Por Juan Jesús Ayala
Camino de Pinto , rebasada la Cruz del Calvario con la intención de llegar al mirador de La Peña, nos llama la atención cuando al buscar el mar, y situados en Erese o Guarazoca nuestra mirada se encuentra con un paisaje por el cual sentíamos cierta curiosidad dado que lo abrupto de la isla se traduce, abajo en la distancia en una extensa planicie que abarca desde los linderos del Pozo de Las Calcosas hasta la punta de Agache, espalda de los Roques de Salmor. Y una vez que regresas a la isla nuestra curiosidad se acrecienta por episodios que nos relatan referente a ese territorio del norte , que en su día se conoció como el granero de El Hierro y que junto a nuestra especulación histórica enlazamos con otros y construimos en la memoria unas vivencias que bien pudieran haber acontecido.
Y desde Erese nos centramos en la denominación de esa gran parcela de terreno al cual se le conoce como “El Charco de las Cabras”, y observamos como la toponimia nos ilustra el porque de ese nombre puesto que la palabra “Ere”, de origen berebere, significa charco o poceta formado en la roca impermeable de los barrancos donde se acumula el agua de lluvia que se concentra en el barranco, en este caso, el que atraviesa el pueblo. Por lo tanto el número de charcos que abastecían de agua a esa parte del norte insular, en su día se fueron secando por la falta de lluvia quedando como referencia no la de muchos sino la de “El charco de las cabras”.el cual servia de abastecimiento humano, para regar los cultivos de granos que allí se dan y cuidar el alimento como forraje a la ganadería, y concretamente a la caprina.
Pero abundando en la especulación histórica basada en el descubrimiento que se hizo en el derrumbe de una cueva en la costa de Guarazoca, en “el hoyo de los muertos”, el 20 de Agosto de 2012 de restos de bimbaches pertenecientes a ambos sexos , así como de niños, nos hace pensar que la parte norte y concretamente esta por sus circunstancias de habitabilidad , pudo ser un asentamiento aborigen que se extendió a lo largo de la costa norte hasta la Punta de Amacas, y concretamente a lo que hoy conocemos como el Tamaduste puesto que en ,”La asomada Alta”, existe una cueva, denominada de “Los Guanches”, que fue una necrópolis bimbache saqueada por los visitantes del lugar generalmente niños, que se dedicaban a jugar con los huesos allí encontrados, lo que también esta idea podría verse reforzada por los cercanos letreros aborígenes de La Candia y de La Caleta..
La primigenia propietaria de “El charco de las cabras” se le atribuye a una rica heredera, vinculada a la isla de La Gomera,, que durante el siglo XIX pertenece a una familia poderosa , los Fernández –Salazar, María del Pilar Fernández-Salazar y Ascanio , que contrae matrimonio con un médico que llegó de Barcelona, José Gost Martí, que a la vez que ejercía como tal también era recaudador de tributos, según nos refiere Darías Padrón .Finca que pasa luego a sus descendientes , Luis y Coloma Gost Fernández, y posteriormente adquirida por una familia de El Mocanal.
Con referencia al Dr Gost , mencionar que se le dedicó una calle por el Ayuntamiento de Valverde porque destacó que no cobraba por los servicios médicos que prestaba, calle donde estuvo su vivienda que mas tarde fue adquirida por don Pancho el médico y posteriormente, y en la actualidad dedicado a una importante y destacada instalación hotelera. Este medico por esa filantropía que ejercía fue muy querido por la gente de la isla, que en un momento determinado se afanaron por dar con aquellos que entraron en su vivienda robando joyas y dinero, dando con los ladrones y entregándolos a las autoridades judiciales.
(Si manifestar, simplemente por curiosidad histórica e introduciéndonos en al espacio de la anécdota, que el descendiente , Luis Gost Fernández era el delegado del gobierno en la isla cuando el 31 de agosto de 1951 se produce el desgraciado accidente de circulación del Tamaduste y como la única comunicación posible era ir jable arriba hasta Valverde , es lo que con todo el espanto metido en el cuerpo hicieron ,Matías Fonte junto a un vecino del Barranquillo, para informar de lo acontecido al delegado del gobierno. Don Luis , ante el impacto producido por la trágica noticia , en ese mismo momento sufrió un infarto de miocardio fulminante que acabó con su vida . Y su hermana, Coloma , precisamente se encontraba en “El Charco de las Cabras” donde tradicionalmente veraneaban, y hacia allí tuvo que dirigirse con su coche ,Manuel Espinosa, para trasmitirle la fatal noticia no solo de la muerte de su hermano sino del accidente que había ocurrido en El Tamaduste.)