Por Juan Jesús Ayala*. 

Lo mas importante y necesario para que un país irrumpa en la modernidad y sea competitivo en los niveles que producen bienestar y riqueza es el sistema sanitario ya que si no es el adecuado todo lo que permanece a su alrededor se derrumba paulatinamente, y se comienza por no tener unos ratios consecuentes con la realidad del momento , concretamente en el campo de la medicina y enfermería; y podemos poner como ejemplo, España en su conjunto y Canarias particularmente.

En el ámbito de la enfermería diferentes sindicatos han propiciado días pasados concentraciones en los distintos centros de salud con el objeto de  hacer llegar a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias que no deje a estos profesionales en situación precaria y con una sobrecarga de trabajo y responsabilidad que raya en lo inhumano lo que redunda en perjuicio contra la salud de los que tienen a su cargo mas de 2.500  personas asignadas lo que les obliga a una situación penosa y no deseable  al no dedicar a los pacientes el tiempo necesario. Y es que con una ratio de 5, 73 por cada 1000 habitantes en el conjunto del Estado y 8,8 por mil en la Unión Europea,  Canarias  está en 4,6  por cada 1000 lo que se traduce en la necesidad de incorporar al Servicio Canario de Salud 800 enfermeros para llegar al ratio adecuado que propicie una  adecuada asistencia a los habitantes de las islas.

Si nos concretamos en la situación de la Medicina esta es prácticamente  idéntica a la de antes de la pandemia. Aquí apenas se ha movido nada, la situación iguala a Polonia, Hungría y Bulgaria y lejos ,muy lejos de la ratio de Portugal de  2, 5 por 1000 o la de los Países Bajos, Francia o Alemania puesto que la media en el Estado español es de 1,93 médicos por cada 1000 habitantes donde Canarias sigue en la cola en la ratio por 1000 habitantes solo por delante de Andalucía y Castilla la Mancha.

Esta situación de no corregirse nos llevará al colapso total ya que, además, en apenas tres años se jubilaran el 50 por ciento de los jefes de servicio de hospitales lo que ocasionará nos encontremos con unas previsiones no ajustadas a un futuro inmediato, lo que llevará al enfermo a la no asistencia directa de un profesional sanitario sino que sea mediante el teléfono o pantallas de ordenador, cayendo en el olvido que el trato debe ser como siempre cara a cara con el paciente; y no seamos muy pesimistas si a no muy largo tiempo los robots en esto del diagnostico y tratamiento tengan mucho que decir , lo que ya seria el  desahucio personal total. 

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Ante esta situación que se vuelve a veces insoportable muchos sanitarios están a punto de abandonar, dado que aun cargados de vocación sufren en propia carne ciertos  impactos psicógenos indeseables al comprobar que no se les ha tratado bien por los poderes públicos sanitarios y que  si un día fueron motivo de aplausos hoy se encuentran desmotivados y dentro de una insatisfacción que  le han producido las palabras huecas y las promesa vanas por los palos de ciego de los gobiernos de turno que los  guían como si fueran marionetas.

O nos ponemos todos  a entender que es la sanidad, y mas aquellos que tienen la obligación de enderezar una situación que es grave donde  la gente se muere muchas veces sin recibir la asistencia  debida o de lo contrario nos situarán  al borde  de una sociedad que  camina hacia el caos sanitario y a la que se la está cogiendo con las pinzas de un bienestar deseado pero logrado, ni siquiera a medias.

(Respecto a una aclaración. En el articulo anterior sobre mi primo Juan donde hacia referencia a los “Ayala” que habían desempeñado tareas publicas en el Ayuntamiento de Valverde y Cabildo de la isla, omití por descuido memoristico, precisamente el  de su hijo José Matías Ayala Padrón, consejero que fue del Cabildo herreño).

*Por Juan Jesús Ayala (Especialista en Medicina Comunitaria y del  Trabajo).