Por Juan Jesús Ayala

Las grandes guerras mundiales, la Primera y la Segunda se desarrollaron contabilizando millones de victimas por los mesianismos y por los afanes territoriales no de los pueblos de los países que entraron en la contienda sino por los que mandaban en los gobiernos que desde la trampa, desde la desinformación y propaganda enardecieron ánimos y conciencias a la búsqueda de un enemigo común. En estos momentos de enfrentamiento de Ucrania y Rusia es de desear que se llegue a un pacto racional y lógico, lo que será difícil y que no vaya a desembocar, fatalmente, en la utilización de las armas nucleares que produzca devastaciones inmensas de este planeta tan civilizado, tan postmodernista y tan agradable .

Pudiera ser un mal cuento lo que vaya a manifestar seguidamente… pero me atrevo a relatarlo:

Las ideas que apuntalaban la intención política de los popes del mundo fracasaron; de aquel estimulante y novedoso “populismo integral” predicado por el asesor de Putin, el filósofo Aleksandr Duguin cual Rasputín del siglo XXI, quedó en nada; lo mismo que el predicamento ideológico de Ernest Laclau, filósofo argentino que iba por el mismo camino de Duguin , que removió la conciencia de America Latina y que Podemos copió, también se fue al traste. O sea que de todo aquello que era esplendente y maravilloso lo único que quedó fue el humo.

Un humo penetrante que me despertó de un sueño pesado sin imágenes ni referentes. Pensé que se habían incendiado las casas de alrededor, pero no eran las casas, era el horizonte el que se encontraba en llamas. Los montes marchitos están ardiendo, el campo se convierte en una pira inmensa. Miles de millones de toneladas de ceniza radiactiva vuelan por el aire, mire hacia el Teide por ver si había entrado en erupción, pero no, ahí a lo lejos seguía dibujándose , a duras penas, su presencia mayestática e imponente; llegamos a ver en una televisión que iba a desaparecer y apagarse prontamente las imágenes de una Europa que está transformándose en un desierto, rápido e inexorablemente, lo mismo America, _África y Oceanía. La creación de muchos millones de años se hunde, se reduce a polvo y cenizas. Escucho las crepitaciones de los inmensos incendios lo que motiva que la historia de la humanidad termine entre humo , truenos, gritos y llantos.

Muebles El Placer Pie

Estas llamas son el fin y el principio La naturaleza, como siempre lo ha hecho, se regenerará, empezará de nuevo ;tiene tiempo para durante millones de años corregir lo que el hombre hizo del equilibrio en algunos milenios y al final de unas décadas de incertidumbre. La severidad y las conclusiones implacables de este proceso planetario son impresionantes y las trompetas del Apocalipsis sonaron con una inusitada fuerza detrás de cada puerta como si fuera la corrección de un error transcendental cometido contra la naturaleza.

La película regresa a toda velocidad hasta los inicios de la vida. Ya no se distingue entre los justos y los injustos, entre los culpables e inocentes La naturaleza no reconoce la culpa y por lo tanto tampoco la trampa, solo percibe la s funciones, las conexiones y los descalabros mentales de algunos.

La historia de la humanidad ha terminado, aunque seguirá existiendo la vida.¿Pero tendrá mejores resultados un nuevo intento?.Una pregunta para la post historia.

Entretanto el mar de llamas que rodea al mundo hace que el aire esté caliente, de un trago aun teniendo sed apuré el vaso de agua lleno de cenizas que difícilmente no colaba por la faringe. El cuerpo empieza a separarse de uno y al final podremos decir que llega la paz , la paz del silencio universal, donde no hay vencedores ni vencidos; la aniquilación ha sido total y es la mejor forma que ha tenido la humanidad para que sirviera de método de los que iban a resolver cuestiones planetarias y lo hicieron desde el exterminio total y desde una psicopatía disimulada pero altamente agresiva.

El cambio climático el cual insistentemente se nos decía que había que atajar para que no nos comprometiera la vida en la tierra, no se hizo esperar, los mandatarios del mundo aceleraron este cambio pero no para cubrirnos de las inclemencia y problemas con la existencia sino para mandarnos al otro barrio

Ha sido la mejor muestra de saber en que manos estábamos y comprobamos como las retóricas y los discursos huecos pudieron mas que la sensatez y el equilibrio emocional de los que creyéndose poseedores de la verdad su idiocia y estolidez hicieron posible que apretasen los botones nucleares que nos condujo al fracaso y a la desaparición.
Esperemos pues que el cuento sea una mala pesadilla y quede como un simple relato.