Por Narvay Quintero Castañeda*

Este pasado viernes se ha vivido uno de esos momentos que debemos todos hacer el esfuerzo de no olvidar. Representantes de asociaciones de productores, de todos los sectores que representan a alrededor de 13.000 agricultores y ganaderos de las Islas, han elevado su voz contra el anuncio hecho público hace unos días de un posible recorte de un 3,9% en las ayudas que llegan del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (POSEI).

Esta reducción también afectaría al llamado segundo pilar de la Política Agraria Común (PAC) europea, la que coadyuva a la transformación de las estructuras agrarias, modernización, incorporación de jóvenes, social y ambiental de las zonas rurales, y que es clave del cambio que está viviendo la agricultura y la ganadería de las Islas que no podemos interrumpir ahora.

Estas ayudas son fruto de años de diálogo, de lucha de nuestros predecesores para hacer comprender a la Unión Europea que las regiones ultraperiféricas deben tener un tratamiento diferenciado porque no pueden competir en igualdad de condiciones en un mercado internacional liberalizado.

 

Ese mensaje lo ha hecho suyo, de hecho, la propia Comisión Europea, la misma que ahora plantea un escenario de reducción.

Canarias cuenta con un régimen diferenciado dentro de la Unión Europea, como región ultraperiférica (RUP). ¿Cuáles son los motivos? Las regiones ultraperiféricas son el eslabón más sensible de toda la UE y como regiones ‘diferentes’ deben ser tratadas de manera diferente. Esta línea de ayudas sirve para compensar a los productores por la lejanía respecto al continente, su singular orografía y la fragmentación territorial.

Las producciones de las Islas no pueden competir con aquellas que proceden de grandes explotaciones o que no cumplen, como las que llegan de terceros países, las mismas exigencias en materia social o medio ambiental que se aplica a las de aquí.

Este mensaje llevamos desde el Gobierno de Canarias dos años trasladándolo en diferentes foros europeos y estatales, tratando de hacer cumplir un compromiso que, a día de hoy, no se ha cumplido. El compromiso de los ministros de Agricultura de España, Francia y Portugal, acordado en enero de este año; el compromiso de la propia Comisión Europea que reconoce que las producciones de las regiones RUP no pueden competir en igualdad de condiciones en un escenario de libre mercado; el compromiso de su presidente, Jean Claude Junker, quien aseguró en Guayana que “vamos a seguir con los programas del POSEI para la agricultura, no cuento con reducirlos ni corregirlos a la baja”. Se trata, después del anuncio realizado por la propia comisión, de palabras vacías y que no han ido en consonancia con lo manifestado con anterioridad por todos los protagonistas.

Por eso, el acto de este pasado viernes tiene un mayor calado. Porque sólo con un sector fuerte, unido y movilizado vamos a poder plantear en situación de fuerza un escenario de crítica y expresar nuestra disconformidad, la de quienes gobernamos y la de los 13.000 mujeres y hombres, empresarios cuyo proyecto profesional gira en torno al campo en Canarias. Aún estamos a tiempo.

*Narvay Quintero Castañeda
Consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas
Gobierno de Canarias

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