Según expertos del Centro de Desarrollo de la OCDE y de la Banca de África por estudios verificados han llegado a la conclusión que si bien el peso de África en la economía mundial, en lo que respecta a la producción y al PIB ha mejorado substancialmente, el verdadero problema que es acuciante y de difícil solución y que es lo mas que sangra a este inmenso continente es la explosión demográfica que sufre. Además, y paralelamente, se sabe que el 46 por ciento de los habitantes del África subsahariana viven en situación de pobreza extrema y con 1 dólar al día.

En la década los sesenta, la población subsahariana pasó de 225 millones de habitantes a los 715 millones. Según el sistema que utiliza la ONU para calcular el crecimiento demográfico ,África tiene un aumento de 200 millones de personas cada década, lo que quiere decir que este año de 2020 la población es 1.300 millones lo que motiva que la inmigración no cese y en al caso de los que han llegado a Canarias se está en una cifra a punto de alcanzar los 5000 , sobre los que no se están tomando medidas sanitarias adecuadas dejando en muchos de los muelles de las islas a cientos de personas mal viviendo en carpas donde permanecen hacinados. Y toda esta deplorable situación con la aquiescencia de las autoridades estatales y la poca fuerza que han demostrado las de Canarias para reivindicar un trato correcto, máxime cuando la inmigración no considera a las islas como estación terminal ya que las utilizan como trampolín obligado para trasladarse a Europa, la que tendría que poner toda la carne en el asador y el único gesto que se percibe es , simplemente, que se descuelga del problema y mira para otro lado

Joyeria Bazar Elvira pie

Y otra cuestión sangrante para el continente es la implantación de la terrible enfermedad del sida que afecta al 18 por ciento de la población y que deja 10 millones de niños huérfanos., además del millón de casos afectados por el Covid-19 en este momento y con una perspectiva cada día mas desfavorable, lo que incide también de manera trágica la altísima mortalidad infantil.

El africanista francés Jean Francois Bayar llega a manifestar que África se ha convertido en una especie de régimen guerrero que regula la alternativa en el poder, el acceso a la riqueza, la movilización política de la juventud, la legitimación de las autoridades, el cambio social entre la relación de sexos, la modernización tecnológica que coincide con un telón de fondo oscuro cual es el fracaso de una correcta política distributiva.

África se desangra y no solo la peste, el sida, el Ébola, la malaria, el Covid-19, la hambruna, sino las guerras tribales y la influencia económica de las multinacionales que tienen a los países de África con boquetes desgarradores por donde se derrama la sangre de un continente destinado al fracaso, a no levantar cabeza porque no tiene disponibilidades propias para hacerlo, y aun teniéndolas se le estrangula porque para el crecimiento de lo que llamamos “mundo desarrollado” es necesario que muchos países incluidos los africanos vivan en el mas inclemente subdesarrollo.

Las heridas de África no se pueden cicatrizar fácilmente porque su extensión es amplia y desordenada que cuando se intenta suturar por un lado aparece la hemorragia por el otro, y cuando no, es la rivalidad tribal o el desamparo lo que funciona.

Además lo que importa es que África esté empobrecida y mendigante porque de esa manera el comercio de las armas y la explotación del hombre por el hombre no cesaran y simplemente hay que tener cualquier pretexto para que los poderosos intervengan y sigan forrándose a expensas de las calamidades y carencias de los menesterosos.

No es que seamos fatalistas, pero si que por nuestra proximidad al continente sabemos con certeza que los impactos de esa hecatombe social no solo es que se trasmita a nuestras islas sino que nos sitúa como testigos de una de las mayores deflagraciones sociales que la humanidad tiene ahora mismo y que entre todos tendremos que cohibir la hemorragia africana y poner lo que se pueda y mas para suturar la herida abierta de África. Canarias lo hace, como hemos mencionado, dentro de sus posibilidades, pero no es la solución, es una estación de acogida hasta que su situación se regularice y puedan dar el salto europeo que es su meta, y por la que muchos han dejado y están dejando su vida en el Atlántico a bordo de pateras o cayucos que más bien parecen barquitos de juguete que embarcaciones seguras para que los que soportan la inmigración lleguen al puerto deseado.

África se desangra y la consecuencia de esas heridas nos va a tocar muy de cerca, y Canarias no tiene recursos ni material social y económico para contribuir a suturar esa herida; y la cuestión es que no dejaran de llegar a nuestras costas, y lo que seria de lamentar que unas veces por dejadez de las autoridades y otras por tibieza de las mismas nos lleguemos a convertir en la Lampedusa del Atlántico, a la cual se le conoce como “Prisión de roca”.Esperemos no llegar a eso, lo cual seria lamentable.