeros y palmeros, cada uno con su diferencial. 

Ese mensaje de igualdad con respecto a otras islas que ahora pregonan, si es sincero, deben ejercitarlo. Sin duda todos estaremos de acuerdo. Háganlo, empiecen cuanto antes allí donde gobiernan para todos. Comiencen por igualar a Canarias y a los canarios con los del resto de los territorios de España. Nosotros, mientras tanto, iremos añadiendo a la lista de los sobrecostes, donde sigue estando la gasolina, otras diferencias al alza por vivir en El Hierro, como la cesta de la compra por poner solo un ejemplo. Nos gustaría para entonces encontrarles ayudando y no entorpeciendo. 

Se olvidan de que ustedes aquí son los que han hecho lo posible para seguir gobernando esta isla. Ahora, cuando menos, deberían exteriorizar que se alegran por este descuento por respeto hacia los herreños, aunque en la intimidad piensen otra cosa.

El descuento de los 20 céntimos logrado tiene sus peligros, lo sabemos. Por eso, exigiremos al gobierno vigilancia sobre los precios para que ni un sólo céntimo de más salga injustificadamente del bolsillo del herreño. Bastantes han salido ya en los últimos años. También desde la AHI haremos un seguimiento propio de la media y será público. Ejerceremos la defensa de los herreños de manera honesta y transparente. Lo haremos como único sabemos: trabajando y poniendo a El Hierro por encima de todo.

*Javier Armas, presidente de la Agrupación Herreña Independiente (AHI) y Senador por la isla de El Hierro.

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Por Luciano Eutimio Armas Morales.

Marina Ginestá, con la apariencia de una jovencita tierna y encantadora, tenía 17 años cuando el fotógrafo alemán Hans Gutmann le hizo esta foto en la azotea del Hotel Colón, en la Plaza de Cataluña, el 21 de julio de 1936. La joven miliciana, con la mirada sonriente, cautivadora y desafiante, tenía en su mente y en su corazón, en aquel instante, el convencimiento de que pronto terminaría aquella intentona golpista y fusilarían a Franco.

Marina Ginestá había nacido en Toulouse, a donde sus padres se habían trasladado huyendo de la represión de la dictadura de Primo de Rivera y la monarquía de Alfonso XIII, y allí estudió, en la escuela pública, laica, gratuita y republicana, francesa. Con toda su familia regresó a España en 1930 y se instalaron en Barcelona. Su madre, culta, feminista y revolucionaria, y su padre, destacado dirigente de UGT, le inspiraron esos sentimientos y espíritu rebelde, que le hacían sentirse orgullosa y entusiasta, defensora del ideal de una sociedad libre, justa, democrática y solidaria.

La foto de Marina que hizo Gutmann, posteriormente colorizada por Julius Beckman, refleja en su semblante ese optimismo y seguridad. Su compromiso con la defensa de esos principios, le motivó a afiliarse a las Juventudes Socialistas Unificadas y participar activamente en la contienda que comenzó el 18 de julio de 1936, en la que hizo de traductora, de intérprete, de periodista, de mecanógrafa y de animadora incansable, y en algunas ocasiones con la carabina Winchester al hombro, porque los ideales a veces hay que defenderlos con las armas.

Decía de ella Pablo Torriente en “Cuatro muchachas en el frente”, que. “…Marina, con solo diecisiete años, es una muchacha delgada, fina, de lacio pelo negro, que le sacude la frente como ala de un pájaro imprudente. Todos los compañeros, hombres y mujeres, siempre la están buscando, porque tiene la inteligencia en los ojos y la decisión en los gestos”.

Sin embargo, ocurrió que a Franco no lo fusilaron como ella en principio había pensado, y después de una contienda fratricida que duró casi tres años, sus tropas entraron en Barcelona a principios de 1939, y Marina Ginestá, como otros muchos republicanos que fueron coherentes, valerosos y “momentáneamente” vencidos, estaban en un campo de concentración en el puerto de Alicante durmiendo sobre la tierra a cielo raso, y esperando que les fuesen seleccionando por grupos para llevarles cada amanecer a los pelotones de fusilamiento. 

Pero Marina Ginestá dijo que era alicantina para que no pudieran cazarla y reconocerla como militante de las juventudes socialistas de Cataluña y la dejaron marcharse. Después de una accidenta odisea por campos y montañas en la que perdió a su compañero y se fracturó un brazo, salió hacia Francia por La Junquera, y desde allí, al exilio mexicano como tantos otros españoles republicanos, aunque recaló en la República Dominicana y posteriormente en Venezuela, desde donde en 1949 regresó a Francia y se estableció en París, la ciudad de la luz, donde falleció en el año 2014.

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En el año 2008, recordaba sus vivencias en una entrevista para la agencia EFE: “Con la juventud, las ganas de ganar y las consignas, yo me las tomaba en serio. Teníamos la sensación de que la razón estaba con nosotros y que acabaríamos ganando la guerra, con lo que volvería la república, pero tras la decepción de la derrota, vino el dolor por el recuerdo de tantos compañeros que quedaron atrás, muchos de ellos fusilados…”.

La Segunda República española nació al amanecer del día 14 de abril de 1931, ya que, como dijo un ministro, España se acostó monárquica y amaneció republicana. Pero esa república nació de la voluntad democrática del pueblo español expresada en las urnas, de forma pacífica, sin violencia, sin muertos, y con un enorme caudal de optimismo y esperanza en un futuro mejor para todos los españoles. 

