Por Luciano Eutimio Armas Morales.
El día 4 de octubre, estaba yo sentado ante una puerta de embarque con destino a Dallas, del aeropuerto de Miami. En el asiento de al lado, una señora esperaba la llamada para embarcar en un vuelo a Guatemala. Entablamos conversación. Me dijo que su nombre era María, y que era guatemalteca, aunque tenía la nacionalidad de Estados Unidos.
Que hacía treinta y un años había pagado tres mil dólares para que la llevasen en autobús atravesando todo México, en un viaje que duró tres semanas, hasta llegar a un río que le permitía entrar en Estados Unidos al cruzarlo.
Pero hoy están cobrando diez mil dólares por ese viaje, ¿Sabe?
Me contó sus penurias iniciales, como la habían deportado y había vuelto de nuevo. Y como a los tres años de su primer intento, consiguió un permiso de trabajo. Había dejado un hijo de dos años al cuidado de su madre, a los que le enviaba algunas “pagas” en dólares. Tras cierto tiempo, su marido y su hijo lograron entrar también en Estados Unidos. Tuvieron dos hijos más, que nacieron americanos y hoy trabajan de traileros. El hijo mayor, que había nacido en Guatemala, se casó con una americana y volvió a establecerse en Guatemala.
Pasaron muchas penurias los primeros años, pero ya ambos tienen nacionalidad americana y están más desahogados. Ella trabaja en una industria de envasado de carne para hamburguesas y le pagan veintiún dólares la hora. Tienen una vivienda en propiedad.
El mes próximo hay elecciones en Estados Unidos. Usted, ¿Por quién piensa votar?
Ah, nosotros vamos a votar por Trump.
¿Y por qué? ¿Qué ventajas le ven?
Porque será mejor para la economía.
¿Qué conocimientos de economía que podrá tener esta buena mujer? Porque si nos atenemos a informes de organismos y entidades como el FMI, la economía de Estados Unidos lleva un crecimiento sostenido, el índice de paro está sobre el 4,0%, la inflación se estima para 2025 en un 1,8 % y en general todos los parámetros de su economía muestran signos positivos, más que en Europa o China.
Pero los medios para desinformar y manipular la opinión de la gente, son cada día más poderosos. Elon Musk ha comprado la red social X, antes Twitter, con la que puede ejercer una notable influencia. Así ha sido históricamente, qué grandes trust económicos han tratado de manipular la información de la gente, y cada día, esos medios de comunicación, redes sociales, portales diversos y plataformas digitales, son más poderosos y condicionan más las opiniones de los ciudadanos.
¿Qué ofrecen en sus programas electorales Trump y Harris?
¿Ucrania? Hasta ahora ha contado con el apoyo de Estados Unidos y la administración de Biden-Harris, pero la guerra de Ucrania se acabaría pronto si gana Trump, porque no estaría dispuesto a seguir quemando cientos de millones de dólares en una guerra provocada por la torpeza o intereses de algunos y a la que no se le ve final feliz.
¿Israel? Seguirá haciendo lo que le dé la gana, porque gane Trump o gane Harris, su lobby seguirá controlando al partido demócrata y al partido republicano, y continuarán recibiendo armas y millones de los Estados Unidos. Eso no cambiaría.
¿Política económica?
Donald Trump se manifiesta como un proteccionista, que pretende fomentar la actividad empresarial nacional, bajando impuestos y regulaciones a las empresas nacionales, mientras sube aranceles a los productos extranjeros. Así mismo, negacionista del cambio climático, y que no hay que perder dinero con esos cuentos chinos. Kamala Harris, por el contrario, pretende aumentar la equidad dentro de la sociedad, ayudando a las clases medias y bajas, creando subsidios e impuestos, e imponiendo una regulación más dura. Es también más sensible a lo relacionado con la salud y con el medio ambiente.
¿Quiénes apoyan a uno u otro?
A Donald Trump le apoya Elon Musk, el hombre más rico del mundo, que pretende ser muchísimo más rico desregulando sus contratos de SpaceX con la NASA de miles de millones de dólares. Le apoya Jeff Bezos, el segundo hombre más rico del mundo, dueño de Amazon y del periódico The Washington Postal, al que impuso la censura en un titular favorable a Kamala Harris. Le apoya, por ejemplo, Miriam Adelson, de la cadena de casino y juego más grande del mundo. Y por supuesto, todos los empresarios relacionados con el petróleo y con el sector de la energía, y cuenta, además, con el apoyo de la América rural y profunda.
A Kamala Harris le apoyan artistas e intelectuales, como Taylor Swift o George Cloney. Le apoyan profesores universitarios, pequeños empresarios, y lo que podríamos decir clases medias y trabajadores, del segmento que en Europa llamamos progresistas. En otro sentido, cuenta también con el apoyo de la América culta y urbana, y con los sectores más desfavorecidos como los latinos, los de color u otras comunidades minoritarias.
Pero se da la paradoja, de que cuando están muy igualadas encuestas y resultados, la presidencia depende de un puñado de votos, como sucedió en al año 2000, en que Bush le ganó la presidencia a Al Gore, por 571 votos en Florida. Por eso son decisivos los votos de las minorías, como los latinos, los de color o los musulmanes.
En esta ocasión, los latinos se están decantando en parte por Trump, que les ha prometido que eliminará el impuesto a las propinas; los de color, están descontentos con los demócratas por el aumento del precio de la vivienda y errores de bulto como su campaña en Michigan, donde las expectativas de voto de este colectivo a los demócratas ha bajado del 98,% en las anteriores elecciones, al 58,% que le dan las encuestas ahora.
¿Y los musulmanes? Están indignados por el apoyo incondicional de Joe Biden a Israel. La verdad es que con Trump ese apoyo incondicional no hubiese sido menor, pero como quien está gobernando ahora es Joe Biden, a él le corresponde pagar esa factura.
Con este panorama, lo más probable es que gane Trump, lo que están deseando, por otra parte, algunos líderes europeos, como Viktor Orbán, de Hungría; Giorgia Meloni, de Italia; Robert Fico, de Eslovaquia; Marine Le Pen, de Francia, Geert Wilders, de Países Bajos, y otros líderes de partidos de ultraderecha, como VOX de España, aunque Trump haya manifestado que “América es lo primero”, que Europa debe aumentar sus presupuestos militares para aliviar a Estados Unidos de esa carga, y que “la promesa de adherir Ucrania a la OTAN fue un error, y motivo principal de comienzo del conflicto”.
María, la guatemalteca con la que coincidí en el aeropuerto de Miami y toda su familia, posiblemente votarán por Trump. Forman parte del colectivo latino, que representa el veinte por ciento de la población de los Estados Unidos. Y lo más probable, es que Trump resulte elegido presidente el próximo 5 de noviembre. Y como se suele decir, “que Dios nos coja confesados”.