Y esa misma república murió cinco años más tarde, aplastada por una bota militar que provocó cientos de miles de muertos y represaliados, y un país dividido y atemorizado durante muchos años.

¿Qué como se vivió LA REPÚBLICA en El Hierro?

El profesor Miguel Ángel Cabrera Acosta, en el libro “La Isla de El Hierro durante la II República”, hace un magnífico relato de los acontecimientos de aquellos convulsos años, vividos también con intensidad en nuestra isla. 

Y en estos días en que precisamente se acerca el 14 de abril, he encontrado unas anotaciones de una conversación con mi padre QEPD, Leonardo Armas Benítez:

   “Cuando vino la República se revolucionó todo. Fue un sueño de modernidad, de justicia, de educación y de progreso. Se celebraron las primeras reuniones de trabajadores y se crearon las primeras secciones sindicales. En aquella época, se estaba construyendo la carretera a El Golfo por La Cumbre. El delegado del Gobierno era de El Mocanal, y desde el Norte salía una guagua con los trabajadores. No querían contratar trabajadores de Azofa ni de El Pinar, porque el encargado decía que eran de izquierdas. Se originó entonces el primer intento de boicot y de huelga en la isla.

En el casino de Sam Andrés se abrió una biblioteca que llamaban “El Gabinete”. Pagaban un real al mes, y tenían derecho a leer periódicos, revistas y libros. Se reunían los vecinos por las tardes después de terminar las tareas del campo, y hacían cola para leer. Santiago Fernández, Pancho Acosta y Pablo Castañeda, a veces leían en voz alta para los que no sabían leer. Cuando estalló El Movimiento, llegaron los falangistas, se metieron en “El Gabinete”, sacaron todos los libros, revistas y periódicos, y les prendieron fuego. 

En esa época se escondieron los que llamaron “los huidos” tratando de escapar de la represión de los falangistas, pero todos eran de Azofa y de El Pinar, como Pancho Acosta, Aniceto, Juan Acosta, José Padrón Machín, Manuel Hernández… de La Villa y de El Norte, solo huyó escolástico Pérez, que era presidente del Cabildo y se refugió en Las Puntas. Lo detuvieron y lo mandaron a Fyfes, el barco-prisión de Tenerife, donde los encerraban para irlos sacando poco a poco y fusilarlos o tíralos al mar apotalados…”

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Por Juan Jesús Ayala.

Si nos paramos en la evolución social y biológica de cada etapa de la vida, podíamos llegar a la conclusión que la más reconfortante y la quellena nuestras alforjas de recuerdos y nostalgia sea la niñez, y que corta se nos hace.

Sin embargo, lo ideal sería si fuésemos capaz de prolongarla  y revivirla conla candidez de entonces, con el entusiasmo de un nuevo juguete que encontramos en el zaguánel Día de Reyes; o con la primera corbata que nos anudamos en la camisa de muselinaque nos mandaron desde Las Palmas; como el juego del trompo que era fundamental la púa afilada para sacar las perras gordas de10 céntimos del gorón donde se encontraban apiladas: o cuando nos deleitamosleyendo el primer colorín del Guerrero del Antifaz, o de Juan Centella, de Roberto Alcazar y Pedrín, o los cuentos de Zarpa de León; los chistes de  Carpanta, que nos llenaba la niñez que despertaba amparada en la sombra  de la duda o la candidez de las  canciones que  cantaban muchos más afinados  que en realidad poco  se le hacía caso porque lo importante era la novedad.

Y la novedad que  imaginábamos y que se vivía era siempre parte de la certeza que no íbamos a encontrar ninguna trampa ni engañoy si fortuitamente ocurría, pasaba de largo porque no se creía en alguien que pudiera soportar la maldad yque nos la trasmitiera como la peor de las enfermedades infecciosas.

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Subrayando la mejor palabra como la esperanza, la espera quizás del mismo día, porque el futuro en la infancia no existía, aunque fueran cortos como en los inviernos largos; todo era nuevo, distinto cada hora que pasaba no se sentía en el diapasón del reloj del tiempo, donde el pensamiento era limpio sin dobleces yhabía que  olvidar, ni recordar, todo venía   adosado a la vivencia de unas horas sin retorno, fijas, agrandadas. Alejadas cuando en la madurez se llega a pensar que  se está acabando con el hombre, dejándolo desnudo casi en esqueleto, máquina sin  apenas cerebro, autómata de gestos aprendidos en la imitación, repetidor de imágenes huecas de las cajas sin sonido  como presagiando que   apenas le queda un  montón de  artificios que sostienen el engranaje de una personalidad en encrucijada,  apenas ya como un tornillo a punto de girar fuera de su rosca, dispuesto a dar la última vuelta para caerse en el vacío.

En la niñez no existe el vacío, domina la plenitud y alborozo, aun en la escasez, todo era abundancia, todo era resplandor aún en las tardes embrumadas, todo era diáfano y cercano a pesar de los horizontes cerrados, pero inacabados;sin apenas comenzar, todo era conclusión sin llegar a saber que sueño nos espera en las noches que se dormía como troncos donde el sueño se hacía único, irrepetible: que cuando llegáramos a ser mayores pudiésemos ampliar el tiempo de la niñez y si fuera posible, la nobleza, hastacierta ingenuidad no nos abandonara.      

 

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